Vibrante, entretenido y con una rapidez admirable para atrapar a la audiencia y no soltarla. Así se presenta In the Heights, el musical de Lin-Manuel Miranda que, tras conquistar Broadway hace casi dos décadas, llega al Teatro Popular Melico Salazar gracias a Luciérnaga Producciones y la dirección de Adrián Castro Baeza.
La obra nos transporta a una esquina de Washington Heights, un vecindario neoyorquino habitado por familias de origen latino. A lo largo de poco más de dos horas, se entrelazan historias de drama, humor, esperanza, nostalgia y mucho, muchísimo baile. Es un retrato dinámico de comunidad, identidad y pertenencia que, pese a estar ambientado en Estados Unidos, resulta sorprendentemente cercano a la realidad costarricense.
En este cruce de calles se encuentran los anhelos, las desdichas y los dilemas de varias generaciones migrantes. El público conecta de inmediato con personajes como Usnavi De la Vega (Francisco Rodríguez), dueño de una pulpería y narrador de la historia; Nina Rosario (Silvia Baltodano), joven promesa académica que regresa tras perder su beca en Stanford; y la abuela Claudia (Rosibel Carvajal), figura entrañable que representa el corazón del vecindario y el apego a las raíces.
A ellos se suman otros personajes memorables: las carismáticas empleadas del salón de belleza, el ocurrente Sonny, los padres de Nina con sus conflictos generacionales y figuras como Benny o Vanessa, cuyas historias de amor aportan empatía y emoción.
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El gran distintivo del musical es su riqueza rítmica, con ofertas como rap, salsa, bolero y merengue en temas escritos por Quiara Alegría Hudes. Canciones complejas, tanto vocal como rítmicamente, como 96.000, Blackout o Carnaval del barrio, suponen un gran reto que el elenco supera con creces, ya sea en solos emotivos o en explosivos coros polifónicos.
Las coreografías, en constante movimiento, logran llevar esta energía a otro nivel, complementadas por una dirección vocal precisa y una entrega actoral sobresaliente.
Una decisión valiente y efectiva fue trasladar la banda en vivo al café Raventós del mismo teatro, desde donde 13 músicos dirigidos por Bernardo Quesada logran darle profundidad a cada escena. El trabajo de sonido facilita la comprensión de las letras y permite disfrutar al detalle de los arreglos musicales.
También destacan el diseño lumínico de Valeria Coghi y una escenografía envolvente, que convierte al escenario en una cuadra cualquiera, tan familiar como la de cualquier barrio josefino. Todo esto refuerza la conexión del público con una historia que, sin perder su identidad original, ha sido adaptada por Castro Baeza con inteligencia al español y matizada para resonar con la cultura tica.
El elenco completo se gana los aplausos, pero, entre los participantes, sorprende la factura interpretativa de Francisco Rodríguez, Silvia Baltodano, María Arriaga, Bárbara Alpizar y Zoraya Manalich. Vale destacar que se siente la fortaleza del grupo entero de intérpretes y los diferentes departamentos de producción artística y técnica, así como una excelente dirección. El resultado es una puesta en escena impecable. Solo así –con un equipo sólido– es como se puede conseguir un montaje sobresaliente que deja claro que hay oportunidades únicas en el teatro tico que no se pueden dejar pasar.
Ficha técnica
- In The Heights.
- Fechas: Del 5 al 13 de abril.
- Lugar: Teatro Melico Salazar.
- Organización: Luciérnaga Producciones.
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