Mauricio Artavia no esconde su turbulento pasado. Durante 31 de sus 50 años de vida, el comediante vivió sumido en una adicción al alcohol que puso en jaque su vida y todo a su alrededor.
Al mismo tiempo que el popular Papi Pazz –figura de programas como El manicomio de la risa, Tu cara me suena o el Verano toreado de canal 7– hacía reír a sus amigos, su vida se le acababa de a poquitos.
"Tomé licor por 31 años. Si quiere que sea honesto, le digo que viví las 'glorias' del licor, la felicidad de ir a Jamaica a ver a la Sele..., pero ya al final estaban empezando las desgracias que deja el licor; no desgracias económicas si no esas donde de repente uno empieza a ver que no hay nada. No hay trabajo. No hay ahorros", dice con sinceridad.
Papi Pazz afirma que siempre fue aficionado a contar chistes y que esa era la razón que motivaba a sus amigos a llevarlo a cuanto lugar planeaban ir. Jamaica fue uno de esos paseos, pero también recuerda un viaje a Isla del Coco, en el que pasó gran parte del trayecto vomitando.
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Artavia habla con jocosidad de ese periplo, que hoy puede detallar porque hace cuatro años decidió "darse una oportunidad a él mismo" y dejar atrás el vicio que lo apresó gran parte de su vida.
"Sabía que tenía que dejar de tomar licor. Tenía ejemplos de amigos que habían muerto por eso y sabía que en algún momento esa adicción afectaría mi salud y sí, en esos momentos de dependencia me era difícil dejar de tomar, pero, ¿cómo sería más adelante? Cada día en la adicción me complicaría más acabar con ella. Le pedía a Dios que me quitara las ansias por tomar y que me diera algo para invertir todo ese tiempo", cuenta.
Fue entonces cuando su esposa le contó que tenía un mes de embarazo. "Yo no sabía (del embarazo). El 2013 fue el año en que dejé de tomar, fue el año más difícil de mi vida, pero como premio el 29 de agosto del 2013 nació mi hija (tiene otro hijo de 24 años) y fue así como ese año se convirtió en uno de mis mejores años de vida", señala.
Este sancarleño de nacimiento y vecino de El Carmen de Alajuela cuenta que el ser propietario de un bar y administrador de otros dos influyó en aquella adicción; empero él no fía de la frase "nadie experimenta con cabeza ajena" porque su vicio al alcohol lo terminó a partir de las experiencias y los difíciles finales de sus amigos.
"Si hubiera seguido tomando licor no hubiese podido estar en El manicomio de la risa ni en estos proyectos de canal 7", afirma Artavia, quien participó en El turno de la risa de canal 7, hace una década.
Hoy, restablecido de sus trágicos episodios, Mauricio Artavia se describe como un revolucionario de la comedia y no porque se sienta superior a sus colegas de aquí, sino porque es del criterio que en medio de la risa también se puede educar a la gente.
"Trabajo mucho en mis chistes. Más del 50% de mis shows son con chistes originales. Soy un cuenta-autor de chistes porque además de contarlos los invento. Además hago stand-up comedy y algunas cosas que muy pocos humoristas hacen como contar cuentos al revés", reveló.
Todas las presentaciones y chistes de Mauricio son con su personaje Papi Pazz, un jippie cuyo nombre está inspirado en un amigo ya fallecido del humorista
"Papi Pazz es porque un socio mío que murió de tomar guaro, saludaba a todo el mundo como Papi. Al principio me llamaba Papi Cannabis pero tuve que cambiar el nombre porque me ofrecieron un contrato de ocho shows en el que me pidieron sustituir el Cannabis, entonces traté de dejarlo relacionado con algo jippie como el amor y paz, solo que la Paz mía es con doble 'z' para que pese igual que Papi", explicó.
Mauricio Artavia tiene cuatro hermanos y ahora su tiempo lo distribuye en cuidar a su madre, su trabajo en El manicomio de la risa, sus shows privados de stan-up comedy y sus apariciones en la tercera temporada de Tu cara me suena.