Byron Gómez, costarricense radicado en Estados Unidos, es el chef principal y socio accionista del restaurante BRUTØ, el cual obtuvo este lunes 9 de setiembre una estrella Michelin. Gómez se convirtió en el primer costarricense en obtener este reconocimiento, que premia a lo mejor de la alta cocina mundial.
A pesar de llevar muchos años en el mundo culinario de élite, el cocinero tico recibió esta noticia histórica con gran sorpresa. El premio, más allá del prestigio puntual, lo hizo recordar toda una vida dedicada a la cocina.
“A mí me avisaron a las 7:30 a. m. que me iban a otorgar la estrella, en una ceremonia a las 5 p. m. Ese día habían demasiadas emociones, he estado en la alta cocina por veinte años, con muchas influencias. Sé todo el camino y la disciplina que he tenido, pero no caí en cuenta de que lo logré, tengo que pellizcarme (risas). Al estar en la tarima y recibir ese premio, toda mi vida me pasó en segundos”, relató el chef tico.
LEA MÁS: Un chef con Estrella Michelin en San José
La estrella Michelin es uno de los reconocimientos más prestigiosos en el mundo de la gastronomía. Otorgada por la reconocida Guía Michelin, se utiliza para calificar la calidad y excelencia culinaria de los restaurantes a nivel mundial. Este sistema de calificación ha estado en funcionamiento desde 1926, como parte de una estrategia de la empresa de neumáticos Michelin para fomentar los viajes por carretera y, con ello, aumentar la demanda de sus productos.
Cada estrella representa un nivel de distinción: una estrella indica “un restaurante muy bueno en su categoría”, dos estrellas significan “una cocina excelente que vale la pena desviarse del camino”, y tres estrellas son el máximo galardón, reservado para “una cocina excepcional que justifica un viaje especial”.
Además de la estrella Michelin alcanzada por Gómez, el restaurante del costarricense obtuvo la estrella verde, que solo tienen 25 restaurantes en Estados Unidos. Este reconocimiento, además de la calidad, reconoce las prácticas sostenibles de los negocios. Para obtener este galardón, explica Gómez, llegan inspectores incógnitos, que evalúan la calidad culinaria, el servicio y la experiencia durante todo un año.
“Saber que soy alguien que migró acá desde niño y que con voluntad propia ha logrado sus cosas... primero agradezco a Dios por todo. No ha sido fácil. Trato de vivir el presente y aprovechar estas emociones únicas”, comentó.
Gómez, de 36 años, migró junto a sus padres y su hermana cuando apenas tenía 8 años. La mayor parte de su vida radicó en la ciudad de Nueva York. Su madre es originaria de Heredia y su papá de la provincia de Guanacaste.
“Mis papás migraron por temas laborales, también tratando de encontrar un mejor futuro para ellos y nosotros. Mi papá desarrolló su propia compañía, era empresario, y mi mamá era maestra en Costa Rica y vino acá a ser niñera”, narró el cocinero.
Debido a su estatus migratorio no ha podido volver a Costa Rica desde 1997, año en que se mudó a Estados Unidos. Afirma que se siente plenamente costarricense, pero desearía conocer mucho más el país, pues al partir a tan temprana edad no pudo recorrer su tierra.
“Uno de mis sueños más grandes es volver a Costa Rica. Yo creo que el día que aterrice le voy a decir al piloto que no quiero ir por la tarima, sino por la pista para poder besar tierra costarricense. Yo quisiera en este momento poder ir y celebrar con mi gente, hacer charlas; pero desafortunadamente no puedo. Es uno de mis mayores anhelos”, comentó.
LEA MÁS: Esta es la taquería imperdible en México que recibió una estrella Michelin
A pesar de que no ha podido tramitar su ciudadanía estadounidense, utiliza su posición como figura pública para ser una voz importante de la comunidad migrante en los Estados Unidos.
“La comunidad migrante en Estados Unidos me ha dado una plataforma para abogar por ellos en el sistema. He tenido el privilegio de ser invitado a la Casa Blanca por el presidente Joe Biden y he hecho algunas campañas sobre migración con la vicepresidenta Kamala Harris en los últimos dos o tres años”, explicó el codueño del restaurante estadounidense BRUTØ
El camino de Byron Gómez
Byron Gómez tiene 36 años, pero ya lleva dos décadas de trayectoria en la cocina. Su interés por las artes culinarias empezó desde su niñez en Costa Rica. Según cuenta, todos los domingos su tío recogía toda la familia en su buseta y se reunían en la casa de Byron para pasar tiempo de calidad y compartir comida especial.
Al mudarse a Estados Unidos, sus padres extrañaban estos fines de semana y comenzaron a replicar esta dinámica con amigos y conocidos en el país norteamericano.
“Mi papá y mi mamá cocinaban muy bien y en esas reuniones empezó mi interés en cocinarle a otra gente. Desde los 11 o 12 años yo ya les ayudaba picando la cebolla y hacía algunas preguntas: ¿Cómo se hacía el arroz?, cómo esto o lo otro”, relató Gómez.
LEA MÁS: Chef ganador de estrella Michelín cautiva con nueva cocina europea en Costa Rica
Cuando tenía 14 años, un amigo de la familia le ofreció un trabajo temporal en un local de Burger King. Un par de años después pasó a un restaurante, donde desarrolló su técnica culinaria, la misma que le ayudó a ir escalando en los centros culinarios de mayor prestigio en Estados Unidos.
“Yo nunca fui a un instituto o academia culinaria, aprendí trabajando y con mi propio esfuerzo; así llegué hasta donde estoy ahorita. Después de 10 años en varios restaurantes me puse una meta y era que a mis 25 años iba a estar en un restaurante con una estrella Michelin”, comentó el destacado chef.
Siguiendo este sueño aplicó y fue aceptado en el Café Boulud, del reconocido chef francés Daniel Boulud, que ostentaba una estrella Michelin. Esta etapa fue una de las que más aprendizaje le dejó, Posteriormente, continuó su ascenso al unirse al restaurante Atera, el cual tiene dos estrellas Michelin.
Su consagración definitiva se dio al ser contratado en el Eleven Madison Park, restaurante que figura en el selecto grupo de tres estrellas en la guía Michelin y que en 2017 fue reconocido como el mejor del mundo según la revista Restaurant. Tras unos meses fue nombrado como sous-chef, es decir, el segundo al mando en la cocina.
Al llegar a la cima, ¿qué más queda? Pues Byron Gómez decidió descender de la cúspide en que se encontraba, trasladarse al estado de Colorado y labrar desde lo llano un nuevo hito que alcanzar. En esta nueva localidad tomó las riendas como chef ejecutivo de un restaurante, durante tres años.
LEA MÁS: Guía Michelin 2019 consagra a mujeres y jóvenes talentos
Luego de este periodo cambió a BRUTØ, el negocio por el que obtuvo una estrella Michelin este lunes. En este restaurante se sirve un menú de 11 degustaciones, que cambia en cada estación y que está inspirado en diferentes cocinas internacionales, incluida la costarricense.
“Todos los platos son míos, además del menú trabajo con un alfarero, con el que hacemos platos únicos dependiendo del platillo que se sirva. Tiene algunas influencias de Costa Rica: ahorita el plato de caviar es con palmito y estoy trabajando para otoño un bocadillo de morcilla con puré de pejibaye y ayote. Me da mucho orgullo enaltecer el arte culinario costarricense en una plataforma tan alta mundialmente”, afirmó.
Byron Gómez anima a todos los compatriotas que deseen trascender en la cocina y que sueñan con obtener una estrella Michelin. De acuerdo con el empresario, el hecho de que un objetivo parezca imposible no lo convierte en inalcanzable.
“El camino es demasiado largo, pero todo camino empieza con un paso. Ese paso se puede dar firme al principio, pero al ir caminando van a haber pasos en falso en los que se duda. Lo que me ha ayudado en este proceso es lanzarme y tener una comunidad que me apoye. A veces la gente no cree, pero no hay que decepcionarse”, expresó con emoción el chef.
“Se puede tener miedo, pero si no sueñas tan grande que te dé miedo, eso quiere decir que no estás soñando los sueños correctos”, aseguró Gómez, el cocinero autodidacta que marcó historia como el primer tico en obtener una estrella Michelin.