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Martín Aldaburu, conocido empresario gastronómico y exjuez del programa de Teletica Bailando por un sueño, falleció la madrugada de este domingo 3 de enero, luego de luchar por 10 días contra el coronavirus.
La noticia fue confirmada por sus hijos María Laura y Leandro Aldaburu.
“Falleció a la 1 a. m. en el Calderón Guardia. Estaba internado por covid. Llevaba 10 días internado en cuidados intensivos. Luchó pero no pudo combatirlo. Falleció por coronavirus”, confirmó su hijo Leandro.
Martín Aldaburu vivía en Costa Rica desde 1998. Aquí llegó con $50 que su hijo le dio en el aeropuerto cuando salía a buscar una nueva vida. Gracias a su trabajo fue el fundador y dueño del restaurante de parrilla argentina El Novillo Alegre, negocios que aún en tiempo de pandemia no despidieron a ninguno de sus trabajadores. Don Martín siempre les consideró familia.
Leandro y María Laura, los dos hijos de
desconocen cómo es que su papá se contagió del letal virus. Cuentan que hace poco él fue hospitalizado para una operación de garganta, por lo que no descartan que se enfermara en el centro médico; aunque también podría haber sido en algún otro momento, dicen.
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Su vida
Martín Aldaburu tuvo padres españoles. Él nació en España un 9 de octubre, pero llegó a Argentina a los cuatro años, allí se crió.
No estaba casado. Tuvo solo dos hijos y tres nietos: Simón (con quien vivía hace año y medio), Paloma e Ignacio.
“Mi papá fue un triunfador. Amaba Costa Rica. Fue el mejor padre, el mejor amigo y el mejor orientador. De él aprendimos un montón. Nos dejó principios morales y las personas que somos. Nadie como él. Somos buena gente porque él nos enseñó”, expresaron Leandro y María Laura, quienes cuentan que cada uno tenía unas 200 llamadas en sus teléfonos de amigos que se solidarizan tras el deceso de Martín, a quien un amigo llamó “el aristócrata de la amistad”.
Además de su simpatía, los hijos describen a Aldaburu como un hombre irreverente y de carácter fuerte que estaba dispuesto a ayudar a todo el mundo.
“Para los empleados del Novillo era un papá. Hoy lloraban porque era su papá, así lo veían.
“Era un tipo que ayudó a mucha gente. Uno de sus colaboradores tiene una hija con capacidades especiales y mi papá se hacía cargo de todos sus gastos. Ante esta situación de pandemia se endeudó. No sacó a nadie de los restaurantes. Dijo que Costa Rica le dio una oportunidad y él quería sostener todos los Novillos. Puso de aval sus propiedades”, detallaron sus hijos.
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Un hombre de amigos
Rogelio Benavides, uno de sus amigos más cercanos, expresó su pesar tras el deceso de Martín.
“Hoy el novillo está triste. Esta madrugada ha partido el juez Martín Aldaburu. Estábamos pendientes de su salud, de su recuperación, pero este argentino y vasco fuerte como el acero, no pudo luchar más”, escribió Benavides, periodista especializado en farándula y quien conoció de cerca a Aldaburu.
“Este roble nos enseñó que solo trabajando y trabajando se puede salir adelante, por eso aún quedaba en nuestro corazón la esperanza de que le ganaría la lucha a la muerte. Vino a Costa Rica a labrarse un mejor futuro y lo logró. Trabajó duro, toda la vida, siempre duro. Creó riqueza y le permitió trabajar a muchos, que reconocían en él a un patrón bueno, a veces cascarrabias, pero justo”, continuó Benavides.
El juez bueno
Martín, un amante de la parrillada argentina y del golf, empezó a mezclarse con la farándula costarricense cuando en el 2007 se le invitó a ser uno de los jueces del desaparecido Bailando por un sueño de Teletica.
La simpatía que transmitía por la pequeña pantalla, sus comentarios loables y sus altas calificaciones para los participantes provocaron que lo llamaran “el juez bueno”.
“El título de ‘juez’ lo obtuvo cuando René Picado tuvo la feliz idea de sugerirlo para que juzgara a los participantes de Bailando por un sueño; tomó tan en serio el compromiso y lo disfrutaba tanto que se ganó el cariño y el respeto de los concursantes y del público que lo apodaron ‘El Juez Bueno’ porque nunca calificaba con menos de 9, lo que le sumó otro apelativo: ‘El nuevillo alegre’. Contaba que escribía algunas notas sobre los distintos ritmos que le tocaba evaluar, pero a la hora de calificar se le olvidaba y entonces decía solamente: ‘A mí me gustó, te doy un nueve’. Desde su humildad, afirmaba que él no podía calificar mal a un concursante que había trabajado ensayando toda la semana. Siempre valoraba el trabajo sobre cualquier otra consideración”, dijo Benavides.
Los reconocidos exfutbolistas y exparticipantes de Bailando por un sueño, Erick Lonis y Roy Myers lamentaron el fallecimiento de don Martín, quien aseguran era no solo “un juez bueno”, sino una buena persona.
“Recuerdo cuando hicimos la primera versión de Bailando por un sueño. Siempre me sorprendió verlo ahí como juez, cuando empezó a calificar vimos que era la voz de la gente sentado ahí como jurado. Vimos su gran sensibilidad, su gran intención de no desmotivar a nadie. Era una persona simpática y emprendedora.
“Después tuvimos la oportunidad de ser más cercanos, hasta la fecha. Lamentamos su fallecimiento. De él podemos decir que siempre intentaba sacar lo mejor de uno de forma muy simpática. Por eso lo recordamos con tanto cariño”, dijo Lonis.
Por su parte Roy Myers dice que lo recuerda como “una persona que tenía un gran corazón cuando calificaba”.
“Siempre era atento y conciliador. El juez bueno, eso demostraba el buen corazón que tenía. Después pudimos visitarlo en su negocio y compartimos un poco. Definitivamente que nos duele su partida por ese don de gente que siempre profesó. Paz a sus restos y a sus familiares”, dijo Myers.
Dolorosa partida
El exárbitro y comentarista, Ramón Luis Méndez fue un amigo muy cercano de Aldaburu. Él se conmovió hasta las lágrimas tras enterarse de la noticia al llegar a realizar el programa Deporte+, en Teletica.
“La realidad es que encajaba dentro de mis amigos. Fue un excelente hombre y persona. Duele. Es una noticia dolorosa; es más normal morir que nacer, pero me duele en el alma que se nos haya ido mi amigo Martín”, expresó.
Los restos de Martín Aldaburu serán velados este domingo 3 de enero en la funeraria Don Bosco en Paseo Colón de 12 m., a 8 p. m.
