Hace tres meses y medio el nombre de Natalia Carvajal Sánchez, Miss Costa Rica 2018 y quien en ese momento (16 de abril) estaba confirmada para ser la copresentadora de Nace una estrella, fue nuevamente noticia, pero esta vez no por sus triunfos o nuevos proyectos. Se hablaba de una Natalia detenida en el aeropuerto Juan Santamaría por haber presentado una supuesta prueba falsa de coronavirus cuando se dirigía hacia Alaska.
En esa ocasión, tanto su mamá doña Arleth Sánchez, el abogado Mario Córdoba Zarate y en su momento la propia Natalia confirmaron a Viva que efectivamente había ocurrido un incidente con la reconocida presentadora. El mismo día, luego de concluir el proceso en la Fiscalía, el cual el defensor comentó a Viva, Carvajal quedó en libertad y al día siguiente partió a los proyectos que tenía pendientes en Estados Unidos.
Sin embargo, es hasta ahora, que habla sobre qué fue lo que ocurrió con la prueba que presentó, lo que pasó alrededor, su experiencia siendo procesada y hasta viviendo lo inimaginable cuando en la fiscalía le tomaron sus huellas y fotos como a todos los detenidos. También, se refiere al dolor que le provocó que su situación se filtrara cuando aún permanecía detenida en el Juan Santamaría.
¿Qué pasó con la prueba?
Desde el año anterior Natalia Carvajal ha estado desarrollando proyectos artísticos fuera de Costa Rica, por lo que es usual que esté viajando, según narra.
Ella comentó lo que pasó en esta situación específica en la que tras estar en Estados Unidos, pasó a Panamá y posteriormente debía llegar a suelo costarricenses para grabar las promociones de Nace una estrella.
“En Estados Unidos me hice la primera prueba para ir a Panamá, estuve en Panamá y me fui a Costa Rica, que para entrar no necesitaba prueba. En Costa Rica tenía dos días, luego me iba para Alaska y cuando averigüé e investigué decía que en Alaska se puede hacer la prueba en el aeropuerto. Entré a investigar sobre requerimientos para viajar.
“Llegué a Costa Rica y estuve dos o tres días. El día antes del viaje me enteré de que necesitaba prueba para salir, pero no estaba completamente segura porque en internet decía que podía realizar la prueba en el aeropuerto de Alaska como requerimiento para entrar a Estados Unidos. Lo pedían las aerolíneas viajando a Estados Unidos”, detalla.
“Ese día por estar apurada y tratar de solucionar confié en alguien en quien no tenía que confiar. Fue ignorancia y un acto irresponsable no haber hecho las cosas como tenía que hacerlas e ir a un laboratorio certificado”, dijo.
--¿Natalia, entonces el documento que presentó no era verídico?
--El documento no cumplía con requerimientos legales.
--Le pregunto de nuevo: ¿Era una prueba falsa?
--El documento no cumplía con requerimientos legales. No puedo detallar más el tema.
Carvajal mencionó que por temas legales no puede ahondar en demasiados detalles relacionados con el documento por el que la detuvieron, sin embargo, cuenta que “la prueba presentada fue hecha en Costa Rica”.
“Llegué al aeropuerto (Juan Santamaría) y me pidieron la prueba, la presenté. Estaba ignorante a las circunstancias y al error que estaba cometiendo. Yo he viajado muchísimo. Me han hecho muchísimas pruebas para viajar. Y la experiencia es la misma. Uno llega al aeropuerto y no te la piden. Nunca me imaginé que podía tener las consecuencias que tuve. Admiro cómo lo maneja el Gobierno de Costa Rica, son estrictos y se toman el tiempo”, reconoce.
Natalia, quien desde muy joven es un rostro conocido de la televisión, no duda ni un segundo en afirmar que lo que vivió al ser detenida y posteriormente convertirse en noticia nacional “ha sido el momento más duro de su carrera”.
“Y de los más difíciles de mi vida. A veces no me gusta hablarlo porque dicen que uno se victimiza. Pero es la realidad y es una parte importante de estas lecciones aceptar que me afectó muchísimo emocionalmente. Trajo muchas consecuencias a mi salud emocional y mental. Con eso no lo estoy justificando y asumo 100% la responsabilidad. Fue un error gigante y que vino de mucha ignorancia y de falta de preocuparse por esas cosas. Pero nunca lo hice tratando de sentirme superior a los demás (...). Ha sido un proceso de meses volver a sentirme bien emocionalmente y dejarlo atrás”, cuenta.
La detención en el aeropuerto
Natalia Carvajal fue detenida en el aeropuerto Juan Santamaría el 16 de abril del 2021 a las 7 a. m., por el presunto delito de uso de documento falso, según confirmaron la Policía Aeroportuaria del Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) y la Fiscalía Adjunta de Alajuela.
En esta ocasión, ella narró lo que ocurrió en ese momento.
“Cuando llegué al aeropuerto pasó eso. Nunca se me dijo: ‘esta prueba no cumple, vuelva mañana’. Inmediatamente llegó la policía y yo estaba tan desubicada de lo que pasaba, cuando me dijeron que estaba detenida no entendí que estaba detenida. Solo pensé que iban a hablar conmigo. Me di cuenta cuando me llevaron a la celda del aeropuerto, es como un cuarto. Me pidieron el celular y mis cosas. No había entendido que estaba detenida. Me dieron la oportunidad de hacer una llamada.
“El sentimiento de entrar al cuarto y que cierren la puerta es como ‘estoy detenida en serio’. Eso fue a las 7 a.m. había que esperar a que abrieran la Fiscalía a las 3 p. m.. De 7 a. m. a 3 p. m. estuve en un cuarto pequeño que tiene una silla. La gente de la policía fue amable, me trataron bien, como tratan a todo mundo. Estaba encerrada, volviéndome loca, sin entender qué iba a pasar. Ahí me explicaron el proceso de gente que estaba lidiando con esto. Había una persona de Inglaterra pasando lo mismo”, recuerda.
Cuatro horas después de la detención se presentó el abogado que enviaron sus papás. Su padre estaba en el lugar porque él la llevó al aeropuerto.
“(...) No entendía la gravedad de la situación y usé la llamada que me permitieron para cambiar el vuelo. Luego entendí que esa era mi llamada. Mi completa ignorancia. Luego cuando me quitaron todo entendí que debía llamar al abogado o alguien que pudiera aconsejarme”, recuerda.
En ese momento el defensor le habló de cómo se llevan estos casos. Semanas atrás la Fiscalía había detenido a 24 personas luego de que presentaran pruebas ilegítimas de coronavirus con la intención de salir del país.
“El proceso estaba claro. Yo estaba asustadísima. Mi abogado me dice y esta es la parte que me duele mucho y no sé quién fue la persona que habló con la prensa, no tuve derecho a privacidad. Yo estaba en la celda en el aeropuerto cuando la noticia estaba en la prensa.
Cometí un error. Mientras estaba detenida alguien de adentro llamó y dio la noticia a la prensa. El abogado me dijo que cómo me gustaría lidiar si esto saliera en prensa, ahí todo el control se me fue. Le dije que no quería hablar de eso, que ojalá pudiera solucionarlo en privado como lo han hecho todos los que lo han pasado. Y en eso él me dijo que ya estaba en la prensa. Yo en la celda, en shock, en ese momento entendí las implicaciones, la situación en la que estaba, pero ya estaba en la prensa”, recuerda e insiste que lo que más le dolió fue que en muchos casos no se informó con veracidad y que incluso tergiversaron la información.
“Mucha gente se sintió ofendida. Algunos dieron la noticia con la connotación de que venía entrando y no quise hacerme la prueba, que venía a poner en riesgo a mi país. Me había hecho pruebas días antes. Cada vez que viajaba me hacía una. No fue eso. Iba saliendo de Costa Rica, era requerimiento de la aerolínea, repito fue error y no lo justifico. Tampoco entiendo cómo la Fiscalía confirmó sin yo ser procesada. A mí me tenían que transportar hasta ahí. (...) Imaginate lo que fue para mi familia. Fue muy fuerte. Mi abuela y bisabuela se enteraron por las noticias”, lamenta.
En la Fiscalía
Natalia recuerda que fue llevada dos veces a la Fiscalía, la primera no podían ingresar y la devolvieron al aeropuerto. Luego la regresaron. Estuvo allí hasta las 9 o 10 p. m, asegura.
Es enfática en decir que el proceso por el que pasó es el mismo que atraviesan las personas a quienes detienen por la misma causa, reitera esto porque insiste en que hubo quienes comunicaron que a ella se lo agilizaron .
“Cuando yo llegué (a la Físcalía), un abogado llegó a hablar con la otra persona que había estado conmigo (en la celda del aeropuerto) y le dijo cómo se estaba procesando, que se aplica la suspensión de proceso, que hay multa y lo que había que hacer. Todas las personas que fueron procesadas antes fueron procesadas de la misma forma”, dice.
En la fiscalía, Natalia vivió una experiencia que describe como devastadora.
“Estuve el mismo tiempo que las demás personas. Me procesaron igual, me tomaron huellas, tuve que tomarme la famosa foto, como en las películas. Yo no lo podía creer. Esa parte fue difícil, es entender que estás siendo procesado, que te tomen la foto fue devastador. Nunca en mi vida me imaginé que iba a estar en esa posición, que iba a hacer algo tan grave para estar en esa posición. Todo fue muy duro. Todo el proceso lloré, desde que me dijeron que estaba en la prensa. Se presentó el caso y pagué la multa ($100). El proceso fue exactamente el mismo que el de la persona de Inglaterra”, dice.
Libertad y realidad
Cuando terminaron los trámites en la Fiscalía, Natalia fue a hacerse, en un laboratorio certificado, insiste, la prueba de la covid-19 para poco después ir a cumplir con su compromiso a Alaska. En medio de su estrés por el tema de no haber llegado a tiempo, estaba la preocupación de lo que pasaría con Nace una estrella.
“Quería hacerlo (el programa) con todo el corazón. Luego de todo esto sentía que había decepcionado al canal, a mi productora, a mi familia. Mis papás lloraban conmigo. Tengo una familia increíble. Me dieron todo el apoyo y soporte a pesar de que estaban molestos por la tontería y estupidez que hice, por ponerme en esa situación y no haber sido responsable y tomármelo más en serio (...).
“Lo primero que quería hacer (al salir) era hacerme la prueba covid. Yo no lo hice (presentar la prueba que no cumplía con los requerimientos legales) porque tuviera covid y quería saltarme el sistema, fue un error estúpido por tratar de hacer las cosas rápido y escuchar el consejo que no tuve que escuchar”, detalla.
Cuando recuperó su celular, Natalia se enfrentó al boom mediático que protagonizaba y vio como la admiración que le tenían muchas personas se invirtió.
“En cuestión de un día pasé de ser alguien que la gente quería y admiraba al enemigo público número uno y fue muy doloroso porque en realidad le he entregado mi vida a mi carrera y me ha costado mucho, años de años de ir por el camino correcto, pasito a pasito. De repente a todo el mundo se le olvida esto y se enfocan en este hecho y es como si nadie me conociera y si todo lo que hice no existió y empezar a sentir ese odio”, lamentó.
Finalmente partió a Alaska y allá, en medio de la paz de las montañas nevadas, debía enfrentar otra realidad: ¿qué iba a pasar con Nace una estrella?
“Hablé un día con Vivian (Peraza) mi productora, me apoyó, me dijo que habláramos la siguiente semana, que respirara, que lidiara con lo que pasaba. Hablé con mi novio y él estuvo dándome palabras de apoyo. En medio de eso salieron otras notas que decían que me salté procesos y yo pensaba: ‘qué más quieren de mí, por qué debería ser más castigada por ser yo. La única diferencia entre mi caso y otros fue la vergüenza que tuve que pasar”, dice Natalia.
“Pasaron los días, conversé con Teletica, pensé en mi estado emocional, en todo el odio que recibía, no quería afectar al programa. Juntos tomamos la decisión de que era mejor no participar. Eso no significa que no me importó. Casi me muero. Pasé dos días super mal, afectada y dolida”, continuó Natalia, quien dice tenía mucha ilusión de trabajar junto a Édgar Silva, conductor estelar de la producción original de Teletica, empresa con la que comenta tiene una relación increíble.
Aprendizaje
Natalia reitera que no justifica su acción y en que no se victimiza, pero reconoce que aún en este proceso siempre hay algo para rescatar.
“Creo que todo pasa por algo, a nivel emocional necesitaba pasar por experiencias como esta para encontrarme con cosas mías, recordar que la fama es efímera y que a como uno sube puede bajar en 30 segundos, y que no podemos definir nuestra felicidad a través de lo que los demás piensan de nosotros (...). La vida es lo que compartimos todos los días, los detalles, cosas pequeñas. Mi papá me decía pequeñita que la felicidad no existe, existen momentos felices y habilidad para atesorarlos. La vida siempre es dura y siempre habrá momentos así. Esto me puso mucho en sincronía con algo que siempre he sabido”.
--¿Se arrepiente de lo que pasó?
--Por supuesto. Me arrepiento de mi ignorancia, de no haberme tomado las cosas tan en serio. Me arrepiento de haber escuchado a quienes no tuve que escuchar y de haber decepcionado al público que siempre me ha apoyado tanto. Fue una experiencia que me hizo crecer mucho. Me arrepiento, por supuesto, pero creo que cuando pasan situaciones así queda sacar cosas positivas, aprendizaje que me llevo y cuál es el siguiente paso. Esto no me va a detener. Lo decidí desde el inicio. Fue un duelo que se vive, se sufre, se aprende. Pero se levanta al día siguiente. Agradecer a la gente que me defendió y apoyó. No defendiendo el hecho, pero a esa gente que me humanizó y recordó que tengo familia y que yo pasaba por un momento difícil.
Ahora mismo Natalia está en California y continúa desarrollando su carrera artística, enfocada en el ámbito actoral y de la música.
Lo que hice estuvo muy mal y todo mundo tenía derecho de expresar molestia, pero siento que se me trató con poca sensibilidad y respeto. Algunos periodistas quisieron hacerlo sonar peor para vender más. Yo he estado en este medio por mucho tiempo y siento la responsabilidad en nuestra comunicación, hay que estar comprometidos en transmitir verdad, no tergiversar para vender más.
— Natalia Carvajal