Luis Miguel: la serie ha develado varios misterios alrededor de la vida del cantante mexicano. Lo que ha acontecido alrededor de él genera curiosidad y hasta morbo.
Recientemente Miguel Polo Martínez, exmánager de Luis Miguel dijo en entrevista con Los ángeles de la mañana que Mariah Carey fue “el gran amor” del mexicano. Aunque la historia de ella no aparece en la serie, como si lo hacen las de Mariana Yazbek e Isabella Camil, esta nueva declaración hizo recordar a los fanáticos aquella relación que empezó en 1998 y que terminó en 2001.
Luis y Mariah
Estaba por terminar 1998 y Luis Miguel buscaba un poco de paz después de un año exitoso en el que había roto nuevos récords gracias a Romances, su tercer álbum de boleros, que salió un año antes.
Cuando en los Estados Unidos aún nadie hablaba del “boom latino”, Luis Miguel había logrado que su trabajo -producido por él mismo y con la colaboración de Armando Manzanero y el argentino Bebu Silvetti- debutara en el puesto 14 del ranking Billboard Top 200, algo inédito para la música en español hasta ese entonces, informa La Nación de Argentina. El Sol solamente quería calma y se fue a descansar a las montañas de Aspen.
En las nevadas colinas también se relajaba Mariah Carey, la estadounidense venía de lanzar un disco cada dos años desde su debut, a inicios de los 90, y había cosechado una serie de éxitos en la lista Billboard, según el medio argentino. Carey también descansaba del amor: venía de terminar su relación con el destacado beisbolista Derek Jeter.
Él y ella tenían tres cosas en común: estaban jóvenes, eran exitosos y ambos se encontraban solos. Quienes alquilaban las mansiones en las que se hospedaban decidieron hacer de cúpido y planearon un encuentro diciendo que tanto a Luis Miguel como a Mariah Carey les dijeron que el otro estaba interesado en conocerlo. Aquella primera cita se dio en diciembre en un salón privado de un exclusivo restaurante y el flechazo fue inmediato.
Según fuentes utilizadas por La Nación de Argentina, aquel encuentro fue provechoso para ambos. Para él suponía la posibilidad de estar con alguien que pudiera comprender el nivel de trabajo y fama que vivía. Para ella “fue un reencuentro con sus raíces latinas, ya que su abuelo paterno había nacido en Venezuela”, cita el medio argentino.
El romance empezó y salió a la luz cuando ambos salían a comer a distintos y distinguidos sitios en Nueva York. Así lo oficializaron y evitaron que algún paparazzi diera la noticia.
Un amor que permanecía en el ajetreo
Pasaba el tiempo y la pareja demostraba que aun con sus apretadas agendas podían seguir juntos, incluso, eso era lo que más los hacía encajar y mantenía el noviazgo. Ante las consultas de la relación, Carey que sí hablaba con los medios, se refería a su aventura sentimental con el siempre hermético cantante.
“Me he dado cuenta que uno tiene que estar seguro de uno mismo. El público y los medios pueden atacar una relación y volverte loco. Necesitas ser alguien muy seguro de tí mismo para lidiar con esa situación. Yo estoy muy feliz con la relación en la que estoy ahora porque él es un cantante y una super estrella latina. Se llama Luis Miguel y él está tan seguro de sí mismo que si bien todos le hablan de hacer un disco en inglés, él no lo hace porque no lo necesita. No sigue modas y entiende la locura de mi vida porque no hay muchos a los que les podés decir por teléfono ‘Ok, te dejo que tengo que cantar para 50 mil personas’ y realmente te entiendan”, dijo Carey en una entrevista en 1999 y que replicó La Nación de Argentina.
Carey siempre destacaba que la conexión entre ambos era más intensa gracias a que ambos tenían la misma exigencia y nivel de éxito.
Se resquebrajó el amor
La idea de los dos fue que el amor no pasaría al plano laboral. Sin embargo, en 1999 decidieron hacer un dúo. Carey escribió junto al connotado músico y productor David Foster la balada After Tonight, para que cantaran juntos.
Pese a algunas reticencias, Luis Mi aceptó la propuesta y grabó su parte en un estudio de Nueva York. Con las dos partes en sus manos, Foster mezcló el track y le envió copias a cada uno de los artistas enamorados…
Llegó la primera diferencia: Carey quedó encantada con el resultado pero el mexicano odió escucharse junto a ella.
Aunque no existe versión oficial de por qué a Luis Miguel no le agradó cómo quedó el tema; sin embargo, lo que alegan fuentes cercanas es que “su nivel de perfeccionismo es tal que no pudo soportar verse opacado por otra voz; otros creen que no se sintió cómodo con el género o que simplemente sus inseguridades profesionales lo desbordaron”, cita el periódico argentino.
Mariah no abandonó aquello que tanto le gustó e incluyó el tema en su album Rainbow, mismo en el que la diva dedicó unas palabras (en español) a su todavía novio: “Luis: Gracias a Dios que te encontré”.
La relación continuó. Ella visitaba la mansión que él tenía en Acapulco. Y ambos trataban de coincidir: ella presentó su gira Rainbow en Argentina justamente cuando él presentaba la exitosa Amarte es un placer, en 1999.
Para el 2000 todo empezó a mermar. Rumores de infelidad por parte del ídolo mexicano empezaron a separar a la pareja. Aun así, continuaron juntos hasta 2001, en ese año la supuesta traición era protagonizada por la estadounidense.
"Cuando Carey rodaba en Canadá su primera y desastrosa película, Glitter- los rumores de infidelidad fueron distintos. La cantante actuaba allí con Eric Benét, quien estaba en ese entonces casado con Halle Berry. De acuerdo con los tabloides de la época, la ganadora del Óscar habría viajado al set de rodaje sólo para vigilar a su esposo, algo que dio por cierto Luis Miguel”, dice La Nación de Argentina.
Luis Miguel y Mariah Carey terminaron sin escándalos de por medio. Nunca se supo mucho más. Lo único que El Sol declaró al respecto fue que ”en su momento todos los medios dieron su versión de lo que pasaba, pero no quisiera entrar demasiado en eso. Todo lo bueno y lo positivo está ahí y seguirá allí. Fue una relación muy positiva”, dijo en ese entonces, evidentemente incómodo, a un medio español.