El largo camino que ha recorrido el cuerpo de la reina Isabel II para llegar a su última morada está a punto de acabar.
La monarca falleció el jueves 8 de setiembre en el Castillo de Balmoral, en la localidad escocesa de Aberdeenshire. Luego, sus restos mortales fueron trasladado al Castillo de Holyroodhouse, en Edimburgo. El último trayecto lo realizó en avión desde Edimburgo hasta Londres, capital de Inglaterra, para llegar por fin al Palacio de Buckingham la noche del miércoles (hora de Londres).
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Este jueves por la tarde, el féretro, que portaba el estandarte real y la corona imperial, fue llevado al Westminster Hall acompañado por una procesión en la que participaron el rey Carlos III, su esposa Camila, los príncipes Guillermo y Enrique junto a sus esposas y más miembros de la familia real como los príncipes Ana, Andrés y Eduardo.
Allí, el ataúd fue colocado sobre un catafalco y permanecerá en capilla ardiente custodiado por una guardia real mientras el público desfila a su alrededor para darle un último adiós.
Durante este miércoles, la célebre campana del Big Ben repicará cada 60 segundos y se dispararán 38 salvas de cañones desde Hyde Park, una por minuto.
Viernes 16 de setiembre
El rey y la reina consorte viajarán a Gales, donde recibirán el pésame de las autoridades y participarán en una ceremonia en la catedral de Llandaff, completando así su gira por las cuatro naciones del Reino Unido.
Domingo 18 de setiembre
A las 8 p. m. se guardará un minuto de silencio en el Reino Unido para honrar la vida de la reina y sus servicios al país.
Lunes 19 de setiembre
El féretro de Isabel II se trasladará a la Abadía de Westminster para el funeral de Estado a partir de las 11 a. m., que se espera que sea seguido por millones de personas en el mundo.
Dignatarios de todo el mundo han sido invitados a las exequias, entre ellos presidentes como el estadounidense, Joe Biden, y el brasileño, Jair Bolsonaro, y monarcas como el español, Felipe VI, o el japonés, Naruhito.
Después del funeral, el ataúd se trasladará a Windsor, donde tendrá lugar un servicio religioso antes de un entierro privado en la Capilla de San Jorge.
La reina será inhumada en esa capilla junto a su esposo, el príncipe Felipe. Allí reposan también las cenizas de su hermana, la princesa Margarita, y los restos de su madre Isabel y de su padre, el rey Jorge VI.