Había más: en el baúl del auto tenía varias drogas (entre ellas heroína) y hasta un arma. Después, lo de siempre: salió bajo fianza, fue a rehabilitación, se escapó y todo volvió a empezar.
En los siguientes tres años, registró media docena de entradas (y salidas por la puerta trasera) de clínicas de rehabilitación.
Finalmente, en 1999, un juez lo condenó a tres años de prisión en Corcoran, en el centro de California. El actor salió al año siguiente y continuó con sus intentos de volver al cine.
Cuando fue noticia por sus problemas, Downey Jr. ya era un actor reconocido por Chaplin , Vidas cruzadas y Asesinos por naturaleza . “O las drogas o yo”, le dijo Susan Levin a inicios de la década pasada, cuando formalizaron su relación.
George Clooney fue uno de los primeros en confiar en él: le dio un rol importante en su película Buenas noches y buena suerte . Le siguieron Una mirada a la oscuridad y el sólido drama El solista (2009). De la silla del acusado pasó a la cima de Hollywood como el carismático multimillonario Tony Stark en la saga de Marvel Iron Man . El País/GDA.