En los últimos días mucho se habla de Argentina, de su conquista de la Copa del Mundo en Qatar 2022 y de Lionel Messi. Sin embargo, en medio de las celebraciones, de los vítores y las felicitaciones, destaca una historia de amor que bien podría ser la protagonista de una telenovela.
Lionel Messi y su esposa, Antonella Rocuzzo, son esa pareja que muchos quisieran ser: son jóvenes, tienen dinero, son una familia sólida y tienen tres hijos.
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Esta es su historia de amor...
Lio y Anto eran dos niños con vidas muy distintas entre sí, pero el destino los juntó.
Cuanto tenía unos nueve años, ya Messi jugaba para el Club Newell’s en la localidad de Rosario, en Argentina. Ahí tenía, como todo buen chico, un mejor amigo. Ese amigo lo invitó a pasar un fin de semana en su casa y ahí fue donde Messi conoció a Anto.
La niña era prima de ese amigo y se dice que desde el momento en que el pequeño la vio quedó enamorado. Como chicos que eran jugaron, se divirtieron y la amistad creció. Messi volvió a su casa y según cuentan medios internacionales le enviaba cartas de amor a Antonella, pero la distancia se interpuso en su historia.
Al jugador le diagnosticaron una deficiencia en una hormona del crecimiento a los 13 años. Justo en ese momento el Barcelona lo fichó y se lo llevó a España para que entrenara con el club y de paso pudiera atender su situación médica. Ese fue el momento en que un océano se atravesó entre Messi y Anto.
Sin embargo, la relación continuó a la distancia. Para ese tiempo ya el amor de adolescencia era inminente.
En el año 2005 y después de mantenerse en contacto lejano, Messi y Anto se reencontraron. Lamentablemente se volvieron a ver en momento difícil, ya que una amiga de Antonella había fallecido y él viajó desde España a Argentina para acompañarla en ese momento.
En ese ocasión, la pareja decidió que nunca más quería estar lejos. Entonces, ella se fue a vivir con el jugador a Barcelona y para el Mundial de Sudáfrica 2010 formalizaron su noviazgo.
El cuento de hadas siguió. En el 2012 nació su hijo Thiago y en el 2017 se casaron en Rosario, Argentina, la ciudad que los unió. En el 2015 recibieron a Mateo y en el 2018 a Ciro.
Ahora, toda la familia Messi Rocuzzo viven las mieles de la gloria y la pareja se mantiene como una de las más estables del fútbol mundial.