Johanna Solano describe su viaje a Sudáfrica como intenso de inicio a fin. La atleta y modelo viajó en marzo para competir en la Absa Cape Epic, una exigente carrera de ciclismo de montaña. Allí sufrió una caída que le costó operarse la rodilla y vivir su gran sueño a medias, como ella misma lo había descrito.
Solano mostró en redes sociales cómo fue el proceso y lo dolorosa que se veía su herida, lo que despertó dudas de si iba a estar en el programa inaugural de Nace una estrella, el domingo pasado. Sin embargo, se le vio en tacones, vestido y con su usual sonrisa.
Detrás de ello, había una gran preparación. La Nación conversó con ella minutos previos a la gala del domingo mientras se preparaba; nos solicitó que camináramos, con evidente cuidado, al espacio que le asignaron, pues no puede estar mucho tiempo de pie justamente por su rodilla.
Cuenta que durante los días previos y durante la competición en Sudáfrica, sabía que la competencia necesitaba “entrega física, entrega mental y tratar de digerir la maravilla y la magnitud de lo que estaba viviendo”, dijo.

También, este viaje fue un carrusel de emociones para ella, pero el cuarto día de competencia lo cambió todo.
Tuvo “felicidad, susto, nervios y todo lo que se pueden imaginar, mucha confianza también en Dios, hasta que, lamentablemente, hubo una caída grave el cuarto día de competencia. No contábamos con eso, no esperaba que pasara en la carrera más importante de mi vida, pero así fue el plan de Dios”, explicó Solano.
Tras esa caída estuvo hospitalizada dos días en Sudáfrica. El resto de los días en ese país tuvo que movilizarse en silla de ruedas, pues tenía que moverse lo menos posible, y una vez en Costa Rica inició un proceso de recuperación no solo físico, sino también emocional.
“Estos días han sido definitivamente difíciles para mí a nivel anímico, a nivel físico también porque estoy un poquito limitada de movimiento todavía y no estoy acostumbrada a estar parada tanto tiempo y a no poder realizar ciertas acciones como antes, pero yo sé que es momentáneo, sé que va a pasar”, afirmó.
El impacto de la caída, justamente cumpliendo uno de sus mayores sueños, la llevó a buscar ayuda con un psicólogo deportivo que forma parte de su recuperación.
“Estos días he estado con curaciones. He iniciado terapias con cámara hiperbárica que ayudan y aceleran el proceso de recuperación. También inicié la semana pasada con un psicólogo deportivo, que me ha ayudado mucho a soltar toda la frustración que quizá sentí estos días. Me está ayudando a transformar la perspectiva un poquito y eso también lo agradezco mucho”, explicó.

Ahora, Solano intenta ver la situación de otra manera, con el apoyo de su familia, colegas y, sobre todo, las personas que le han enviado mensajes de apoyo constantemente.
“Con mucha fe en Dios, mucha positividad y agarrándome de esos mensajes tan bonitos que me pone la gente, porque la verdad no pensé que fuera a ser algo tan, tan grande. Yo lo publiqué como publico cualquier otra cosa. En otras ocasiones que me he caído también publico siempre las cosas que me pasan y esta ocasión fue mucho más grande de lo que normalmente es”, afirmó.
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Mucha gente me escribió esos días hospitalizada y todavía me siguen escribiendo, me ha costado responderle a todo el mundo, pero realmente muy agradecida porque la gente ha respondido, me ha mandado sus buenos ánimos, sus oraciones y eso realmente ha tocado mi corazón. Créanme que me ha ayudado mucho a tratar de ver el lado positivo y recuperarme más rápido”.
De momento, la atleta deberá esperar a que su herida en la rodilla sane un poco más para someterse a estudios profundos de rodilla y de tejidos, para así conocer realmente la magnitud de la lesión y el tiempo en que estará fuera de competencias.