El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel, nunca ocultó su pasión por la carrera militar, pese a que tuvo que dimitir de su prometedor futuro como oficial de la Marina Real para dedicarse a ser el consorte de la monarca, su apoyo, su cable a tierra.
El duque de Edimburgo, quien falleció el viernes 9 de abril a los 99 años, siempre se mostró orgulloso de su carrera en la Marina y trató durante su vida pública como príncipe del Reino Unido, mantenerse cercano a la institución. Es por eso que este sábado 17 de abril el funeral para despedir al duque será de corte militar, no un sepelio de Estado, como también lo merece por ser miembro de la realeza.
Felipe así lo pidió y así se hará. Le dejó muy en claro a su familia que quería un funeral austero, nada pomposo. Quería despedirse de este mundo recordándole a sus súbditos que él, además de ser el esposo de la reina, también defendió a su país y prestó servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial.
El viernes se puso en marcha la Operación Forth Bridge, código que se utiliza para realizar los protocolos tras la muerte del príncipe Felipe (cada miembro de la realeza cuenta con su propio código, el de la reina es Operación London Bridge). Dicho protocolo indica primero que las banderas del Reino Unido ondearán a media asta en las instituciones oficiales, además de que se llevará un luto de ocho días.
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Al día siguiente de su muerte, Felipe, quien ostentó también el cargo ceremonial de Lord Gran Almirante frente a la Marina Real, fue honrado con 41 disparos de cañón (salvas) desde diferentes ciudades del Reino Unido: Gibraltar, Edimburgo, Cardiff, Londres, el castillo de Hillsborough en Irlanda del Norte, las bases navales de Devonport y Portsmouth, así como los buques reales en altamar HMS Diamond y HMS Montrose; se unieron al tributo.
Se dispararon 41 rondas de cañonazos, una cada minuto durante 40 minutos. The King’s Troop Royal Horse Artillery usó las mismas armas que dispararon en 1947 para festejar el enlace matrimonial de Isabel y Felipe, así como en 1953 para la coronación de la reina.
Sin exponerlo
Durante esta semana el féretro con el cuerpo del príncipe Felipe ha permanecido en una capilla privada en el castillo de Windsor. La pandemia ha impedido que las honras fúnebres sean como las que habitualmente se les prodigan a los miembros de la realeza, pero por su conocida forma de ser en vida, es posible que a Felipe no le haya disgustado la idea de que su muerte no sea un motivo de espectáculo.
Los últimos tres consortes reales, entre ellos Isabel la reina madre, tuvieron una despedida en capilla ardiente y sus súbditos pudieron rendirles tributo de esta manera. Incluso, Diana de Gales, aunque ya no ostentaba el título de princesa al momento de su muerte, también tuvo su capilla ardiente. Caso contrario pasó con Felipe, ya que su cuerpo no fue expuesto de manera pública, en respuesta a otra de sus peticiones personales, explicó El Mundo.
El responsable de cumplir con todos los protocolos de la realeza, en este caso el funeral del príncipe consorte, es el Colegio de Armas: la institución ha confirmado que la despedida de Felipe será en la línea de la costumbre real y que cumplirá con los deseos de su alteza real.
La familia real, que ha agradecido las muestras de cariño, les ha pedido a los ciudadanos que no vayan a dejar flores a la entrada del palacio de Buckingham y que, por el contrario, con ese dinero realicen donaciones a organizaciones benéficas.
El servicio fúnebre
El féretro con el cuerpo del duque de Edimburgo será trasladado del castillo de Windsor hasta la Capilla de San Jorge en un Land Rover modificado que él mismo ayudó a diseñar, informó Vanity Fair.
La ceremonia será televisada y comenzará a partir de las 3 p. m. hora de Londres (8 a. m. hora de Costa Rica). El estandarte personal del príncipe, una corona de flores, su espada y su gorra de la Marina Real británica decorarán el ataúd.
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Aunque es un funeral de corte militar, no habrá un gran desfile en el camino en la calle The Mall de Londres, esto con el fin de evitar aglomeraciones.
A la llegada a San Jorge, se guardará un minuto de silencio en la entrada de la capilla. Luego, el féretro será cargado en hombros por ocho militares hasta el interior de la iglesia.
Detrás del ataúd irán sus familiares encabezados por el príncipe Carlos, su primogénito, así como sus nietos, los príncipes Guillermo y Enrique, solo que ellos no caminarán juntos, en el medio desfilará su primo Peter Phillips, hijo de la princesa Ana. Aún está por definirse si la reina será parte de este momento en específico.
Por orden de la propia reina, ninguno de los asistentes vestirá el tradicional uniforme militar de gala, como es una costumbre y máxime en un funeral de este tipo. Todo apunta a que la monarca tomó la decisión para evitar que su nieto Enrique llamara la atención sobre los demás, ya que él no puede usar esta vestimenta porque renunció a la monarquía.
El funeral será oficiado por Justin Welby, arzobispo de Canterbury y David Conner, decano de Windsor. A la ceremonia solo pueden asistir 30 personas, esto debido a las restricciones sanitarias que exige Inglaterra durante la pandemia, por esta razón serán las personas más allegadas al príncipe quienes le den su último adiós. De hecho, Boris Johnson, primer ministro británico anunció que no asistirá para darle su espacio a algún miembro de la familia real.
Tras el servicio religioso, el ataúd con el cuerpo del duque será llevado a la bóveda real en la capilla de San Jorge, la misma donde descansaron los restos terrenales de su madre, Alicia de Grecia, antes de ser trasladados a Jerusalén.
Allí descansará el cuerpo de Felipe en compañía de los de sus suegros el rey Jorge VI e Isabel, la reina madre. Cuando la reina Isabel II fallezca, la enterrarán junto a su marido, aseguraron medios internacionales como la BBC.