Si después de saborear las delicias de la cocina caribeña, su paladar queda con ganas de más, no se preocupe; puede aprovechar su regreso de los carnavales para llevarse a casa un bocadito –o todo un banquete– de Limón.
Patí, pan bon, pan de jengibre, plantintá, cocadas y galletas booth son solo algunas de los productos del Caribe que puede adquirir en un sinfín de locales y aceras limonenses para seguir degustando en el camino o darles a quienes se quedaron en casa una probadita de lo que se perdieron.
“El pan bon es quizá el que más busca la gente de otras provincias; por eso, lo preparamos en mayor cantidad y con la receta original que utilizamos desde 1930”, explicó Gilberto Hines, de la panadería Mc Farlane.
En el vetusto local, ubicado en el barrio Jamaica Town, las unidades de pan bon se pueden adquirir en diferentes tamaños y a precios que van desde los ¢3.000 a los ¢6.000.
“Este tipo de repostería puede conservarse por unos tres o cuatro días sin refrigeración y al menos un par de días más, si se mantiene a temperaturas frías”, añadió Hines.
El patí es otro de los productos más buscados. La tradicional empanada rellena de carne, crujiente y picantita es preparada en casi todas las panaderías y restaurantes de Limón, y se puede adquirir a ¢500 la unidad.
Por ese precio, también puede comprar el plantintá, empanada de plátano maduro hecha con la misma pasta del patí, pero con un relleno dulce.
A la lista de productos se suman las galletas de jengibre, enormes panecillos dulces con el intenso sabor de esa raíz, y las saladas galletas booth . Las primeras se obtienen a ¢300 la unidad
Otro de los más perseguidos es el pan de queso; su color es el del típico baguette.
“Vale ¢1.300 el bollo y es uno de los más vendidos. En época de carnavales, junto con el pan bon, se van volando”, contó Marcia Thompson, vendedora del puesto Doña Sandra, ubicado en la estación de autobuses Caribeños.
Para quienes prefieren algo más dulce, están las cocadas, esa repostería tipo canasta hecha con una base de harina y un relleno de miel de coco rallado. Cada una se vende en ¢400.