Un comunicado lo oficializó, pero la noticia era crónica de una muerte anunciada. Adidas informó al mundo que cesaba el contrato que mantenía con Yeezy, la firma de moda del icono del hip-hop Kanye West. La decisión fue tomada luego de que el cantante disparará una serie de comentarios antisemitas.
Ye, como se hace llamar ahora, perdió no solo el contrato, sino $400 millones y por eso Forbes lo sacó de su lista de billonarios.
Por los mismos comentarios de odio hacia el pueblo judío es que Balenciaga también le dijo adiós al rapero y productor.
“Balenciaga ya no tiene ninguna relación ni planes para futuros proyectos relacionados con este artista”, declaró Kering, la empresa matriz de Balenciaga, en un comunicado.
El debate se centra si estamos ante el fin de una carrera que parecía imparable y tuvo a West en lo más alto no solo como músico, sino también como ícono de la moda, pero que parece haber sido llevada por el camino del mal en tiempos recientes.
Y si bien la debacle de uno de los artistas más aclamados del presente siglo empezó hace unos cinco años, escarbando en el pasado de un creador que siempre ha coqueteado con la polémica, es probable que haya más material autodestructivo.
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Una caída, pasa a paso
2017: Kanye anunciaba por todo lo alto el lanzamiento de su disco Ye, producción que se atrasó en ver la luz, mientras el artista no paraba de usar de modo incendiario su cuenta de Twitter, de donde más tarde fue expulsado. Finalmente, cuando el álbum logró salir, el recibimiento no fue el mejor. Lo que más se recuerda del lanzamiento era la frase que aparecía en la portada: “Odio ser bipolar, es maravilloso”.
Tras este primer fracaso de quien había tenido una carrera pulcra, Yandhi, el otro disco que West anunció se convirtió en una promesa incumplida, recuerda El País de España.
2020. Kanye anunció que se postularía como candidato a la presidencia de su país. Al final solamente alcanzó 70.000 votos en todo Estados Unidos. Sin darse por vencido, adelantó que lo volvería a intentar en la política en el 2024.
2024 pic.twitter.com/CJsmMGhExW
— ye (@kanyewest) October 8, 2022
2021. La socialité Kim Kardashian presentó la solicitud para divorciarse de Kanye West. El desplome de la relación, que inició en el 2012, empezó en el 2020 cuando en los actos de propaganda de cara a las elecciones de Estados Unidos, él habló de temas personales relacionados con su esposa, lo que provocó que ella se molestara.
El tema no quedó ahí y West seguía dando declaraciones que generaban preocupación alrededor de su salud mental. Kim no pudo más y en julio del 2020 le contó a sus seguidores que su esposo tiene la condición de trastorno bipolar. A finales de ese año se separaron.
En el 2021 el también diseñador publicó el disco Donda. El material generó polémica porque el cantante invitó a su evento de lanzamiento a dos figuras que habían sido canceladas recientemente: DaBaby y Marilyn Manson, músicos que fueron criticados por sus comentarios homófobos en público y por acusaciones de acoso sexual, respectivamente.
Tiempo después, West publicó la secuela de Donda y pasó desapercibida.
2022. Luego de varios acercamientos amigables entre ellos, que no terminaron en reconciliación, Kim y Kayne aparecen con nuevas parejas (ella con Pate Davison y él con Julia Fox). Todo iba bien hasta que en una de sus canciones, el rapero criticó las habilidades de crianza de la madre de sus hijos, recuerda El Comercio de Perú.
A ese episodio se sumó que Kayne empezó a decir, sin fundamento, que Davison tenía sida.
A mediados de enero, Ye regresó a las redes sociales para decir que no lo invitaron ni le dieron la dirección del lugar en el que se realizaría la fiesta de cumpleaños de su hija Chicago. Más tarde él fue visto en la actividad.
Kim y Kanye son padres de cuatro hijos: North, Saint, Chicago y Psalm West.
2022. En la reciente semana de la moda de París, Kanye West generó polémica al usar una camiseta con la leyenda “Lives White Metters” (las vidas blancas importan), asociada a movimientos racistas. Su acto fue criticado fuertemente e incluso La Liga de Autodifamación “calificó la frase como un ‘eslogan de odio’ utilizado por grupos supremacistas blancos, incluido el Ku Klux Klan”, informó CNN.
A partir de ahí el mundo de la moda le cerró la puerta en la cara y las marcas que solían promover sus diseños se desmarcaron de él, especialmente desde que desató su narrativa antisemita en entrevistas y redes sociales. En las últimas semanas, West ha visto cómo su cuenta bancaria se desangra, a medida que marcas como Adidas, Gap y Balenciaga cortaron vínculos con él, mientras que las cadenas Foot Locker y TJ Maxx anunciaron que no volverán a vender sus productos.
Tras lo ocurrido con Adidas, Kanye se mantendría con algunos negocios de bienes raíces, entre otros. También cuenta con un pequeño porcentaje de acciones en uno de los negocios de su exesposa, Kim Kardashian.