Marianela Valverde, la expresentadora de Combate de Repretel y hoy creadora de contenido, no deja de celebrar y disfrutar la vida. El pasado 10 de junio llegó a sus 40 años y los festejos en Ibiza, España, y en Costa Rica han sido por todo lo alto. Agradece por lo recibido y hoy se ilusiona y se esfuerza por poder cumplir su deseo de ser mamá.
Este 12 de julio Marianela y su esposo Juan David Cardona celebran su cuarto aniversario de matrimonio, y de ese tiempo han dedicado año y medio a intentar ser padres. Ellos empezaron un proceso de fecundación in vitro (FIV), la opción que se les presentó cuando quisieron “buscar bebé” y se dieron cuenta de que tenían dificultades para embarazarse debido a un “problema de infertilidad”.
Las redes sociales muestran que la vida de Valverde se mantiene como siempre: ama el ejercicio, disfruta viajar, trabaja como creadora de contenido y tiene su negocio de calzado Pietra By Nela. Hace un año empezó a compartir historias en las que, poco a poco, fue contándole a sus seguidores que ella y su esposo querían hacer crecer la familia.
Valverde conversó con La Nación con total naturalidad de su proceso. Habla de ello porque considera que el tema debe desestigmatizarse, además, sabe que hay muchas otras parejas y personas atravesando situaciones similares.
Valverde, quien a sus 24 años posó para la revista Playboy, habló con franqueza de cómo se ha sentido y llevado su proceso, uno en el que ha experimentado desde dolores físicos hasta emocionales.
En abril tuvo una pérdida gestacional. La noticia fue devastadora: se tomó su tiempo para procesarla y decidió celebrar sus 40 años. Su esposo la llevó a un festival de música en Ibiza en el que se presentó Calvin Harris y este fin de semana celebró en una gran fiesta junto a sus seres queridos.
En su esfera personal, Marianela y Juan David ya se están preparando para intentar embarazarse de nuevo. Antes de hablar de este proceso, Valverde contó en qué momento fue que ella y su esposo decidieron que querían ser papás.
“La noticia de (tener que) buscar bebé de esta manera nos hizo entrar en shock. Estábamos relajados ante la vida. En aquel entonces teníamos 37 años cuando nos sembraron la semillita de que era raro de que aún no fuéramos padres. Nos hicimos un examen y nos dijeron que teníamos dificultad para tener hijos”, rememoró Marianela.
Para ello fue un golpe enterarse de pronto que había una gran posibilidad de no ser padres sin ayuda de la FIV. En ese momento decidieron acompañarse individualmente y en pareja de terapia psicológica.
“Fue una cachetada. Nadie se espera que le digan que tiene problemas para tener hijos, más nosotros que estábmos relajados con respecto a ese tema. De repente nos quitaron una venda de los ojos y vimos la realidad”.
El proceso
Marianela Valverde llegó a sus 40 años vital y fabulosa. Sonríe y habla con la misma simpatía de siempre; en sus redes sociales le gusta mostrarse tal y cómo es: en los días buenos y en los tristes... Pero más allá de esas plataformas, en la intimidad de su hogar, ella y Juan David han vivido todo tipo de sentimientos durante el proceso de la Fecundación in Vitro que no siempre salen a la luz.
La ilusión y el deseo de ser madre le ha dado las fuerzas a Valverde para experimentar cambios y también dolores. Sus hormonas se han visto alteradas y ha pasado del ánimo a la angustia. Por eso recalca la importancia de contar con el apoyo de una especialista en salud mental, y sobre todo, de la pareja.
Uno de los primeros pasos de este procedimiento es aplicarse por unos 22 días inyecciones para “alimentar sus óvulos”. Los malestares pasaban a segundo plano, pues lo principal era su ilusión.
“Durante el procedimiento de fecundación se alimentan los óvulos para extraerlos. Luego se unen con los espermatozoides en un laboratorio. Durante el proceso de alimentación de óvulos debí inyectarme hasta dos veces por día por varios días. Luego me operaron para extraerlos. A mí me extrajeron 11 óvulos de los cuáles se pudieron fecundar tres: dos triple A y uno triple C“, contó.
Los óvulos seleccionados fueron los que tenían las condiciones y mejores características para congelarse. Después de esto, a Marianela le colocaron uno triple A. Tras el procedimiento logró embarazarse, lamentablemente dos meses y medio después tuvo la pérdida.
Aparte del dolor de la pérdida, Marianela confía que todo lo que conlleva la FIV no ha sido “sencillo”.
“Esas ganas de llorar o la chicha que a veces sentimos cuando estamos premenstruales se intensifican. A eso súmele la frustración y los dolores cuando hacen la operación para sacar los óvulos. Después de esa operación se tiene una primera menstruación que a mí casi me mata. Como es un tratamiento hormonal te sentís premenstrual y entonces también aparecen gastritis, colitis, jaquecas, nauseas, inflamación”, detalló.
Pese a todo, Valverde enfatiza que lo más doloroso fue perder a su bebé. Aunque en este momento se revistió nuevamente de esperanza y fe.
Ella cuenta con dos gametos más (Uno triple A y uno triple C) que podrían colocarse juntos o separados para ver si logra embarazarse. En estos casos podría haber o no embarazo, o bien tener un embarazo múltiple.
Marianela y su esposo tienen claro el panorama.
“Si tenemos otra pérdida nos tocaría volver a empezar de cero, repetir el mismo proceso de año y medio”, comentó.
En caso de que no se lograra el embarazo, Marianela y su esposo valorarían qué es lo mejor, pues además de hacer una importante inversión económica, también se requiere de mucho tiempo.
“Es desgastante a nivel psicológico. Tendríamos que valorar si lo intentamos por segunda vez o si decidimos no luchar más o pensar en la adopción.
“Este es mi sueño. Pase lo que pase quiero seguir disfrutando la vida y que Dios nos dé lo que considera para nosotros. Si es ser padres seremos felices o si no vamos a hacer nuestro mayor esfuerzo por entenderlo, comprenderlo y seguir disfrutando la vida”.