Una coreografía enérgica y fuegos articiales cayendo de lo más alto del estudio Marco Picado, en Teletica, dieron apertura a la gala inaugural de la cuarta temporada de Dancing with the Stars .
Una alineación de nuevas estrellas se preparaba en un intento de que su paso fuera destellante tras su primera aparición en la pista de ballroom.
Los presentadores Shirley Álvarez y Randall Vargas, así como el copresentador Bismark Méndez, se encargaron de conectar al público con cada una de las parejas debutantes.
Adriana Durán y su compañero Billy Corado fueron la dupla encargada de inaugurar los bailes. A ritmo de salsa, pusieron a todo el público a unirse al baile. Los jueces, Flor Urbina, David Martínez y Alex Costa, les otorgaron una calificación de 15 puntos. La primera gala no exime a los concursantes de la rigurosidad que pide el jurado.
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A ritmo de jive, Daniel Carvajal y Yessenia Reyes debutaron en la primera gala. La pareja también recibió 15 puntos.
Un vals vianés fue la primera oportunidad de Sophia Rodríguez para figurar en la pista. Ella y su bailarín, Michael Rubí, recibieron buenos comentarios por parte del jurado, quienes destacaron el “brillo” de Rodríguez. Ellos obtuvieron 18 puntos.
Con todo su sabor innato, Harold Wallace y Tatiana Sánchez hicieron vibrar el estudio. Su ejecución los hizo acreedores de 14 puntos.
La sensualidad propia del tango y el extra que le dieron Natalia Carvajal y su compañero de baile, Erick Vásquez, provocaron una vehemente reacción entre los espectadores. Al finalizar, el jurado felicitó a Carvajal por las delicadas líneas formadas por sus brazos. La pareja recibió 18 puntos.
Gustavo Gamboa fue una de las grandes sorpresas de la noche. Acompañado de Alahanna Morales, ambos se lucieron en la pista, acción que provocó que el jurado les diera 19 puntos, la calificación más elevada de la gran noche.
El célebre concurso de baile presentó también a la expresentadora y modelo Johanna Ortiz y David Hernández, quienes a ritmo de samba conquistaron 15 puntos en la tabla de puntaje.
El exembajador de Estados Unidos, Fitz Haney, junto a su compañera Lucía Jiménez, menearon el recinto con una salsa. Aunque los hijos de Haney consideraron que su papá merecía puntos muy altos, el jurado le otorgó , en esta primera vez, 15 puntos.
Con una actitud arrolladora, la actriz Marcela Ugalde arribó al escenario; ella y su bailarín Javier Acuña ejecutaron un potente chachachá, gracias al cual obtuvieron 18 puntos.
Para cerrar la noche, uno de los participantes que más expectativa ha generado, apareció en escena: el presentador Víctor Carvajal. Diana de la O y él bailaron un delicado vals vianés, que fue bien calificado por el jurado con 18 puntos.
Ya con los nervios apaciguados y con las ansias adormecidas, los participantes y sus bailarines se abrazaron. Este viaje estelar apenas inicia.
Detrás de escena. Todos los inicios son diferentes. El de Dancing with the Stars fue uno colectivo y lleno de emociones. Diez personalidades de la farándula costarricense esperaban con un coctel de nervios, ansias y alegría que la primera gala del concurso de ballroom iniciara.
El camerino en el que aguardaban los participantes era testigo del trajín que vivían miembros de producción, del jurado y todos los que llegaban con bocadillos o flores como muestra de afecto a los nuevos concursantes.
Entre los visitantes que aparecieron a alentar a los bailarines noveles estaban los exconcursantes de anteriores temporadas: Don Stockwell, Doris Goldgewitcht y Karina Ramos, llegaron llenos de abrazos, besos y buenos deseos.
Con la experiencia que dan los años, en una esquina estaba doña Vicky Fonseca, costurera que pertenece a Teletica Formatos desde hace 10 años. Con una agilidad similar a la de una araña tejiendo su tela, la experimentada Vicky, con hilo y aguja, cosía una falda que una de las bailarinas rompió con un tacón. Es una de las muchas situaciones que se pueden dar previo a un programa en vivo.
Los minutos pasaban y las diez estrellas se enfocaban en distintas ocupaciones. Mientras tomaba un café, Harold Wallace pensaba en sonreír bastante cuando fuera su turno. Natalia Carvajal hacía videos y selfies para compartir en sus redes sociales. En otro aposento del lugar, estaba Adriana Durán, deseando que todo lo aprendido y ensayado se pudiera visibilizar en la pista, pista que le tocaba abrir en esta cuarta temporada.
Mientras otros de sus compañeros terminaban de alistarse, Fitz Haney llamaba por teléfono a su esposa e hijos. Ya era tiempo de que estuvieran en el lugar.
Cuando las manecillas del reloj estaban por llegar a las 7 p. m., los participantes querían reunirse para hacer una oración. Muchos de los nuevos bailarines expresaron que existe mucha unidad entre ellos, que se apoyan y entre todos se desean los mejores éxitos para que durante su paso por la pista ninguno deje de brillar.