¿Acaso hay algo mejor que quitarse un antojo? Sí: ¡Quitarse dos o tres! Eso es posible en el mundo de Ili Vanili, un espacio que innovó el mercado de los dulceros con minicupcakes de variados sabores y que existe hace tres años. Lo mejor es el tamaño de estos pastelitos, que hace posible comerse más de uno.
Decenas de pastelitos de colores atrapan la mirada de quienes ingresan a Ili Vanili. Todos se ven esponjosos y su decorado es impecable. Se ven lindos y suculentos.
Antes de continuar con esta historia, es importante decir que Iliana Velasquez, especialista en Comunicación con énfasis en moda, consultora de imagen y con estudios en Fashion Merchandising, dejó un trabajo de ensueño en Nueva York por razones personales y hoy es repostera por talento y pasión. Ella fue la creadora de este concepto.
En Ili Vanili, marca creada por Iliana, los sabores que encontrará tienen mucha influencia de Nueva York, ciudad en la que la creadora, mitad tica y mitad estadounidense (nació en Miami), vivió por muchos años.
Experiencia en un bocado
En el dulce menú de Ili Vanili destacan los minicupcakes, creación estrella del lugar en la que se encuentran 12 sabores entre los clásicos y los más osados.
Red velvet, mantequilla de maní, churchill, oreo, chocomenta, vainilla, caramelo salado, arándano, banano Nutella, guayabita, chocolate y el sabor del mes que varía cada 30 días.
Los sabores de Ili Vanili son reales: el minicupcake de arándano sabe como tal, lo mismo pasa con el de guayabita. Con el primer mordisco el cerebro recibe un mensaje de alegría y placer. En este edén de los pequeños cupcakes es permitido (y casi que obligatorio) probar más de uno.
Los sabores de churchill y caramelo salado son de los sabores más populares.
Cada minicupcake cuesta ¢600, si quiere comprar los 12 sabores la caja tiene un precio de ¢6.000.
Aparte de los minis están las porciones de queque en los que la vivencia gustativa se extiende un poco más. Las porciones son de tamaño generoso y los sabores intensos.
Entre los más tradicionales están el queque de higos, el cual Iliana ideó para honrar a su papá don Manuel Velásquez. La cobertura de este queque es como estar comiendo cajeta de leche en polvo; además, el dulzor del higo y las cuatro capas del esponjoso bizcocho lo convierten en una opción para los que quieran disfrutar sin salirse de la zona de confort.
Por ese mismo camino está el sabor red velvet, con su lustre de queso crema y su tradicional queque de color rojo vivo: cada mordisco es una explosión de agradable sabor. El clásico queque de zanahoria también lo hará disfrutar en un área tradicional y con la certeza de que el producto fue hecho de manera artesanal.
Los enamorados de la torta chilena también tienen opciones en este dulce espacio, muy afín a sus suaves y esponjosos queques: este postres es liviano y con sabor a Nutella. Sin duda hay que probarla si su intención es adentrarse en un mundo nuevo.
Lo más novedoso aparece en un lindo queque de tres colores: crema, rosado y café que juntos forman el sabor napolitano; efectivamente, ese es el nombre de esa creación y sabe tan rico como el helado de vainilla, chocolate y fresa. Este último sabor fue el más sorpresivo, pues es poco usual probar queque seco de fresa.
Otros sabores que tiene que probar son el S’more y el Cookie Dough Brownie Cake; el primero combina dos capas de queque de galleta de chocochips, relleno de brownie y cobertura de malvavisco y el segundo cuenta con varias capas de brownie y el lustre es de masa de galletas cubierto con diferentes chocolates como M&M’s, Snickers y Twix. Todo un remolino de dulzor que fue pensado para los más atrevidos.
Cada porción de queque tiene un costo de ¢2.500 y también se pueden encargar enteros. Iliana también vende contra pedido un queque de limón que conquista los paladares de hasta los más escépticos.
Iliana Velásquez, creadora de todos los sabores, es una amante del dulce, cada una de las propuestas son vendidas porque cuentan con el aval de su paladar. Como buena antojada sabe que con un solo sabor nunca es suficiente, por ello, la idea de hacer minicupckaes pues hay más posibilidades de probar dos o tres sabores.
Iliana vivió por muchos años en Nueva York y allí se enamoró de los minicupcakes: cerca de su trabajo había un local que vendía pequeños pastelitos y a ella le encantó la idea, principalmente porque en esa ciudad todo es abundancia y cada vez que quería un cupcake las opciones eran muy grandes y de un solo sabor.
Hoy ella trabaja arduamente por seguir dando vida a su pasión con la que puede rendir honor a la memoria de su papá, quien siempre apoyó sus ideas y fue su comensal desde que Iliana era una niña.
En este lugar también encontrará cafés y bebidas variadas. ¿De qué sabor se antojó? ¡Provecho!
¿Dónde encuentro Ili Vanili?
Este taller repostero ya cuenta con tres puntos de venta: en Escazú Village, Plaza Tempo y ahora en el mercado gastronómico de Paseo Metropoli. Si alguien quiere tener más de cerca a Iliana y a sus pequeñas y novedosas creaciones es posible, pues cuenta con una colorida camioneta estilo combi con la que se traslada y llega a eventos especiales con su color y diferenciado sabor.
Puede encontrarlos en Facebook como Ili Vanili Quequería y + y en Instagram como ilivaniliquequeria.