Desde que anunció su embarazo, la influencer y periodista de Teletica Michelle Naranjo ha reducido su actividad en redes sociales para concentrar todas sus energías en ser mamá.
Ella cuenta que, desde que era una niña, le solía contar a sus padres que iba a ser mamá. Incluso, dice ahora entre risas, les había prometido a sus progenitores que a los 27 sería madre.
Hoy, a sus 25 años, espera su primogénito con toda la alegría del mundo, pero también con toda la sacudida física y emocional que eso conlleva.
“Siempre tuve claro que no iba a romantizar mi embarazo”, dice ella, aclarando que ha sido un período de su vida de cambios difíciles.
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“Los primeros meses, sentí todos los achaques del mundo, sentí todos los vómitos del mundo. Yo me suponía que la gestación era difícil, por todo lo que uno escucha, pero obvio una nunca se imagina lo que es hasta que lo vive”, cuenta.
“Eso sí”, aclara, “yo todo esto lo asumo con una gran felicidad porque mi sueño de vida se está cumpliendo. Siempre quise ser mamá y ahora lograrlo es algo que no te puedo explicar. Uno pasa por muchos cambios, físicos y emocionales, pero el hecho de agrandar la familia es una emoción que hace que uno lo asuma de una manera muy brillante, con mucha luz”, dice la comunicadora, quien tiene poco más de seis meses de gestación de su primogénito, Fernando.
Su nueva vida
Además de su trabajo como comunicadora en Teletica, Naranjo se dio a conocer por ser campeona nacional de halterofilia. También ha sido presentadora de programas en TDMás y para Alajuelense.
Actualmente, Naranjo trabaja para Teletica.com, donde escribe acerca de música y otras noticias de entretenimiento. También es creadora de contenido en su Instagram, donde tiene más de 116.000 seguidores.
Concentrada en el embarazo
Toda esa esfera pública ha hecho que cuide mucho “las buenas vibras” en torno a su embarazo. Le gusta compartir noticias de su embarazo con sus seguidores y asegura recibir muchos mensajes positivos, pero quiere priorizar su bienestar antes de estar concentrada por completo en su vida como figura pública.
De hecho, asegura que las primeras semanas de gestación fueron días complicados porque tuvo que aprender a escuchar a su organismo de otra forma.
“Me acuerdo de ir manejando para el trabajo y, de repente, tener que parar porque me iba a vomitar. Me asustaba mucho. No entendía qué pasaba con mi cuerpo y tuve que empezar un proceso de calma conmigo misma, de entender que está pasando algo mucho más grande conmigo”, cuenta.
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Naranjo asegura tener una red de soporte muy grande en su vida privada. Gustavo Ortega, su prometido, es un reconocido piloto de automovilismo y kartismo que dice ser su apoyo número 1 en todo momento. “Con él al lado me calmo, me siento en el lugar correcto siempre”, dice.
Además, cuenta que el apoyo en momentos de ansiedad también existe en el trabajo. El alivio que ella ha sentido en torno al trajín laboral es claro: sus compañeros la han “cubierto” cuando se ha sentido descompensada. Tanto sus jefaturas como sus colegas han sido un apoyo; el trabajo en un oasis.
Naranjo tiene algunos días de trabajo remoto, desde su casa, y por compromisos laborales de su pareja, suele tener espacios más solitarios. Cuando va a la oficina en La Sabana, logra distraerse de las ansiedades inevitables que conlleva el período de gestación.
“Es que si yo estoy sola me pongo a pensar mucho en el parto”, dice. “Es algo que estas últimas semanas me ha traído mucha reflexión. Como que en los primeros meses no le tenía miedo, pero conforme más uno se va acercando a la fecha, empieza a hacerse ideas. Uno tiene un reguero de emociones incontrolable”.
De hecho, en estos días, Naranjo tendrá que tomar la decisión de si realizará el parto por cesárea. Asegura que está meditando mucho la elección y que confía en tener paz para decidir.
Cuenta, además, que hábitos preembarazo que le han funcionado para mantener la calma son el yoga y la meditación. “A mí desde siempre me ha gustado y son procesos que a uno le permiten estar en conexión con su interior, respirar y no irse de bruces en momentos complicados”.
“Ahora más que nunca necesito toda esa calma, toda esa paciencia conmigo misma para no ponerme ansiosa y estar pensando en el futuro. Quiero siempre sentirme atada al presente, ir con calma e irme emocionando cada semana con todo lo que significa ser mamá”, finaliza.