Tras el escándalo de la Corona española que ha sacudido el mundo en estos días, han surgido varias teorías al respecto.
El encontronazo entre la reina Letizia y su suegra la reina emérita doña Sofía, en el que la primera le impidió a la abuela tomarse una fotografía con las niñas, ha dado mucho de qué hablar.
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¿Será que de verdad hay una mala relación en el palacio español? ¿Realmente Letizia se preocupa tanto por sus hijas? ¿Es una estrategia política y de imagen? El comportamiento de la reina Letizia ha sido criticado por muchos y justificado por otros.
Imma Aguilar, amiga personal de la consorte, aseguró que Letizia se siente muy dolida y preocupada por lo que pasó, esto de acuerdo con una conversación telefónica que tuvieron ambas.
El periódico ABC de España asegura en una nota publicada hace dos días que la intención de la reina era decirle a su suegra que había tiempo para realizar las fotografías en la intimidad del palacio ya que ella trata a toda costa de separar la vida pública de la personal.
“Doña Sofía se había olvidado de que en ese momento –en que asistían a la misa de Pascua– estaban trabajando. Y es que Doña Letizia a veces intenta distinguir entre lo que es trabajo y lo que es vida privada; sin embargo, para Doña Sofía esa línea no existe, ya que en su vida privada sigue haciendo prácticamente lo mismo que en la oficial”, explica ABC.
Por su parte, el diario El Mundo de Uruguay se decantó por estudiar tres posibles situaciones que provocaron el desaire.
Primero, manejar al extremo la imagen de sus hijas. Letizia quiere estar atenta a cada paso que den las pequeñas, quién las fotografía y dónde serán publicadas las fotos. Asume su papel de madre al extremo de impedir una imagen junto a la abuela.
Segundo, alejarse tanto ella como a sus hijas de las situaciones políticas y de escándalos que rodean a los Borbón: infidelidades del rey Juan Carlos, la caza de animales de él y las acusaciones de fraude contra el Estado hacia sus cuñados.
La tercera teoría que plantea El Mundo está inspirada en las declaraciones del periodista y experto en temas de la realeza española Jaime Peñafiel, quien asegura en dos platos que: “Letizia es una maleducada y mandona que no sabe comportarse”.
Peñafiel atacó directamente a Letizia y aseguró que el rey Felipe no sabe qué hacer con su comportamiento. “Letizia va por libre, tiene un marido que es muy buena persona, pero que está acojonado con ella para que no salte. Es una mujer incontrolada e incontrolable. Tiene un carácter endiablado y ya lo demostró en su pedida de mano”.
El comunicador agregó en sus declaraciones a varios medios españoles que la reina tiene una excesiva y ridícula protección hacia sus hijas y que Leonor es una copia de su madre. Al final lanzó una teoría que, de concretarse, podría poner en peligro a la casa real: “Con el daño que le ha hecho a Felipe, dudo que siga enamorado de ella. Ya lo dijo Juan Carlos, o se divorcian o ella acaba con la monarquía”, finalizó.
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¿Y la modernización de la Corona?
Cuando Letizia Ortiz –plebeya y divorciada– se casó en el 2004 con el príncipe Felipe de Borbón, el pueblo español y el mundo pusieron sobre los hombros de la periodista la responsabilidad de modernizar la monarquía de España.
Ella, quien no fue educada para ser reina, se convirtió en la soberana de una de las monarquías más importantes de Europa en el año 2014 cuando el rey Juan Carlos abdicó y le cedió el trono a Felipe. Letizia asumió, como corresponde, el papel de reina al lado de su marido y con ello una serie de responsabilidades que poco a poco fue aprendiendo y asumiendo hasta el punto de convertirse en la madre de dos hijas: Leonor y Sofía, la primera será la futura reina de su país.
¿Pero en qué paró todo el tema de la modernización del imperio? A Letizia le ha costado lograrlo, no solo porque ha afrontado diversos problemas familiares y personales (como la muerte de su hermana menor y los señalamientos en su contra por supuestamente padecer de anorexia), sino porque se dice que existe una relación muy tensa con su suegra la reina emérita Sofía, además de que el cariño de los españoles está muy dirigido a doña Sofía.
Sumémosle a estos temas el hecho de que Letizia también se ha vuelto más que hermética con la prensa, a pesar de que por su experiencia como comunicadora conoce de primera mano la importancia de la libertad de comunicación.