El Estadio Nacional, en La Sabana, presenció algo que muy pocas veces –por no decir nunca– se da en un solo lugar: ver a Iron Man ajustando su traje; los personajes de la película Frozen ; que El Guasón vaya tomado de la mano de un integrante de Teiko Basketball, para no perderse, y que Batman llegue junto a toda su “familia”.
Sí, definitivamente todo fue y será posible en el Festival Matsuri, que busca reunir en un solo lugar, lo mejor del anime y la manga , reconocidos artes japoneses.
Más allá de promover estas animaciones e historietas entre sus seguidores, la actividad se ha convertido en la oportunidad perfecta para celebrar la pasión, la creatividad y la imaginación que, al final de cuentas, para cada una de estas personas son sinónimos de la palabra vida.
La primera jornada del festival, que culmina este domingo 1.° de febrero, se caracterizó por llenar de colorido, fantasía y camaradería el ambiente del lugar. Allí, las personas se dejaron seducir por el arte visual, la música, el maquillaje de ficción, y cuanto artículo sirviera como recordatorio de su asistencia.
Celebración. En medio del Cubo de Cristal del Estadio Nacional, una muchacha acomodaba el traje de su acompañante, su madre, y que no podía ser una persona más perfecta para esa cita que se pactó entre ambas con hace meses de anticipación.
Para la joven de 24 años, Ángela Montiel, la edición número 11 de este festival quedará para siempre en su memoria, pues simboliza una celebración de vida a su madre, Ana Lidiet Chacón (50), a quien le fue detectado un cáncer el año pasado.
“Cuando comencé con la quimioterapia le prometí que si todo salía bien la acompañaría. Por dicha, todo ha evolucionado bien, ahora estoy solo con la radioterapia y qué mejor forma que festejarlo que con ella”, comentó Chacón con un sonrisa que evidenciaba su felicidad al poder estar ahí juntas en ese momento.
Montiel decidió que esta era la ocasión ideal para que ambas personificaran a Haul y Sophie, de la cinta Castillo vagabundo .
“Ella siempre me ha apoyado y es la que me cose los trajes (un total de 59), pero por su enfermedad no pudo hacerlo este año. Creo que este momento es más que especial, porque puedo compartir con ella una de mis pasiones, tomadas del brazo”, dijo la joven.
Ambas coinciden en que este tipo de actividades permiten que las familias se unan mucho más, pues ha sido pensado para el disfrute de niños y adultos.
Precisamente, y a unos metros de distancia, el zombie Mariano Beesley, de cinco años, se paseaba por uno de los pasillos junto a su madre, Maritza Barboza.
“En mi familia, todos nos disfrazamos porque amamos los cómics, el anime y la manga . Después de hoy, le puedo asegurar que en los próximos festivales vendremos vestidos como algún personaje”, afirmó, “escoltada” por otro de sus hijos, Marcelo, de 16 años, que personificó a uno de los protagonistas del videojuego Skyrim .
Más allá de ser punto de encuentro para las personas afines, el Festival Matsuri es una confirmación de que en la diversidad de los gustos, es donde se saborea lo más delicioso de la vida.