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El cantante brasileño Roberto Carlos finalizó a las 10:39 p. m. su concierto en el Palacio de los Deportes, en Heredia, cantando Un millón de amigos , popular tema que los miles de asistentes del concierto cantaron a todo pulmón.
Después de las 10 p. m. hora en que La Nación cerró su edición impresa, Roberto Carlos puso a moverse al Palacio de los Deportes. El brasileño dejo sus baladas más quietas para pasar a sus canciones más movidas y entonces el público se levantó de las butacas.
La emoción era notoria en el lugar, principalmente entre el público femenino, pues como detalle que habla de la calidad de artista, Roberto Carlos le regaló rosas a varios de sus seguidoras y seguidores.
El brasileño besaba las rosas y luego las lanzaba a las graderías y a las decenas de aficionados que rompieron el cerco de la seguridad y llegaron al filo de la tarima.
Con Amigo y Jesucristo, dos de las canciones más reconocidas y queridas de su repertorio, Roberto Carlos se echó en el bolsillo a todos.
El aplauso de despedida del público fue intenso, y así llegó el final del esperado encuentro entre el cantante de Detalles y el público costarricense.
Durante dos horas el cantante le ofreció a los ticos temas de toda su carrera, como Emociones, Lady Laura, Propuesta, El gato en la oscuridad y muchas más.
El resultado fue un concierto que muchos se llevan en su corazón y en la memoria.