El buen trabajo y la amistad que existió en el elenco que trabajó durante años al lado de Roberto Gómez Bolaños, se vio empañado por los problemas legales.
Carlos Villagrán y María Antonieta de las Nieves fueron los dos intérpretes que tuvieron más encontronazos con Chespirito.
Sus problemas fueron similares: ambos actores decidieron empezar sus propios proyectos fuera de los programas de Chespirito, pero querían seguir interpretando los personajes de Quico y la Chilindrina.
De acuerdo con el programa La historia detrás del mito , de TV Azteca, con Villagrán se generaron algunos roces profesionales.
“El Quico le fue robando popularidad al mismo Chavo, esto generó envidia, egoísmo y ese tipo de cosas”, aseguró Villagrán en este espacio mexicano.
Villagrán dejó de trabajar con Gómez Bolaños en 1979, y luego de su salida quiso hacer un programa solo con su personaje y se lo propuso a Emilio Azcárraga, dueño de Televisa.
Azcárraga le consultó a Chespirito sobre la posibilidad de abrir un espacio para Quico; el creador accedió con la condición de que se le dieran los créditos del personaje.
Villagrán no aceptó esta condición y viajó a Venezuela donde grabó dos programas: Kiko botones y Federrico; ninguno tuvo éxito.
En 1987 regresó a México para hacer, al lado de Ramón Valdés, el programa ¡Ah qué Kiko!
Valdés poco tiempo antes se había retirado de los espacios de Chespirito por supuestos roces con Florinda Meza, quien ya era pareja sentimental de Gómez.
Villagrán cambió el nombre de su personaje de Quico a Kiko, porque el primero estaba registrado a nombre de Gómez Bolaños; también modificó aspectos de su vestuario, como el color de la corbata, las medias y su gorro de marinero.
“A mí nadie me dijo cómo tenía que hacer el personaje, el sonido gutural y los cachetes los sabía hacer yo”, se defendió Villagrán ante una consulta hecha por un periodista en La historia detrás del mito.
Villagrán, en mayo del 2013, se despidió de los escenarios representando a Kiko por última vez en Brasil.
Pleito entre amigos. Roberto Gómez y María Antonieta de las Nieves comenzaron a trabajar juntos en 1968, en el programa Los Supergenios de la mesa cuadrada ; después de ahí, la actriz fue infaltable al lado de Chespirito.
En 1995, al finalizar el programa Chespirito , los derechos registrales de los personajes se vencieron y el creador olvidó renovarlos.
De acuerdo con una biografía de Chespirito, transmitida en el canal Biography Channel, De las Nieves fue al registro notarial y puso a su nombre el personaje de la Chilindrina.
La comediante aseguró en varias entrevistas que el personaje era de su propiedad porque ella hizo la caracterización de la niña.
En el 2002, Roberto Gómez Fernández, hijo de Chespirito, asistió a renovar los derechos de los personajes y se encontró con la sorpresa de que solo la Chilindrina ya no era propiedad de su padre.
Desde ese año hubo demandas contra la actriz solicitando que devolviera el nombre del personaje. En junio del 2013, De las Nieves aseguró que había ganado el litigio por los derechos del personaje.
Sin embargo, Roberto Gómez Fernández desmintió esta información y aseguró que el pleito por los derechos aún continúa en los tribunales de México.