Cuando a Ivonne Cerdas se le pregunta cuál considera es su rasgo más hermoso, dejando abiertas las posibilidades para lo obvio, no menciona su largo cabello azabache (que muchas confunden con extensiones), tampoco su diminuta y llamativa cintura o respingada nariz. Ivonne considera que su belleza no es tan evidente como su aspecto físico sugiere, pues en su corazón habita una chiquilla que no muestra a todos, pero que sale cuando está feliz.
La noche del 18 de noviembre Ivonne Cercas Cascante se convirtió en Miss Costa Rica 2020 en un certamen que se realizó cuando Costa Rica y el mundo atraviesan la pandemia por coronavirus. La gala se llevó a cabo a puerta cerrada, sin público y las mascarillas fueron más importantes que los trajes de noche. Ella celebró su triunfo con queque de chocolate y pizza, como una niña. La mañana de este jueves 19, cuando se realizó esta entrevista y las fotografías que la acompañan, aún estando casi sin dormir, su alegría la hizo, por un momento, avanzar brincando, en vez de caminando, tal y como una chiquilla. Ivonne estaba feliz.
A Ivonne Cerdas, de 28 años, la han tratado de tonta por haberse mostrado nerviosa en algunas ocasiones; le han dicho anoréxica por su espigada figura, que en realidad es herencia familiar, pues su mamá, doña Cristina Cascante, sus tías, y hermanas también son delgadas. Ha sido señalada y no niega que le ha dolido, pero de lo malo ha aprendido.
Ella es la mujer que representará al país en Miss Universo, certamen mundial que aún no tiene fecha. Ivonne va con todo, sin embargo, no le teme al fracaso. Antes de ser coronada como Miss Costa Rica pensó que había perdido “otra vez”, pues como es sabido esta joven, nacida en Hatillo, comunidad al sur de San José, aspiró sin éxito a la misma corona en las ediciones del 2012 y 2015. La tercera fue la vencida. Bromea con el simbolismo del número 3, pues nació un 3 de agosto.
Ahora, en un reinado que no se sabe cómo será por la pandemia, Ivonne desea continuar apoyando una fundación que brinda ayuda a niños que nacieron con labio leporino o paladar hendido; además, tiene interés en promover mensajes de empoderamiento femenino y de luchar por una sociedad más segura, impulsando clases de defensa personal luego de casi haber sido secuestrada por un grupo de hombres.
Conozca de cerca a Ivonne Cerdas Cascante, la ingeniera en sistemas que no se desvela por irse de compras pero sí por tener una computadora bien equipada para disfrutar de videojuegos; la mujer que disfruta la comida típica costarricense y que este 20 de noviembre, cuando usted lee esta publicación, está trabajando normalmente para Intel.
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—¿Cómo nació el interés por querer ser Miss Costa Rica?
—El interés empezó desde muy pequeña. Veía concursos de belleza y lo añoraba. Era un sueño de niña cuando veía a esas mujeres hermosas como si fueran unas barbies. Pero cuando realmente entré a un certamen a los 18 años mi perspectiva cambió muchísimo y empecé a entender que el enfoque principal de los reinados de belleza no era el verse linda en escenario o en fotos o en redes sociales. Ahora veo que el enfoque es ayudar a la gente. Usar esta plataforma de manera correcta. Dejar de lado totalmente las fotografías, el mundo efímero de las redes sociales y llevar un mensaje a la población y a la comunidad.
—¿Cuál es ese mensaje?
—Seguir luchando. Que no hay sueño demasiado grande. Que todos podemos cumplir lo que nos propongamos. Que no se dejen vencer, que insistan no importa que te digan la Miss Repitepite (risas), uno tiene que burlarse de uno mismo y tomar todas las cosas de buena forma. Ser positivo y continuar. Dejar las críticas de lado.
—¿Qué significa ser Miss Costa Rica finalmente? Y se lo pregunto porque, bueno, acaba de mencionar Miss Repitepite… (Ivonne responde de inmediato).
—Claro, tengo un montón de apodos. Miss Insistencia, por ejemplo.
—Es de conocimiento su insistencia, su perseverancia. Participó en Miss Costa Rica 2012 y en el 2015, siempre clasificándose en el top 3. Antes mencionó que se aprende de los fracasos pero Ivonne, finalmente este 2020 es Miss Costa Rica. ¿Qué significa?
—Muchísimo. Más que todo porque quiero dejar una huella en este mundo. Quiero hacer sentir orgullosa a mi mamá. Quiero hacer sentir orgulloso a mi país. Quiero gritar el nombre de Costa Rica a nivel mundial y sentirme identificada. Soy fiel a creer en nuestro talento. En el diseño nacional. Quiero usar mi plataforma de diferentes formas. El mundo evoluciona mucho. Quiero mostrar la cara de la mujer en la sociedad. Alzar la voz por aquellas mujeres que están siendo violentadas. Quiero pronunciarme por esas chicas, quiero decirles que no callen, que no tengan miedo. Yo he tenido miedos, miedo a hablar frente a un público, escuchar que me digan tonta porque no puedo hablar. La gente no sabe mi trasfondo. Ahora me muestro como una mujer completa, que abraza sus defectos.
—¿Anoche (en la gala final) se sentía insegura, tenía temor de nuevamente no conquistar la corona? Lo vimos cuando usted gana y no cae en cuenta de lo que está ocurriendo.
—Por supuesto. Realmente fue una impresión gigante. Cuando dijeron mi nombre yo dije: bueno, perdí de nuevo y solo le dije a Vale (Valeria Rees, virreina): ‘Valeria, felicidades, espero que lo disfrutés muchísimo’ y cuando me iba a retirar del escenario me dijeron que yo gané y yo no lo podía creer. Entré en estado de shock y empecé a llorar (...).
—¿Cuál es su propósito durante este reinado?
—Actualmente quiero seguir trabajando en mi proyecto social en la asociación LPH que brinda apoyo a niños y niñas con labio paladar hendido. Llevo dos años ayudándolos.
—¿Por qué se interesó en apoyar a niños con esta condición?
—Cuando estaba en la escuela una compañera tenía esta condición. A ella la molestaban porque no podía hablar bien y a mí también por mi tartamudez. Ella me inspiró. Desde los 18 he entrado en causas sociales. Hasta ahora me consolidé con esta asociación.
—¿Cómo cree que sea reinar en pandemia?
—Creo que será una experiencia diferente. Entrenamientos diferentes. Hay que adaptarse a esta nueva forma. Creo que no tengo problema. Soy ingeniera en sistemas y siempre paso en mi computadora, estaré anuente a lo que tenga que hacer.
—¿Cómo fue la lucha interna por ser Miss Costa Rica? Y pregunto por lo que nadie ve, lo que va más allá de inscribirse tres veces…
—Yo digo que tengo fantasmas: el del miedo, el del nerviosismo, el de las críticas. A veces me gusta cuando entro a un escenario o cualquier cosa y les hablo: les digo que no están en mi contra, sino que me ayudarán y harán más fuerte. Simplemente me hacen respirar y me harán fluir.
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—¿Cómo piensa prepararse para Miss Universo? ¿Cuáles son los aspectos que quiere fortalecer?
—La dicción es primordial. Ya hablo inglés, es un tema que domino. Ya estoy en un curso en línea de portugués para hablar un poquito; quiero aprender alemán, mi novio es alemán (tienen tres años de relación), entonces aprendo unas cuantas palabras.
Quiero seguir puliendo la parte de pasarela, el cuerpo y creo que es muy lindo apoyarse en la reina saliente, Paola Chacón Miss Costa Rica 2019, que como es tan deportista, disciplinada y amable yo le dije que me encantaría entrenar con ella y eso es parte de la sororidad. Una mujer que me está dando una mano para apoyarme en ella.
—¿Cuál característica suya cree que la va a hacer descartar?
—Creo que el ser perseverante y disciplinada siempre. Creo que esa es mi marca personal.
—En redes tiene muchos miles de seguidores. Ahora se convierte en una representante de Costa Rica, en un ejemplo. Tiene esa responsabilidad. ¿Cuáles valores quiere transmitir a las personas jóvenes?
—El valor que les quiero transmitir es que luchen, que alcen su voz, que no crean en las redes sociales, aunque a mí me gusta exponer un lado donde no solo está el modelaje, sino muestro mis viajes a Boruca, en como creo en el folclor que tenemos, en nuestra identidad como ticos. Eso es lo que quiero transmitir: sentirnos más orgullosos de nuestras raíces. Aquellas mujeres que ahorita están luchando o dudando de sus sueños les digo que no lo piensen, que lo hagan, que no hay peor intento que el que no se hace.
—Cuando usted me habla de que no hay que creer en las redes sociales se refiere a que por lo general allí se muestra, sobre todo, fantasía, vemos solo lo lindo…
—Sí. Les voy a decir algo: mi vida se resume en trabajo duro. Mi vida no es diversión, siempre va a ser estar en mi escritorio trabajando, en el certamen para el que me preparé todo este tiempo, estar conectada con mis causas sociales. A veces uno no ve la realidad que tienen otras personas y el estar también involucrada en diferentes causas sociales nos hace ser más empáticos y nos hace quitarnos ese velo de que todas somos lindas. Incluso con los filtros pasa muchísimo. Creo que tenemos que quitarnos ese velos de las redes sociales y usarlas de manera positiva, comunicarnos bien, educar.
—Ahora más en frío retomemos la pregunta que le hicieron anoche…
—Ay Dios mío, ni me preguntés…
—¿Cómo cree que puede mitigarse la violencia de género y cómo reducir el tema de los feminicidios en el país?
—Tenemos que seguir trabajando muchísimo en una sociedad que sea empática e inclusiva y me puse un poco nerviosa en esta parte, pero tengo que decir que aplaudo al Gobierno que aprobó la Ley contra el acoso callejero.
—Si bien se puso nerviosa, usted estaba consciente del tema porque habló de la Ley y mencionó al Inamu…
—Sí. Me identifiqué con el Inamu porque mi suegra trabajó ahí. Ella me hablaba de muchos casos. Ahora yo también caigo mucho en cuenta sobre mujeres que pasan por situación tan difícil como esta y no solo que son abusadas, sino que sufren de violencia psicológica. Eso pasa mucho y hay que aprender a identificarlo.
—¿Le ha ocurrido alguna vez?
—Claro, yo creo que todo el mundo ha tenido un tóxico en su vida. Lo esencial es conocerse y si tu mamá te da consejo y te dice que hay algo extraño hay que hacerle caso.
—¿En su caso la relación ha sido con abuso psicológico, acoso o abuso sexual?
—Me pasó una situación este año de la que me gustaría hablar. Cuando empezaron los secuestros antes de la pandemia, por ahí de enero, yo corro por La Sabana, iba corriendo sola, pasé por una casetilla y unos árboles, noté que venía un chico y luego un carro y se bajaron del carro tres tipos y me intentaron meter. Gracias a Dios sabía defensa personal y a como pude los derribé. Crucé la calle corriendo, no me fijé, me pudieron atropellar, pero lo único que pensé es que ahora las mujeres tenemos que recurrir a aprender defensa personal y aprender a disparar porque uno nunca sabe qué pueda pasar.
—¿Qué piensa de que las mujeres tengamos que vivir en una sociedad así, en la que caminamos y corremos con miedo?
—Eso es lo que quiero decir. La sociedad tiene que ser segura para nosotras. Las leyes tienen que ser más fuertes. Tenemos que seguir educándonos y si presenciamos algún tipo de violencia tenemos que correr hacia esa persona y decirle y denunciarlo, por supuesto. Cuando me pasó eso yo salí corriendo y dije necesito ayuda me está pasando esto y nadie hizo nada. Tuve que llamar a mi familia para que llegaran por mí.
—¿Denunció lo que le pasó?
—No denuncié, sinceramente, porque todo pasó rápido y no tomé datos y no pude identificar a los tipos.
—¿En su reinado le interesa alzar la voz en este aspecto?
—Sí, he tenido conversaciones con mi sensei, quien me da clases de yu yitsu para implementar clases de defensa personal gratuitas para mujeres desde mi plataforma.
—¿Además de esto cómo quiere ayudar a empoderar a las mujeres?
—Quiero estar con este proyecto de las clases de defensas personal. Promover la ruptura de estereotipos, abrazar nuestros defectos, aprender a ser sororas entre nosotras. El mejor mensaje que les puedo dar es que luchemos y luchemos.
—¿Ha vivido discriminación por género?
—Al principio de mi carrera fue un poco difícil porque cuando entré me dijeron que si estaba segura de mi carrera. No lo veo como un tipo de discriminación pero sí como una forma de querer desanimarme y no lo dudé ni un segundo. Solamente me reí. Estaba ahí porque yo quería.
(Ivonne ingresó a la Universidad Técnica Nacional gracias a su nota de presentación. Ella era el tercer mejor promedio de su colegio).
—Usted trabaja en un campo dominado por hombres, ¿alguna vez la han querido demeritar por ser una mujer interesada en certámenes de belleza?
—Para nada. Más bien donde trabajo mi equipo es súper inclusivo. Es una bendición estar donde estoy.
—¿Qué piensa Ivone Cerdas del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo?
—Vengo de una familia muy conservadora. Y puedo entender a las personas que creen que las mujeres no deberían decidir sobre su cuerpo en el sentido del aborto, pero este no es un tema religioso ni político. Estamos hablando de una decisión de cada persona. Para mí en estas posiciones del aborto creo que hay que analizar si el bebé o la mamá pueden llegar a tener problemas de salud. En ese caso estoy totalmente de acuerdo en que se interrumpa el embarazo. O en el caso de que la mujer haya sido ultrajada creo que ella tendría toda la razón de que quiera interrumpir su embarazo.
—¿Cuáles son sus pros como profesional?
—Soy muy hiperactiva. A pesar de que estudié una carrera que implica de estar detrás de una computadora me gusta resolver todo rápido. Creo que es de nuestro género. Me gusta ser eficiente, me comunico mejor, creo más en mí. A veces uno cree que no es suficientemente clasificado en un trabajo y he aprendido que estoy donde estoy porque me lo he ganado.
—¿Qué es lo más complejo de siempre tener que verse bien?
—Levantarse temprano. Y siempre estar con tacones puestos aunque a uno le duelan los pies.
—El año anterior a su antecesora la expusieron con unos audios personales. ¿Usted teme que le pueda pasar algo similar?
—Bueno y si llega a pasar, creo que me he cuidado muchísimo, pero si llegara a pasar creo que el mensaje que podría dejar, el aprendizaje que nos dejó Paola es no confiar en ciertas personas y que no podemos señalar. En redes sociales nos sentimos dueños de la verdad absoluta y eso no es así. Todas aquellas personas que señalan y juzgan tienen que ser empáticas porque sea video o audio podría ser nuestra hermana, mamá, tía, hermano, papá.
—Tiene éxito profesional y la corona de Miss Costa Rica. ¿Qué más añora?
—Quiero sacar una maestría en seguridad informática. Y estoy terminando mi proyecto: una aplicación para mujeres que sufren algún tipo de violencia.
Créditos:
Vestidos de gala: Boutique Valesky
Falda café y blusa turquesa : Del manzano
Vestido negro con azul: diseñador nacional Daniel Moreira (ya fallecido).
Cabello y maquillaje: Mauricio Jiménez
Zapatos: Daniel del Barco