Si hay algo, que en muchos casos, la cuarentena por coronavirus ha permitido en las familias, es mayor cercanía entre papás e hijos. La posibilidad de teletrabajar (o salir a laborar por menos horas) y que los chicos puedan ser cuidados en casa o recibir clases allí (lo que a veces es tarea titánica) ha facilitado que entre responsabilidades diarias, los adultos puedan compartir más horas con sus hijos.
También está el caso en el que progenitores que no viven con sus hijos tienen que ingeniárselas para compartir y asegurar tiempo de calidad. Esta realidad de muchos costarricenses también es la de algunas figuras del medio televisivo tico que entre nuevas formas de trabajo viven momentos especiales con sus familiares más queridos. Así conviven, en tiempos de coronavirus, los presentadores de la pantalla chica Ítalo Marenco, Omar Cascante y Victoria Fuentes con sus hijos.
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Cuidar y entretener
El presentador de Giros, de Repretel, Ítalo Marenco comparte en sus redes sociales sus aventuras diarias junto a la pequeña Irene, su hija con Cindy Villalta, de 1 año y 8 meses.
Marenco cuenta que luego de hacer el programa matutino se dedica a su hija, y que en estos tiempos de pandemia el cuido ha sido retador, principalmente, para los padres de niños pequeños, a quienes además de resguardar, hay que entretener.
“Irene tiene mucha energía. Tengo la satisfacción de que la tengo en casa y de que ahí la estoy cuidando y sé que va a estar bien. Esta situación me ha dado la oportunidad de crear juegos, de contarle historias y de ponerme creativo porque ya no le gusta lo mismo”, dice Ítalo.
El actor y exfutbolista cuenta que esta etapa ha sido de enorme crecimiento como papá y persona, pues en sus redes trata de ser ejemplo para los padres que le siguen, usuarios con quienes intercambia ideas para hacer que sus hijos no se aburran en casa.
Junto a su esposa Cindy, quien trabaja desde casa, combina responsabilidades para mantener la seguridad de la niña intacta.
“Esto nos ha hecho crecer y reinventarnos. La bebé nos tiene locamente enamorados. El tesoro más grande que tenemos es su salud”, agregó Ítalo.
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Innovación y tiempo de calidad
En el caso de Omar Cascante, presentador de Buen Día, de Teletica, la dinámica para estar junto a su hijo, de 19 años, es muy distinta, pues el muchacho no vive con él.
Mientras Omar tiene algunos días de teletrabajo y Daniel Cascante, su hijo, recibe las clases universitarias virtuales, han encontrado momentos para compartir físicamente, pero también para entretenerse con la tecnología como mediadora.
“Este tema de la pandemia a uno le plantea dos escenarios: te distanciás de tu gente o procurás crear espacios que aunque sean cortos sean efectivos. Cada vez que nos vemos aprovechamos para cocinar, hablar un rato, ver una película, para cafetear, para ponernos al días”, cuenta Omar, también conocido por su faceta de cantante.
Las dinámicas a distancia también han creado momentos memorables entre padre e hijo. Daniel es estudiante de medicina y músico, entonces por videollamada él toca una canción en el piano y Omar adivina cuál es y viceversa.
“Procuramos mantenernos unidos. En este tiempo de crisis el estrés puede jugar pasadas feas que pueden incidir en la relación familiar. Uno como papá tiene la responsabilidad de incentivar esos espacios, de procurar divertirse en la medida de lo posible y sobre todo estrechar esos lazos con nuestra burbuja social”, agrega Omar.
Clases virtuales, frustración y realidad
Victoria Fuentes, locutora de Bésame y próxima presentadora de Divas pero Divinas, de Multimedios, ha vivido muchos sentimientos, junto a su esposo, el comediante y locutor Gustavo Gamboa, en este tiempo de coronavirus y de confinamiento en casa, al igual que muchos padres de familia.
VIcky y Tavo, como son conocidos, tienen dos niños: Saúl y Micaela. El niño mayor está en preparatoria, por lo que recibe clases virtuales. Al igual que muchos costarricenses, ellos han experimentado la frustración de lidiar con el cuido de los niños, el trabajo, la casa y con lograr que el niño reciba las lecciones.
“Esto ha sido todo un aprendizaje para la familia completa. Lo más difícil han sido las clases virtuales. Saúl apenas va a cumplir seis años. Tiene varias clases al día (de 8 a. m. a 2: 30 p. m.) y para nosotros hacer también de teachers en casa y tener una niña más pequeña no ha sido fácil. Antes de salir a vacaciones él ya no quería conectarse (a las clases), llamé al kínder para que me dieran contención, pues yo a veces lloraba de la frustración. Uno pierde la paciencia. Es la vida real. Somos una familia real. La directora nos dijo que le pasaba a muchos papás y eso nos tranquilizó”, contó Vicky.
La mamá celebra que el esfuerzo familiar ha evidenciado los conocimientos adquiridos por su hijo mayor, quien ha presentado evolución en el inglés, por ejemplo.
Vicky trabaja en Bésame de 6 a 9 a. m., luego llega a estar con los niños. Mientras ellos se quedan con el papá, quien ha estado haciendo stand up comedy virtual.
Sobre el tiempo en familia, Vicky destaca que hay mucha más cercanía y dedican más detalle a los pequeños momentos. La convivencia también logró que su hijo empezara a ser menos selectivo con la comida y que comiera un poco más de todo.
“Estar en familia, jugar y compartir nos ha enriquecido, hemos tenido tiempo de conocernos más; también hemos descubierto que hay momentos en los que se necesita individualidad. Antes de esto (como seres humanos) estábamos corriendo demasiado. Habíamos olvidado la importancia de ponernos a jugar, hacer pinturitas, acostarse en el patio y ver el cielo. Creo que este tiempo ha hecho esto, acercarnos más. La familia es nuestro oasis. Esto tiene cosas positivas en medio de la angustia”.