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El pequeño Reed, hijo menor de la influencer estadounidense Lindsay Dewey, falleció tras un accidente doméstico en su vivienda en Idaho, Estados Unidos.
El niño, de 1 año y 10 meses, sufrió una lesión cerebral traumática cuando un espejo de gran tamaño cayó sobre él.
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El incidente ocurrió a finales de febrero. Lindsay relató en sus redes sociales que el menor habría fijado una taza de succión al espejo.
En su intento por despegarla, provocó la caída del objeto. El espejo no se encontraba fijado a la pared, sino apoyado en ella, lo que aumentó el riesgo. La madre explicó que la familia confiaba en la estabilidad del espejo debido a su peso y ubicación, por lo que no consideró necesario anclarlo.
Pese a los esfuerzos por mantener un entorno seguro, con protectores en quinas, cámaras y otros dispositivos, el accidente ocurrió de forma repentina. Tras el golpe, el niño no presentó cortes visibles, pero quedó con la mirada fija y sin reacción. Fue trasladado de inmediato por paramédicos al hospital, donde ingresó en estado de coma.
Los exámenes médicos revelaron que Reed tenía una respuesta pupilar limitada, así como comprometidas la respiración y la actividad cerebral. Días después, se confirmó la muerte cerebral. La familia autorizó la donación de órganos, los cuales beneficiaron a cinco personas.
Lindsay y su esposo, Eric, decidieron hacer pública la tragedia con el objetivo de alertar a otros padres sobre los riesgos de tener espejos sueltos en el hogar.
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La influencer explicó que, aunque fue difícil compartir lo ocurrido, sintió la necesidad de prevenir que otras familias enfrenten una situación similar.
Consideró que si su experiencia puede salvar la vida de otro niño, el dolor de la exposición pública tendría un propósito.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
