Desde hace 10 años, la puntarenense Keissy Zumbado vivía en Honduras; por asuntos laborales de su padre, ella, su mamá y su hermano menor tuvieron que trasladarse hasta ese país centroamericano y establecerse allí.
El 25 de julio, la sonriente muchacha, cumplió la mayoría de edad. Deseosa por obtener su cédula viajó con su madre hasta Costa Rica. En esa visita fugaz encontró más de lo que esperaba. Un anuncio en la televisión le recordó uno de sus sueños más grandes.
“Mi participación se dio inesperadamente. Estaba aquí de vacaciones. Vine a sacar mi cédula. En ese momento las inscripciones estaban abiertas y le dije a mi mamá que si lo intentaba. Ella me dijo que no estaba preparada aún; entonces, no lo hice.
"Una semana antes de que cerraran las inscripciones le volví a decir y me dijo que lo hiciera. Nunca pensé que me fueran a llamar porque yo tenía frenillos y acababa de cumplir 18. Mi abuelita, con quien soy muy apegada, me decía que si entraba al concurso había que invertir mucho dinero en vestidos, pero yo le dije que seguro no me llamaban”, contó Zumbado.
Aunque le dijo a su abuela que no creía tener posibilidades, en el fondo añoraba esa llamada para demostrar su potencial en el castin. Keissy, quien se declara católica devota, cuenta que, ya en Honduras, no faltaba a misa y rezaba rosarios. La llamada llegó, y los obstáculos también.
“Cuando me llaman (para el castin) yo quedé sorprendida, para mí fue inesperado. Saltábamos todos en mi familia. El martes tenía que venir al castin (le avisaron el lunes) y tuve que correr a conseguir unos boletos. Ya estando en el aeropuerto no me dejaron salir del país, porque yo tengo residencia, entonces tengo que salir cada tres meses y hay que cumplir las normas de Honduras. No se puede salir solo hasta los 21 años, yo tengo 18. No me dejaron salir.
"Le hablé a la organización y pedí una oportunidad, porque tenía los boletos. Me dijeron que no me preocupara. A mí me hicieron un castin aparte tres semanas después”, explicó.
Al ser elegida como candidata, Keissy empacó sus pertenencias y se vino a Costa Rica, su país natal, aunque no sabía lo que era vivir sola y ser independiente. La oportunidad le sirvió, primero, para cumplir su sueño de participar por la corona y, segundo, para explorar opciones de estudio. En Honduras empezó con la carrera de Psicología, pero en Costa Rica quiere estudiar Nutrición.
- Edad: 18 años
- Medidas: 85-68-92
- Estatura: 1.64
Desde muy pequeña, Keissy deseaba ser Miss Costa Rica. A pesar de no tener contemplado ingresar al certamen con 18 años, siente que ser bailarina de ballet, jazz y danza contemporánea le ha ayudado con su postura.
Cuando concluyó sus estudios en secundaria se tomó un tiempo para llevar un curso de automaquillaje, conocimientos que la hacen sentirse preparada para el reto que significa ser candidata al máximo certamen de la belleza costarricense; ella no tiene participación previa en otros concursos de belleza.
“Desde niña he tenido esta meta fijada. Le decía a mi mamá que yo iba a ser Miss Costa Rica y Miss Universo. Siempre he sido coqueta (…). Mi mamá dice que no soy normal porque empecé de arriba y no de abajo (en concursos). Antes sufrí mucho problema de inseguridad, ahora me siento muy bien. Estoy orgullosa por tomar esta decisión por mí misma. En este proceso he notado que crezco profesional y personalmente. Antes dependía solo de mis papás. Hubo dos meses que me tuve que quedar sola porque mi mamá no podía dejar a mi hermano solo en Honduras”, recordó.
Esfuerzo
Durante sus primeros meses en Costa Rica, su compañera de concurso, Raquel Castro le permitió vivir con ella.
“Ha sido una experiencia bonita porque pude valerme por mí misma. Pude ver cómo crecí en todos los aspectos de la vida. A Raquel le agradezco mucho por toda la ayuda que me brindó”.
Lo más difícil para Keissy durante este proceso ha sido estar lejos de su papá (su mamá llegó a acompañarla hace dos semanas); a él no lo ve hace cuatro meses.
Mis papás son mi fortaleza. Ellos me dan el apoyo y son quienes me insisten a que persiga mis sueños. Extraño mucho a mi papá (dijo con voz entrecortada), pero él me dice que no desista. Yo fui muy débil un tiempo, pero ahora he tomado mucha fuerza. Voy a hacer todo lo posible. Si pudiera ganar la corona sería algo muy significativo para mí y lucharía por ganar el Miss Universo o para, al menos, entrar a un top”.
#MissCostaRica2018: Alison Gómez, una entrenadora de fútbol quiere ser miss
#MissCostaRica2018: Larissa Sancho es una costeña que se resiste a dejar su amado Puntarenas
#MissCostaRica2018: Raquel Castro potenció sus sueños en una dura infancia
#MissCostaRica2018: Natalia Carvajal es una mujer camaleónica
#MissCostaRica2018: Kimberly Alfaro lucha por sus sueños a pesar de los obstáculos y limitaciones ]