El príncipe Enrique sí asistirá a despedir a su abuelo, Felipe, duque de Edimburgo, mientras que Meghan Markle no podrá asistir debido a que su médico le recomendó no viajar por motivo de su estado de embarazo.
La presencia de Enrique fue anunciada por la casa real por medio de un comunicado emitido este sábado por el Palacio de Buckingham, en el cual se confirma la ausencia de Markle en el sepelio.
Según publicó la revista People, Markle, de 39 años tenía intenciones de acompañar a su esposo pero decidieron atender el consejo de su doctor. Enrique sí tiene planeado asistir en lo que será su primer viaje a su tierra natal en un año y también será la primera vez que tendrá contacto en persona con sus familiares.
Meghan está embarazada del segundo hijo de la pareja, la cual será una niña y cuyo nacimiento está previsto finales de la primavera. El matrimonio reside en California luego de que se separaran de la monarquía el año anterior.
Asimismo, se confirmó que los funerales del príncipe Felipe tendrán lugar el sábado 17 de abril a las 3 p. m. (9. a. m. hora de Costa Rica) en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, la residencia real donde el esposo de Isabel II murió el viernes, anunció el palacio de Buckingham.
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Solo treinta personas, incluyendo a sus cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo), sus nietos y otros familiares, podrán asistir al funeral, a causa de las reglas impuestas para detener la pandemia de coronavirus. Para permitir “al mayor número de miembros de la familia posible asistir a los funerales”, el primer ministro Boris Johnson no asistirá, indicó su oficina.
La ceremonia privada será retransmitida por televisión y al comienzo de la ceremonia se observará un minuto de silencio en todo el país. El funeral tendrá lugar cuatro días antes del cumpleaños de la reina, que cumplirá 95 años el 21 de abril.
Felipe, duque de Edimburgo falleció este viernes a los 99 años.
Luto nacional
En el país, que inició un luto nacional que durará hasta el día siguiente del funeral, ya empezaron los homenajes.
Desde la Torre de Londres, a orillas del Támesis, los castillos de Edimburgo, Belfast, Gibraltar o los barcos de la Royal Navy, donde sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, el retumbar de los cañones resonó desde el mediodía.
Esta salva, la primera de una serie de 41 (una por minuto), rindió homenaje al patriarca de la familia real británica, nacido en Corfú como príncipe de Grecia y Dinamarca y que tuvo una infancia errante por toda Europa.
Los príncipes Andrés y Eduardo visitaron el sábado a su madre Isabel II en el castillo de Windsor. “La reina ha estado fantástica”, dijo a los periodistas la condesa de Wessex, Sofía, esposa del príncipe Eduardo, al salir del castillo.
El príncipe Carlos la había visitado el viernes.
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Conocido por decir lo que pensaba, el príncipe Felipe llamaba la atención por sus comentarios provocadores, a veces teñidos de racismo o sexismo.
Pero los británicos también recuerdan su incansable devoción por la monarquía, a la que contribuyó a modernizar y humanizar, y su presencia, en segundo plano pero indefectible, al lado de la soberana.
“Representaba la estabilidad, pero también la diversión, el sentido del humor, que a veces parece que hemos perdido”, dijo a la AFP Heather Bridge, de 65 años, cerca de la Torre de Londres.
Acusaciones de Enrique y Meghan
El príncipe Felipe participó en más de 22.000 compromisos públicos oficiales desde que su esposa accedió al trono en 1952.
Ahora, la monarca deberá hacer frente sola a la crisis que sacude a la familia real británica, a raíz de las recientes críticas de su nieto Enrique y de su esposa Meghan contra “La Firma”, el apodo de la monarquía, acusada de racismo y falta de apoyo. Esta última declaró en una entrevista con la presentadora estadounidense Oprah Winfrey a principios de marzo que había tenido incluso pensamientos suicidas.
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La pareja mencionó el comportamiento racista de un miembro de la familia real que se habría preguntado cuál sería el color de piel del hijo que esperaban, precisando -fuera de cámara- que no se trataba ni de la reina ni de su esposo.
Enrique, de 36 años, también se declaró “verdaderamente decepcionado” por la falta de apoyo de su padre, el príncipe Carlos, que durante un tiempo dejó de contestarle al teléfono, y reveló que se había alejado de su hermano, Guillermo. Este aseguró, por su parte, que la familia real no es “racista en absoluto”.
El sábado, la cuenta de Twitter de la familia real compartió varias fotos de la reina con su marido en momentos significativos en sus vidas.
“He has, quite simply, been my strength and stay all these years, and I, and his whole family, and this and many other countries, owe him a debt greater than he would ever claim, or we shall ever know.”
— The Royal Family (@RoyalFamily) April 10, 2021
-Her Majesty The Queen, 1997. pic.twitter.com/wbSldSavNA
Como en 1997, con motivo de su 50º aniversario de boda, cuando la que apodaba “Lilibeth” le confió: “Ha sido simplemente mi fuerza y mi apoyo todos estos años”.