Doña Flora Sobrado, la conocida Tía Florita, contesta el teléfono fijo de su casa con esa voz que es inolvidable para muchas personas. Es simpática y en este día especial, 23 de marzo, en el que celebra 95 años de vida, agradece por su salud y la de los suyos, también porque todo lo que “pide al Espíritu Santo” se le concede.
“Me siento agradecida con Dios. Todo sale bien, estamos con salud todos. Creo firmemente en el Espíritu Santo, siempre me guía. Le pido todas mis cosas. Todo me sale bien. Todo me sale perfecto. Estoy bendecida”, dijo la mañana de este 23 de marzo.
La reconocida chef, emblema de la televisión costarricense, vive un día a día activo en el que se dedica a contestar personalizadamente mensajes de sus más de 400.000 seguidoras de redes sociales, a pensar en en vivos y recetas prácticas para compartirles todos los domingos, espacios en los que también conversa. También comparte videos de sus inicios, material audiovisual que ya está migrando de los cds a dispositivos usb para facilitar su almacenaje.
Doña Flora se reinventa y no se detiene: la pandemia le impidió continuar en televisión, pero ella se sobrepone al cambio ideando novedades que comparte en sus páginas Tía Florita, Amigos de Tía Florita y Flora Sobrado. En tiempos de influencers y creadores de contenido, ella, quien suma 49 años de carrera, también promociona productos en sus páginas.
“Todo ha bajado (por la pandemia) y hay que irse poniendo a tono con las necesidades del momento. La cocina ha cambiado mucho. A las personas les gusta la comida práctica, el teletrabajo ha cambiado mucho las dinámicas, entonces les voy dando recetas esenciales, buenas y bonitas. Me siento mal si no trabajo. No puedo estar sentada esperando la muerte”, explicó.
Sus sentimientos
Hablando de la muerte, ese es un tema en el que no piensa demasiado. La sola palabra le suena fea y trágica. Tía Florita prefiere disfrutar cada día e invertirlo en tareas productivas.
“Uno no está pensando en eso. Solo que (es inevitable que) se van terminando ciertas cosas con la edad. Ya no hay aquellas fiestas y reuniones con las amigas. Todas las compañeras del colegio nos veíamos una vez al mes, todo se va terminando. Se inventa uno que hacer. Aquellas cosas se reponen con algo útil”.
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Doña Flora cuenta que vive lindo, no se aburre ni está triste; su vida es plena, recalca. Vuelve a ver atrás y sonríe, han sido 95 años satisfactorios y bendecidos, tan buenos que ni los siente. Aún así es franca al reconocer que, como todo, llegar a esta edad también implica un hecho que le provoca tristeza.
“Yo vivo feliz, pero lo único que me entristece es la muerte de mi hijo (José Federico) y de mi esposo (Max Echandi). Hay cosas que no son beneficiosas, la vida continúa y sé que no solo a mí se me han muerto mis seres queridos. Murieron mis papás y mis tres hermanas. Estoy solita. Se te van yendo personas. Eso es lo malo de vivir mucho”, comentó.
Doña Flora vive sola, pero al lado de su casa reside uno de sus hijos. Este miércoles 23 va a tener un almuerzo muy familiar para celebrar con sus dos hijos y los nietos que le puedan acompañar. Ella, una declarada “adicta a los postres”, ya ha recibido varios detalles dulces por parte de sus amigos, entonces durante la reunión degustará de alguno.
Para el sábado sí tendrá una celebración con más familia. Aparte de sus dos hijos, ella tiene siete nietos y cuatro bisnietos.
Esta semana además de estar su cumpleaños, tía Florita tendrá otra celebración: el viernes recibirá un nuevo reconocimiento por su labor. Aún no sabe de qué se trata, mas la emociona la sorpresa. Este galardón se sumará a muchos otros como el de Mujer Empleo de Trabajo 2016 y otros que ha recibido en Europa, recuerda siempre feliz y agradecida.