San Salvador. A tan solo minutos para que se efectuara la presentación en traje típico o de fantasía, en el Miss Universo 2023, cientos de personas de distintas nacionalidades hacían fila para ingresar al Gimnasio Nacional José Adolfo Pineda, sede del evento.
En la muchedumbre había latinos, asiáticos y africanos; también había disfraces y muchas banderas... muchas.
Aquí no importaba ser el más elegante, el más sobrio o el más puntual; aquí lo que verdaderamente importaba era tener la energía suficiente para apoyar a su candidata favorita... y bueno, los ticos, definitivamente la tenían.
Las banderas de Costa Rica no se pasaron desapercibidas. Una de ellas la llevaban Carlos Zúñiga, Julia Matarrita y Denia Gutiérrez. El jueves 16 de noviembre, ellos viajaron desde Guanacaste para apoyar a la representante tica, quien es amiga de ellos.
Los tres coinciden en que este es un momento importante para Valverde y, por ese motivo, ellos querían presenciar en vivo su participación en el certamen de belleza.
“Estamos muy emocionados porque estamos apoyando a quien consideramos una gran amiga nuestra. Lisbeth tiene muchísimo potencial, mucha experiencia y creo que toda esa experiencia que le han dado los certámenes de belleza la ha traído a Miss Universo, porque está haciendo un gran papel”, afirma Zúñiga.
Pero como una bandera no era suficiente para mostrar su apoyo a la Miss, los ticos apostaron por colocarse una banda blanca con el nombre Costa Rica.
Los tres confían en que Lisbeth estará en el top 20 de Miss Universo, pues aseguran que su trabajo ha sido impecable.
“Es una mujer espectacular y podemos decir que Costa Rica ha dado lo mejor. Es una digna representante de nuestro país y estamos muy contentos porque sabemos que vamos a clasificar este año”, añadió Matarrita.
Apoyo latino
Además de la bandera de Costa Rica, hubo otras que se pudieron observar afuera del recinto salvadoreño. Una de ellas fue la de Nicaragua, que cargaba Fernanda Parajón, amiga de la candidata Sheynnis Palacios.
“La amamos y sabemos que ha hecho un trabajo maravilloso, está muy posicionada a nivel mundial y definitivamente desbloqueó un nivel dentro de lo que es el mundo del modelaje en Nicaragua. Ella es un modelo a seguir”, comentó Parajón.
La joven fue quien le dio las clases de automaquillaje a la reina de belleza y asegura que habla con ella todos los días.
Otra bandera latina que ondeó afuera del gimnasio fue la de Colombia. Marta Montañéz y Reinaldo Abella, padres de Camila Abella, la representante cafetera en el certamen, eran quienes gritaban y cantaban mientras ingresaban al recinto.
“Para ella es un sueño de toda la vida. Ella deseó esto desde que era una niña. Ha venido trabajado en un proceso desde que estaba pequeña y nosotros como padres nos sentimos demasiado orgullosos. Lo ha hecho precioso, ha entregado todo el corazón en esto”, afirmaron los progenitores de Camila.
Ellos estaban acompañados por los padrinos de la modelo, así como algunos primos, quienes se vistieron con los colores amarillo, azul y rojo, para apoyar a su candidata.
Más tarde, ‘una cabeza’ de Noelia Voigt, Miss Estados Unidos, sobresalía entre el público. Era un tipo de pancarta que cargaba una de las diseñadoras del traje típico de la representante norteamericana.
Junto a ella estaba la mamá de la joven de raíces latinas, Jacqueline Voigt, quien resaltó el esfuerzo de su hija para poder llegar al Miss Universo, así como el trabajo social que la candidata estadounidense realiza.
“Ella se ha preparado por siete años para esto. Es su sueño de niña. Es un trabajo muy grande, la gente no se imagina todo lo que esto conlleva y ha sido muy bonito”, comentó Jacqueline, quien es venezolana.
Por otro lado, quienes no son familia ni amigos de ninguna reina pero no se podían perder el certamen, fueron los venezolanos Virginia Salas, Bryan Gaviria y Giancarlo Bello.
Ellos viajaron hasta El Salvador para apoyar a Diana Silva, representante del país sudamericano.
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“Estamos muy orgullosos de lo que está haciendo Diana por nuestro país. En cada competencia se ha desenvuelto de una manera profesional y el trato con sus fans es muy cercano, se toma fotos y da autógrafos”, contaron.
Esta es la primera vez que viajan a un certamen de belleza de este tipo, pero no se arrepienten, pues aseguran que “el Miss Venezuela y el Miss Universo es para nosotros como una religión desde que estamos pequeños, es como para los argentinos el Mundial”.
Como ellos, también hubo fans de Ecuador, El Salvador, Filipinas, Guatemala, Tailandia y Angola, entre otros.