La creadora de contenido Celeste Rodríguez y su pareja Luis Carlos Vargas, conocido en el mundo digital como Keiz, se convirtieron en víctimas de lo que consideraron un acosador. Durante cuatro meses, sufrieron un hostigamiento que los llevó a tomar la decisión de mudarse.
Según relató Celeste en su perfil de Instagram, el incidente ocurrió en setiembre de 2023, cuando compartieron un video en sus redes sociales en el que mostraban su hogar. En ese momento, explicó que no tenían la “malicia” suficiente para prever que alguien podría rastrear su dirección a partir de las imágenes publicadas.
Sin embargo, unos días después de la publicación, se dieron cuenta de que un hombre comenzó a rondar cerca de su casa durante las tardes. Eventualmente, este les dirigió la palabra y les mencionó que era un seguidor. En un principio, consideraron la interacción como algo normal.
La situación escaló cuando, en una ocasión posterior, el hombre se acercó nuevamente a su vivienda y los llamó, pero ninguno de ellos salió, ya que estaban ocupados. Ante la falta de respuesta, se retiró visiblemente frustrado.
Días después, regresó al lugar y arrojó una camisa deportiva sucia hacia la propiedad, asegurando que era para Keiz. “Cuando vi que no era nueva, no era un regalo, no tenía una notita y solo era una camisa usada de él, se me encendió una alerta. Estaba raro”, afirmó Celeste.
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Debido a que el hombre seguía llegando a su hogar, decidieron denunciar la situación en redes sociales, con la esperanza de que se detuviera. Empero, continuó con este comportamiento durante cuatro meses.
Fue entonces cuando Keiz habló con el hombre para pedirle que se retirara y respetara su privacidad. La respuesta de este fue histérica, según relató Celeste, ya que comenzó a gritarles, acusándolos de ser unos “agrandados”. Luego, comenzó a enviarles mensajes y a llamarlos constantemente a través de redes sociales.
Eventualmente, debido a que vivían en un complejo de apartamentos y se sentían incómodos con la situación, la pareja decidió mudarse a otro hogar.
“Decidimos ni siquiera perder el tiempo con una denuncia y buscamos irnos de la casa. Mucha gente nos dice a nosotros que qué creídos porque no enseñamos la casa, pero es que ya tuvimos esta historia que fue lo suficientemente traumante, desgastante e insegura como para volver a cometer el mismo error”, afirmó la creadora de contenido.
“Tengan mucho cuidado. Hay gente malintencionada en el mundo, así que nunca enseñen donde viven, no den su información”, añadió.