El 6 de mayo, la presentadora Montserrat Del Castillo vivió uno de sus días más felices y especiales: la llegada de su bebé Jhona Monroy Del Castillo.
Tras varios días de fuertes contracciones y de que sus planes de parto natural cambiaran por una cesárea, todo quedó atrás cuando Montserrat vio por primera vez a su pequeño. Un niño sano que pesó más de tres kilos y midió 49 centímetros.
“Me puse muy nerviosa. Temblaba como conejo, siempre poniendo todo en manos de Dios. Cuando escuché Jhona (su esposo) lloró; luego logré ver lo lindo que es el bebé, después lo pusieron en mi pecho y lloramos mucho”, contó la presentadora de Teletica.
Pocos días después del parto, como es natural, Montserrat se siente adolorida e inflamada pero, sobre todo, rebosada de agradecimiento. “Estoy agradecida con Dios y con lo que me da por que es por su amor que hoy estoy experimentando todo esto”.
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Cuenta que ahora su prioridad es el bienestar de su esposo y de su bebé.
“Solo le pido a Dios que nos dé salud . Eso es todo lo que pido, teniendo salud lo tenemos todo”, afirma.
A su bebé lo quiere formar con valores familiares e inculcarle el respeto por los mayores y el amor y temor hacia Dios.
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Rasgos de amor
Como es usual en quienes se convierten en madres, Montserrat, conocida por sus trabajos como modelo y presentadora, experimentó fuertes cambios físicos que plasmó en varias fotografías compartidas en sus redes sociales. Luego de dar a luz cuenta que durante el proceso estuvo feliz de ver cada variación porque el peso que pudo haber ganado lo traduce en “curvas rasgos de amor”.
“Mi mamá lo hizo dos veces. Son procesos de amor y hoy admiro mucho más a las que hemos pasado por estos cambios: porque el más fuerte no sé representa en el cuerpo sino en la fuerza, la valentía y el amor que nos caracteriza (a las madres)”, dice.
A las mujeres que planean convertirse en mamás o a quienes están cercanas a dar a luz y que quizá se preocupan por las variaciones físicas y emocionales, les dice que lo primordial es mentalizarse y estar decididas a vivir esa etapa. Desde el inicio ella actuó desde la aceptación.
“Cuando en el corazón de una mujer existe ese deseo los cambios más importantes son emocionales y mentales. Hay que aprender a actuar desde la aceptación. Y eso aprendí yo.
“Es muy raro pero jamás me he sentido tan conforme, tan tranquila y estable. Tal vez porque por mucho tiempo me afané por el físico, sin embargo no era feliz, me sentía incompleta e insatisfecha. Hoy me siento tan llena que lo demás no me atormenta”, confesó.
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Ahora Montserrat está enfocada en su bebé y en su recuperación. Dice que en algún momento si lo decide (y recalca que cada mujer debería aceptar las maneras de proceder de las demás) y se siente bien empezará con el ejercicio, o si no, permanecerá como está actualmente (antes había dicho que durante la gestación aumentó unos 12 kilos). Lo esencial para ella es disfrutar su maternidad y no afanarse por como luce o lo que puedan opinar los demás.
“Si me siento bien haciéndome un procedimiento (estético), lo haré. Maneras hay. Pero honestamente es en lo último que estoy pensando. Lo más importante, como dije anteriormente, es la salud y la familia, si tenemos eso tenemos todo. Los cambios físicos como mujeres nos afectan pero nosotras decidimos hasta donde. Solo nosotras tenemos el poder de que otros nos minimicen por nuestra apariencia: en nosotras estás la determinación de cambiar una situación sea cual sea (...)”.