EscucharJerry Jon Martin, un individuo anteriormente vinculado a actividades delictivas y ahora enfrentando un estado crítico de salud, confesó ser el responsable del hurto de las zapatillas de rubí que Judy Garland llevó en la película El Mago de Oz (1939).
Según sus declaraciones, en el 2005, empleó un martillo para fracturar un cristal que protegía dichos valiosos zapatos en el Museo Judy Garland en Minnesota, Estados Unidos. Aunque dichas prendas fueron recuperadas en el 2018, Martin optó por revelar su participación en el delito recién a finales del 2023.
Martin no enfrentará cargos por este acto delictivo, ya que padece de un severo trastorno pulmonar obstructivo que deterioró su salud, requiriendo el uso constante de un respirador las 24 horas del día.
Dane Dekrey, el abogado de este hombre de 76 años, afirmó que la delicada condición de su cliente lo llevó a reflexionar sobre las acciones erróneas cometidas en su juventud. A pesar de que Martin tenía 57 años al momento del hurto de las zapatillas, este fue su primer acto delictivo después de salir de prisión en 1996.
Según la defensa legal de Martin, este abandonó el hogar familiar a los 16 años debido al entorno de abuso en el que creció junto a sus tres hermanos. Desde entonces, se sumió en una vida marcada por excesos y malas decisiones.
Su encarcelamiento coincidió con el periodo en que la novia de Martin esperaba gemelos, a quienes solo pudo conocer un mes después de su nacimiento. Trágicamente, ese mismo día, la joven falleció en un accidente automovilístico cuando regresaba a casa y su vehículo fue impactado por un tren.
Después de salir de prisión en 1996, Martin se comprometió a evitar problemas y llevar una vida tranquila, compromiso que mantuvo durante una década. Sin embargo, fue tentado por un antiguo colega con la propuesta de un lucrativo robo: sustraer las zapatillas de rubí de El Mago de Oz de un museo.
Inicialmente, Martin rechazó la oferta debido a su genuino deseo de dejar atrás la vida criminal. Sin embargo, al conocer el valor de las zapatillas, valuadas en $3.5 millones y resguardadas por un millón de dólares, reconsideró su participación.
Así, en la ciudad de Grand Rapids, Minnesota, se presentó en el Museo Judy Garland con un martillo para forzar la entrada, utilizarlo nuevamente para romper el cristal protector y, sorprendentemente, descubrir que las zapatillas no estaban confeccionadas con auténticos rubíes, sino con lentejuelas brillantes. En menos de dos días, se deshizo de ellas.
La recuperación de las zapatillas tuvo lugar en 2017, cuando un individuo contactó a la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) solicitando $200 mil a cambio de información sobre su paradero. Estas zapatillas sustraídas por Martin formaban parte de un conjunto de cuatro pares utilizados en la filmación.
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