La concentración corría por cada centímetro de su cuerpo, faltaban apenas unos pocos minutos para terminar la defensa 12 del título de peso gallo femenino de la Ultimate Fighting Championship (UFC) y en ella solo había un pensamiento: vencer.
Ese sábado 1. ° de agosto el camino hacia el octágono se hizo rápido en medio de los vítores que recibía de un país ajeno: Brasil.
En campo extraño, la estadounidense Ronda Rousey confirmaría en apenas 34 segundos que es la deportista más dominante del planeta ; su víctima fue la brasileña Bethe Correia.
Toda hecha músculo, con la mirada fija en su oponente, con una fuerza indescriptible y una capacidad milimétrica para atacar, Ronda de nuevo se coronó como campeona con golpes certeros sobre la cabeza y el cuerpo de su rival.
Más allá de su carrera como deportista profesional –fue la primera mujer firmada oficialmente por la UFC– Rowdy, como se le conoce, ahora opta también por otros lares y pone su mirada en la actuación y el modelaje como una especie de entretenimiento a sus incansables entrenamientos como peleadora de Mixed Martial Arts (MMA).
Dentro de la jaula del octógono su sencillez es notoria: solo necesita su uniforme de peleadora, amarrarse fuerte el cabello y usar los guantes adecuados; pero fuera de la lona, la feminidad y belleza de Ronda son innegables. Estas cualidades, además de su conocido carisma le han hecho guiños a la farándula y sus seguidores lo aceptan.
Luchadora. Ronda no es de conformarse. Los logros alcanzados por ella están a la altura. Es yudoca por herencia de su madre (Ann Maria Rousey DeMars).
Ganó el segundo lugar en el Mundial de Judo en Brasil 2007 y se convirtió en la primera mujer estadounidense en ganar una medalla olímpica de esa disciplina (Pekin 2008), en ese momento tenía 21 años y obtuvo el bronce en la competencia. Después se retiró para competir en MMA.
“Comencé con judo a los 11 y me retiré a los 21. A los 22 comencé MMA porque me di cuenta de que no quería tener un trabajo convencional el resto de mi vida”, así explica el cambio en su perfil oficial del UFC .
No todo han sido victorias en la vida de Rousey. Desde su nacimiento tuvo que, literalmente, luchar por su vida.
“Nací con el cordón umbilical envuelto alrededor de mi cuello , cortando mi suministro de aire. Mi corazón se detuvo . Salí azul y apática. Mamá dice que los médicos pensaron que estaba muerta”, cuenta la deportista en su biografía titulada My Fight/Your Fight. “Los doctores al ver que volví a la vida dijeron que yo era una luchadora”, agregó .
Esta situación provocó a corto plazo que Ronda tuviera problemas en el desarrollo del habla. La niña no podía comunicarse y fue hasta aproximadamente los seis años que logró hablar bien.
“Mucha gente asume que soy fría e insensible , pero la verdad es que se necesita un gran corazón para luchar. Puedo competir con dedos rotos o puntos de sutura en el pie, puedo tener éxito sin pestañear; pero voy a reventar en llanto si escucho una canción triste en la radio. Soy vulnerable y por eso lucho”, dijo.
La pequeña Ronda, con apenas ocho años debió afrontar junto a su familia la decisión que tomó su padre de quitarse la vida: Ron Rousey se asfixió en el garaje de la casa mientras su esposa e hijas veían televisión.
Esta es otra prueba que la campeona tuvo que superar, confesada en su libro.
Otra faceta. La deportista ya probó suerte en la pantalla grande y en el último año se le vio interpretar a Luna en The Expendables 3 y a la agente de seguridad Kara en Furious 7 , la más reciente entrega de The Fast and the Furious.
En la película de Vin Diesel y Paul Walker protagonizó una épica pelea contra Letty (Michelle Rodríguez) que entretuvo a los seguidores de las películas. Además, en tiempos recientes también participó en Entourage interpretándose a si misma.
Próximamente ya está trabajando en la filmación de una película basada en su vida.
Por su belleza a Rousey la han contactado para modelar y ser fotografiada en publicaciones como ESPN The Magazine , Maxim y Sports Illustrated.
Ronda quiere expandir sus horizontes en la farándula pero sin dejar de lado para lo que siente que nació: la MMA.