En la era digital y mediática, la competencia va más allá de las fronteras del podio de un concurso. Las redes sociales se convierten en un terreno vital para quienes buscan sostener su popularidad y trascender las pantallas, tal como le sucedió a Mónica Zamora, modelo, presentadora y mánager de artistas.
En Costa Rica hemos comprobado cómo el carisma y la capacidad para construir una imagen atractiva son elementos clave para posicionarse en la esfera mediática. No basta con el talento; la conexión con el público debe extenderse más allá del programa televisivo.
Los participantes exitosos han comprendido la importancia de mantener una presencia activa en plataformas como Instagram, TikTok, YouTube o Twitter.
La construcción de una imagen auténtica, la interacción constante con sus seguidores y la habilidad para compartir su día a día se han convertido en estrategias imprescindibles.
Detrás del telón, se esfuerzan por ofrecer contenido fresco, íntimo y entretenido que los mantenga en la mente y el corazón de sus seguidores, como sucede con Mónica Zamora.
El caso de Mónica Zamora
Uno de los ejemplos notables en Costa Rica es Mónica Zamora, quien emergió en el foco público tras su participación en Miss Costa Rica 2019, donde quedó como finalista. Ella actualmente se mantiene como influencer, como modelo de distintas marcas y además labora como mánager de artistas en un sello disquero.
Mónica cuenta que el carisma se ha transformado en una moneda de alto valor en esta nueva era digital. “Uno como participante debe cautivar no solo con sus habilidades, sino también con la personalidad”, cuenta.
Ella asegura que la autenticidad y la capacidad para conectar con el público se han convertido en elementos tan cruciales como el propio talento, según ha vivido en carne propia desde que saltó al ojo público.
Cuenta que “el secreto” para mantenerse en el radar parte principalmente a través de las redes sociales, donde se construyen narrativas que refuerzan su imagen, generando una conexión más profunda con aquellos que los siguen.
En esta feroz competencia mediática, cada like, comentario o compartido se convierte en una oportunidad para mantenerse relevante. “Los participantes más exitosos en todos los concursos del mundo han entendido que el éxito no solo radica en el escenario, sino en la habilidad para mantener viva la chispa de la atención del público incluso después de que las cámaras se apaguen”, explica.
A pesar de no ganar, la presencia de Mónica en el escenario mediático se ha mantenido como rostro de marcas prominentes, desde tiendas de deportes hasta reconocidas pizzerías. Ella cuenta que mantiene una agenda bastante llena por trabajos para distintas empresas.
Cabe resaltar que su caso es particular, pues Mónica sufrió una una experiencia complicada con sus redes sociales. Hace dos años, su cuenta de Instagram sufrió un hackeo y perdió todos sus seguidores.
“En aquel momento tenía casi 100 mil seguidores. Yo pensé que sería muy difícil volver a ganar notoriedad”, rememora.
Para fortuna suya, pudo recomenzar en redes con éxito. Ella actualmente cuenta con una audiencia de 46 mil seguidores. “Me siento feliz porque sé que la gente me ubicó por el Miss Costa Rica, pero también tuve que esforzarme por hacer buen contenido y que la gente volviera a seguirme”, relata.
También, Mónica asegura que su participación en Miss Costa Rica no solo le dio visibilidad, sino que le abrió puertas en la industria musical. Zamora trabaja como manager en Gold Stone Music, representando a varios artistas costarricenses. Afirma que el hecho de ser un rostro conocido le dio credibilidad para entrar en este negocio.
“Pienso que mi paso por Miss Costa Rica detonó mucha popularidad. El día de la final de Miss Costa Rica, mis redes sociales aumentaron cerca de 40 mil seguidores. Incluso cuando estaba en etapas previas del concurso, ya tenía miles de seguidores más. La televisión da mucho empuje y eso pude aprovecharlo posteriormente”, recuerda al respecto.
Además, Mónica enfatiza que su participación en Miss Costa Rica fue una experiencia crucial que le proporcionó aprendizajes y contactos esenciales para su desarrollo en el sello discográfico en el que ahora trabaja.
Ella comparte que “en algún momento, tuve que empezar desde cero, aprender a promocionarme, a ser atractiva para los seguidores, a pensarme en ser una representante de Costa Rica. Este enfoque es similar al de un artista, entonces ahora soy feliz trabajando como mánager y contando mis experiencias”, explica.
Para ella, trabajar en redes y en plataformas mediáticas tiene siempre ciertos puntos en común, sin importar el rol, como por ejemplo establecer contactos con los medios, promocionar el contenido y tener un perfil vistoso en redes sociales.
“Mi perfil en Instagram proyecta una imagen que va más allá de mi trabajo en la música; la gente me escribe pensando que soy una artista. Y bueno, eso me ha abierto puertas para que haya modelado, presentado eventos, siendo rostro de marcas… Son puertas que se abren y creo que todo lo que aprendí en Miss Costa Rica me benefició mucho para aplicarlo en mi día a día”, cuenta.
Inclusive, gracias a ese desarrollo, a Mónica se le abrió la gran oportunidad de ser fichada por Netflix para participar en la serie Mr. Marlow (2021). “Ha sido un bonito camino todo lo que vino después del Miss Costa Rica”, finaliza.