María Fernanda Rodríguez Ávila, quien este 30 de setiembre cumple 25 años, no puede definir en un solo sentimiento todo lo que está viviendo desde que se convirtió en Miss Costa Rica 2022. La ingeniera civil, de sonrisa fácil y quien se proyecta como una joven simpática, conversó largo y tendido con La Nación sobre su actualidad y la historia que ha formado a la mujer que es, una dispuesta a reconocer “sus errores”.
Además, Rodríguez habló, tras su coronación el 28 de setiembre, de una polémica que empezó en redes sociales tras la divulgación de un comentario que ella realizó en el 2017, cuando Elena Correa fue designada como Miss Costa Rica. Incluso, narró todo el proceso que la llevó hasta el propio instante de conquistar la corona y de las situaciones a las que se ha sobrepuesto.
María Fernanda está decidida a continuar trabajando con su fundación en pro de las adolescentes, a comprometerse con otras causas que se apoyan en Teletica y dispuesta a apoyar organizaciones que atienden a poblaciones que requieran ser visibilizadas.
La menor de los tres hijos de una profesora y un ganadero, se prepara desde ya para Miss Universo 2022, certamen que se realizará el 14 de enero en Nueva Orleans, Estados Unidos. Oriunda de San Carlos, María Fernanda contó que se inspira en su madre y en sus abuelitas, un matriarcado que la ha empoderado desde que recuerda y, sobre todo, en el momento en que vio a Johanna Solano sobresalir en el Miss Universo 2011. ¡Justo allí empezó a soñar!
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-¿Cuáles son sus prioridades como reina? ¿Qué es lo que quiere hacer y aportar?
Quiero ayudar al Mariano Juvenil (asociación no gubernamental apoyada por el Patronato Nacional de la Infancia, en la que se albergan y trabajan niñas y adolescentes en situaciones de riesgo), es el objetivo número uno. Quiero darle una voz porque en el país solo tenemos tres albergues iguales y son causas que casi no se conocen. Es necesario expandirlo porque las muchachas realmente necesitan nuestro apoyo. Me enamoré de esta causa social gracias a los certámenes de belleza.
“Quiero, además, llevar mi fundación Sueños Inquebrantables (iniciativa que desde hace 12 años apoya con actividades, recolección de fondos y lo que se necesite) a algo diferente, más grande”.
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-Esta pregunta viene ligada, ¿cuáles serán sus luchas como Miss Costa Rica? ¿planea trabajar por las mujeres?
Totalmente, creo que es increíble que 8 de cada 10 mujeres hayamos vivido situaciones de abuso, de acoso, o en las que sentimos temor por nuestras vidas solo por el hecho de ser mujer, que es mucho de lo que viven las muchachas de la asociación Mariano Juvenil. Ellas son una pequeña representación de un porcentaje de todo lo que viven las mujeres alrededor del mundo y es una causa con la que me identificó plenamente. Quiero alzar la voz: llegó el momento de que las mujeres seamos escuchadas, respetadas y que cambie la situación que vivimos actualmente.
-¿Ha sufrido usted este tipo de situaciones o solo las conoce por estar cerca de mujeres que han pasado por eso?
Sí, las he vivido. Sé lo que es estar joven e ir por la calle y ser acosada desde un carro, ser perseguida por una motocicleta y no saber cómo actuar. Inclusive, en los certámenes de belleza fue el primer momento donde sentí riesgo por mi vida, estaba a miles de kilómetros de mi casa, a 12 horas de diferencia, y se presentó una situación complicada. En ese lugar yo me proyectaba como una de las favoritas… pero de las favoritas de los patrocinadores. De ahí me llevaron a un lugar incómodo. Ese certamen ha tenido problemas por eso, de hecho.
¿En qué país estaba y cuál era el certamen?
Estaba en Filipinas y era el Miss Earth. En los certámenes se ve mucho de esto.
-¿Qué pasó esa vez? ¿La acosaron? ¿Le hicieron una propuesta indeseable para lograr ser la ganadora?
Me hicieron propuestas, pero no para ganar; sino de viajes. Ese tipo de cosas con las que los hombres creen que pueden comprar a las mujeres o la ilusión de las mujeres.
“Esto fue con las mismas chaperonas, una de ellas me llamó mientras yo alistaba mi maleta para viajar a otra provincia, pensé que había incumplido una normativa, pues me pidieron que bajara sin banda y eso era raro, pues nosotras siempre teníamos que andar con la banda como regla para identificarnos. Era tarde, yo bajé y me dijo que me quería presentar a alguien.
“En el restaurante del hotel habían tres o cuatro hombres. Era solo yo. Ellos empezaron a hablarme de vuelos, viajes y dinero. Yo no decía nada, volví a ver a mi chaperona con temor. Dije que me tenía que ir y la chaperona me pidió que no le dijera eso a nadie. Nunca dije nada ni me quejé porque a mí no me enseñaron en mi casa a hacer alborotos. Trato de lidiar con las cosas de manera diferente. Supe que años después se presentaron nuevas situaciones con otras chicas”.
-¿Cuáles son los valores esenciales en su vida?
El respeto, la humildad y la bondad se combinan bien para ayudar a los demás. Hay que respetar que todos somos diferentes y que no tenemos que cruzar límites para lastimar a otros. Siempre he creído que las palabras tienen mucho poder y que si no vamos a decir algo bueno es mejor no decirlo; también creo que ayudar a quienes lo necesitan o están en posición de vulnerabilidad puede traernos mucha más satisfacción que generarnos vanagloria (...).
-Ahora que usted decía que ‘si no hay algo bueno para decir es mejor no decir nada’, quiero comentarle sobre un comentario del 2017 que ha estado circulando, cuando usted habría manifestado que no estaba conforme con esa designación (la de Elena Correa como Miss Costa Rica). ¿Recuerda ese episodio?
(Lo escrito decía: “como si ella pudiera opinar sobre belleza y quien debe ir, fue la designación más injusta de la vida, la de ella (sic)).
Sí, yo sé que ese comentario está circulando por ahí. En el 2017 tenía 19 años, creo totalmente que es un comentario inmaduro del cuál me arrepiento 100%, porque ella es una mujer y yo he intentado apoyar el tema de la sororidad (solidaridad entre mujeres). Sea cual sea la razón de su designación es tica y hay que apoyarla. Tal vez la Fernanda de ese momento no es la misma de ahora y pues todos cometemos errores. He tratado de ser lo más intachable posible pero es imposible porque no soy perfecta.
-Lo que usted está haciendo ahorita parece valiente, pues lo está reconociendo…
-Sí, yo vi ese comentario y la verdad es doloroso porque Elena (Correa, Miss Costa Rica 2017) me apoyó a mí, me hizo un comentario muy bonito y ahí sentí el remordimiento de, en aquel momento, no haber sido sorora con ella.
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-¿Qué fue lo que pasó en ese momento?
Yo, en ese momento, tenía ese gran anhelo de ser Miss Costa Rica y uno a veces se deja llenar la cabeza de lo que dicen alrededor. La gente me decía, ni lo intentés (en Miss Costa Rica), no vas a llegar a nada. Ya eso es un círculo muy cerrado y que era difícil de entrar. Mi corazón se llenó de tristeza, pero después uno lo ve de manera diferente: estando acá, tomando madurez, reconociendo que se comenten errores porque sí, ese fue un error, ya que lo que se sube a internet no se borra después, pero bueno fueron palabras que espero no vuelvan a salir nunca de mí. La verdad me arrepiento mucho de haberlas mencionado.
De cerca
-¿Qué representa Miss Universo para usted?
Para mí es la punta de la cima de un proceso de muchos años. Es un reto muy grande llevar el nombre de Costa Rica pero también la oportunidad para llevar el mensaje de mi proyecto social (...) que se escuche lo que sufrimos las mujeres, generar una conciencia mayor y tal vez una fundación más establecida para apoyar a nivel nacional. Mi sueño es que ese proyecto también sea internacional.
(Sobre las posibilidades de que en Miss Universo participen mujeres embarazadas, madres o divorciadas, Fernanda Rodríguez resaltó que las mujeres son capaces de hacer lo que se propongan y que sean incluidas en el certamen en todas sus etapas).
-Según su propio criterio, ¿qué es lo que la hace una mujer bella?
Está difícil esa pregunta, no me gusta hablar tanto de mis características, pero considero que como me decía una vez un amigo que ya está en el cielo: ‘usted es linda físicamente, pero lo más importante es su corazón’. Siempre me he dejado guiar por eso, mis papás hicieron un gran trabajo que viene desde mis abuelitos; he logrado aprender mucho de ellos. Para mí, lo más importante es tener algo que ofrecer desde la parte interior de mi corazón, que lo que salga de mí sea bueno y positivo. Esa es la belleza más importante.
¿Cuál es el papel de Dios en su vida?, lo digo porque usted suele ponerlo en primer lugar...
Así es. Es el escritor de mi vida. (...). Sé que la mano de Dios está ahí. El Mariano Juvenil es otra cosa que Él me puso y me hizo enamorarme de esta causa. (...) Dios me ha mostrado que es la felicidad real y el amor verdadero. Llena mi corazón.
¿Ha tenido alguna adversidad? Si ha sido así, ¿qué le ha enseñado?
He tenido varias y me han enseñado a ser más fuerte, que no todo es color de rosa, pero que al final del camino siempre hay una luz.
¿Quisiera mencionar cuál fue esa situación?
No he vivido solo una, sino varias. Son cosas que todos hemos vivido en el colegio, entre ellas el bullying, eso me hizo crecer y madurar como persona. Luego, en la universidad, todo el tema de que mi carrera no era para mujeres (...). De todo he aprendido, que si se tiene la perseverancia y la resiliencia para lograr las cosas, se puede. No hay adversidad que logre detenernos si se tiene la fortaleza (...).
-Usted menciona un tema del que quería hablarle y es que se formó en una carrera que históricamente ha sido masculina ¿Se ha enfrentado a comentarios misóginos y machistas, a estigmas? Y si es así, ¿cómo se ha sobrepuesto?.
Creo que nunca estuve pendiente a esto. El colegio me enseñó también que los comentarios no te quitan ni te ponen nada. Yo estudié ingeniería civil porque me imaginé siempre ejerciéndola: y sí, se presentaban temas con mis profesores (algunos creían que la carrera es masculina), siempre tenía más compañeros que compañeras, pero nunca vi en eso algo que me hiciera dar pasos atrás.
“Me decían que cómo una Miss iba a estudiar una carrera tan sucia, en la que hay que embarrealearse, pero decía que también tengo mi lado de andar sin maquillaje con mis burros y mi jeans, cómoda.
¿Qué mensaje tiene para las mujeres y las personas jóvenes?
No se rindan, sus sueños tienen que ser inquebrantables. Hace 11 años yo tuve un sueño (ser Miss Costa Rica), el cual me movió por mucho tiempo, que me hizo levantarme en las madrugadas cuando no quería, además de levantarme de situaciones difíciles. Creo que todo es posible: los sueños que nos propongamos hay que convertirlos en metas y hay que llevarlos a éxitos (...).
-Es común que las personas tengan inseguridades, es como inherente al ser humano. ¿Cuáles son las suyas y cómo las enfrenta?
Sí, todos tenemos. Anteriormente una de las inseguridades era sobre todo mi parte física, yo creía que tenía que ser más delgada para entrar en estándares de belleza. Luego me di cuenta que representaba a un alto porcentaje de mujeres. Me decían que qué lindo que participara en certámenes manteniendo mi esencia y vi que más que inseguridad, era una fortaleza. Con la seguridad puedo salir adelante de cualquier situación.
-¿Alguna vez en certámenes le dijeron algo con relación a su cuerpo?
Por supuesto, iniciando los certámenes siempre vas a tener críticas que dicen que te falta entrenar, que tenés que estar más delgada, pero eso es parte de lo mismo. Cada quien tiene una forma y un criterio de ver las cosas.
-Usted no cambió nada para encajar...
Para mí lo más importante es la salud. Hago deporte, me gusta comer bien. Si estoy saludable estoy feliz: me siento segura y me siento bien. No trato de seguir un estándar al que mi cuerpo no va a llegar, yo tengo un cuerpo curvilíneo y latino. Me siento bien así y si puedo inspirar a otras mujeres, para mí ya eso es un objetivo.
-¿Cuándo usted se ve al espejo que mira?
-Vieras que esa fue una lucha de varios años, al principio no me gustaba. Después fui aprendiendo que hay que darse amor todos los días, hay que sentirse bonita, estar contenta con cómo somos. Ahora me miro al espejo y pienso en todo lo que he tenido que caminar para llegar hasta aquí, todos los escalones que he subido. Me siento muy orgullosa de mí y creo que puedo llegar a hacer grandes cosas con mi voz, esa voz que he ido trayendo y que ahora tengo la plataforma y la oportunidad para hacerlo.
-Retomando el tema de los certámenes: ¿qué es lo más duro que se vive y que la gente no ve?
Lo más duro es la estabilidad emocional, creo que como todas mis compañeras y mujeres que participan en certámenes de belleza, estás en una lucha interna de todo lo que tienes que trabajar en ti misma, tus luchas, inseguridades, ser mejor todos los días, las exigencias y, además de eso, hay que sumar todos los comentarios que vienen del exterior, esos que dicen que no te preparás bien, que te falta esto, lo otro, que sos diva, que no aceptas consejos (...). Siempre hay que mantenerse fuerte, valiente, seguir sonriendo, luchar con todo ese peso que traen las críticas y nuestra propia exigencia.
-Ahora usted está mucho más expuesta al ser Miss Costa Rica. Habrá quienes la quieran mucho, pero también llegarán críticas. ¿Cómo le hará frente a eso?
Hay que concentrarse en lo positivo. La hoja blanca es muy grande, el punto negro puede ser muy pequeño, entre más positivismo habrá más fortaleza para seguir adelante. Yo estoy orgullosa y quiero representar a los costarricenses, los que no se sienten identificados conmigo pues igualmente los voy a querer representar con todo el honor, tal como lo hice con San Carlos, pues ahora soy Costa Rica. No voy a enfocarme en las críticas. (...) Como reina de belleza lo más importante es redimirme de mis errores del pasado, salir adelante, ser mejor y demostrar porqué puedo portar este título y porqué la organización confía en mí y enfocarme, sobre todo, en lo positivo.
-¿Cómo le gustaría que hablen de usted en una década?
Me gustaría ser recordada como una mujer luchadora, independiente, que no necesita de las cosas superficiales para llegar a lograr sus metas, que puede salir adelante, que puede venir desde muy abajo. Quisiera que si alguna niña me ve, así como vi a Johanna Solano y se inspira con mi historia, que sepa que puede empezar con pasitos pequeños y llegar hasta la cima con mucho esfuerzo.
Créditos:
Maquillaje: Priscilla Corrales, de Teletica
Peinado y styling: Mauricio Jiménez
Vestuario: Boutique Valesky
Calzado: Daniel del Barco
Corona: George Bakkar