Ayer murió un hombre que encontró en los andenes del humor aliento, abrigo y sustento. Antonio Toño Hernández, de 48 años, falleció en un trágico accidente que se cobró tras un paro cardiorrespirarorio, dejando en miles de habitantes de Costa Rica la memoria de tantas risas provocadas y espetadas.
Toño transitó en vida un sube y baja de situaciones y emociones que lo formaron y le dieron el carácter para abrirse paso en el humor, primero en cualquier chinchorro que le diera algo a cambio de sus chistes e imitaciones, y finalmente en el exitoso programa de radio Pelando el ojo , de Monumental 93.5 FM, en el cual participó como humorista desde enero de 2010 hasta la semana pasada.
Se le recordará por sus atinadas y divertidas versiones paródicas de Hernán Medford, el Padre Minor, Viviam Quesada, Abel Pacheco y de sus colegas Gorgojo y El Porcionzón. “Toño siempre me hizo un feliz. ¡Su imitación era fantástica”, dijo la conductora y asesora política Viviam Quesada. “Costa Rica pierde a un artista en todo el sentido de la palabra”.
Hernández también le entraba a imitaciones de personajes extranjeros, como Tres Patines, e incluso inventó sus propios personajes, como el humilde Cuyito, el conciente políticamente Belisario y el joven arratao’ Moledero.
Durante el transcurso del domingo –su muerte se registró a las 9:33 a. m.– las muestras de cariño hacia el comediante encontraron eco en Internet, principalmente de sus compañeros y colegas, pero también de un público que recuerda su humor con cariño , así como sus numerosas muestras desinteresadas de humanidad.
“Todo el equipo de Central de Radios y el Grupo Repretel se solidarizan con su familia. Paz a sus restos”, escribió Monumental en su sitio web . “Un amigo ha partido. Toño Hernández ha fallecido. Nosotros lloramos, el cielo ríe”, manifestó el medio en Facebook .
Labor y risas. Eida Mora y Antonio Hernández dieron a luz a Toño el 20 de junio de 1968, en el Hospital de la Mujer. En una pequeña casa entre Paso Ancho y Desamparados, el pequeño jugaba durante el día mientras su padre trabajaba en construcción y su madre preparaba empanadas.
Esas empanadas las empezó a vender Toño a temprana edad. En sexto grado, abandonó la escuela y se dedicó al trabajo; si no eran las empanadas de su madre, vendía los productos de alguien más, pero algo andaba haciendo. También se hizo chofer, ayudante de mecánico, camaronero y cortador de vidrios, profesión con la que levantó su propia empresa.
En la escuela le decían Curly, como el de Los tres chiflados . Una de sus primeras imitaciones fue el director de la escuela, a quien le observó todo gesto y facción hasta poder remedarlo al dedillo.
Con esa técnica perfeccionó su arte de la imitación, la cual le trajo cariño, comida y compañía antes, durante y después de sus años trabajando en lo que saliera. Incluso desde que empezó a salir en medios de comunicación, Toño se dedicaba a hacer otros trabajos.
Por esa misma chispa llegó a medios. Primero su madre lo llevó al programa La dulce vida , donde Lucho Ramírez le dijo que tenía futuro. Luego, empezó a trabajar en cantinas pero al rato se aburrió, y un día pasó frente a Radio Puntarenas (en Zapote), donde vio que había un vidrio roto, y mientras iba emocionado a ofrecer arreglarlo a cambio de dinero se encontró a un productor y le mostró sus talentos con tal de que lo metiera en algún programa.
Trabajó ad honorem durante varios años, y luego entró a Radio Columbia en el programa Pierda el control . Animó las corridas de toros de 1999 y trabajó en ocasiones para la televisora Repretel, hasta que en 2010 se unió al equipo de Norval Calvo en Pelando el ojo , donde medio país terminó conociéndolo a carcajada limpia.
Calvo estaba reorganizando el reparto del programa tras el fallecimiento de Froylán Bolaños en 2009 , también por problemas cardiacos. “Sentí una cosa rarísima al saber de la muerte de Toño”, dijo Calvo, quien describió que se sintió como en un dejavú de lo que pasó en 2009 con Bolaños.
“Estoy muy conmovido por razones obvias, pensando en su familia. He logrado hablar con uno de los hijos y bueno, aquí estamos entre todos los compañeros asimilando la noticia”, añadió.
Con Hernández y Bolaños, Pelando el ojo descuenta tres bajas en su planilla, pues el controlista Christian Aguilar murió en 2015. La comediante del programa, Natalia Monge, comentó: “Lamento profundamente que de nuevo tengamos que perder a un compañero del equipo de trabajo, que con su estilo particular aportaba muchísimo. A mí él me hacía reír teniéndole de frente y aún estando ausente. Estoy segura de que esto va a seguir siendo así”.
Roque Ramírez, quien interpreta a Doña Merry en el programa, también manifestó su dolor ante la noticia. “Gracias por regalarnos tantos momentos tan lindos, gracias por sus consejos, sus excelentes imitaciones, su humildad, gracias por nunca negarme un favor y esas cositas reflejaban la calidad humana”, manifestó.
“A uno esto lo consterna totalmente”, reclamó Carlos El Porcionzón Ramos, a quien Hernández imitaba como nadie. “Es una noticia así como de sopetón. Haciéndo memoria uno piensa en Froylán, que también se fue de un infarto, y ahora Toño, que fue uno de los que lo reemplazó... Es muy duro”, concluyó el humorista.
Pena y gloria. Ayer murió un hombre que lo encontró todo en las risas, pero que también luchó contra sus demonios. Hace cinco años, en una entrevista de Jorge Hernández para Teleguía , Toño Hernández admitió que tenía problemas con el alcohol.
“Viví dos años casi en la calle, en las aceras o en el cementerio de Desamparados; cuando había entierro, me quedaba sin cama”, dijo en aquella ocasión. “Empecé como un bebedor social, pero perdí el control. Me mandaba diariamente de 10 a 12 pachitas de licor; mentía para que me dieran plata, chuleaba a los amigos en la cantina; no comía, no trabajaba”.
Toño recordó que cuando vio a una de sus hijas intentar comer arroz raspado con caldo de frijol se juró nunca más volver a anteponer la bebida al sustento de su familia, y en 2011 se declaraba gozador de una alegre sobriedad.
No hay testimonios para sostener una recaída en el alcoholismo. De hecho, en abril del año en curso , el comediante apareció en el programa De boca en boca , de Canal 7, y contó su historia de superación del alcoholismo.
No obstante, sus compañeros mostraron preocupación por su salud en las últimas semanas. Toño tenía sobrepeso y Calvo y Monge notaron una diferencia en su respiración en días recientes.
“Justamente hace como una semana Cristian Hernández (moderador del show ) y yo le dijimos: ‘Mae, Toño, cuídese, póngase las pilas a bajar de peso en serio, hay que cuidar la salud’”, contó Calvo tras escuchar sobre la muerte.
“Esto duele mucho porque es de golpe”, agregó Porcionzón. “Todavía la muerte de Gorgojo era una persona que, diay, ya él estaba enfermito, pero en casos como el de Toño, tan joven y todo, uno se queda totalmente impresionado. Hay que vivir la vida sin excesos, hasta donde se pueda, pero disfrutarla al máximo. Toñito se nos fue muy joven”.
Antonio Hernández Mora deja cinco hijos. En 2011, su hija Joryana, quien entonces tenía 22 años, murió. Hace cinco años, Toño dijo que los aplausos eran su combustible. “Todos los días tengo que sacarle una risa a alguien”. A ese objetivo se entregó desde siempre, hasta que ayer en la mañana dio su último respiro en un carro que sin su control se cayó a la cuneta de la autopista General Cañas.
El público y sus compañeros sin duda lo recordarán siempre con amor.
Norval Calvo confirmó a ‘Viva’ que durante la edición de ‘Pelando el ojo’ de este lunes (a las 5 p. m. en Monumental 93.5 FM) se realizará un homenaje a Toño Hernández.