Han pasado 20 años desde aquel 4 de marzo de 1999, cuando se trasmitió en Costa Rica el último capítulo de una telenovela que marcó a varias generaciones y que aún hace eco en la población tica.
La Usurpadora fue un melodrama tan irresistible que adolescentes y adultos se reunían puntuales a las 9 p. m. en sus casas para disfrutar la historia de la dulce y simpática Paulina Martínez y la arrogante y vanidosa Paola Bracho. En esa época no había quien no hablara del culebrón que se trasmitía por Teletica, de lunes a viernes, y cuya trama giraba en torno a unas hermanas gemelas que fueron separadas al nacer.
Eso obligó a los medios de comunicación del país a darle un seguimiento casi a diario a una novela. El público tico estaba ansioso de leer y ver noticias de sus protagonistas.
“Me contaron que fue una novela que paralizó Costa Rica en su momento”, recuerda la protagonista del melodrama, Gabriela Spanic.
Paola, “la mala”, convence a Paulina, “la buena”, de hacerse pasar por ella para poder huir con su amante y abandonar a la adinerada familia Bracho. Lo que Paola nunca previó fue que su hermana se terminaría enamorando de su esposo, Carlos Daniel. Esta fue una producción del mexicano Salvador Mejía en 1998 y el fenómeno fue tal que se convirtió en una de las telenovelas más vendidas de Televisa: fue vista en más de 25 países y hasta la fecha algunas televisoras la siguen repitiendo.
El melodrama contó con un elenco de lujo encabezado por Spanic, Fernando Colunga, Libertad Lamarque, Dominika Paleta, Chantal Andere y Juan Pablo Gamboa. Además, la actriz costarricense Anastasia Acosta tuvo una participación especial a lo largo de la telenovela.
“La gente se sigue acordando (de la telenovela), el éxito fue impresionante y te reconocían muchísimo”, recuerda Acosta.
La usurpadora también fue una de las primeras en eliminar el estigma de que las novelas eran solo para mujeres ya que gran parte de la audiencia era masculino; hecho que posteriormente se fue reafirmando con culebrones como Betty, La fea; Pasión de Gavilanes; El Clon y Pedro, El escamoso.
A buscar noticias.
Quienes dieron cobertura a aquella telenovela, recuerdan con claridad la locura que desató en el país desde el primer episodio. Hace dos décadas era normal subirse a un autobús, caminar por las calles o esperar en una fila y escuchar a las personas conversar sobre el capítulo de la noche anterior.
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El periodista Pablo Bulgarelli, quien cubría en Viva los temas relacionados con la televisión nacional de aquel entonces, recuerda cómo fue el fenómeno en 1999 y lo compara en la actualidad con Facebook.
“Todo el mundo la veía y si hubiera existido Facebook en esa época, hubiera estado saturado de La usurpadora por todo lado, habría memes y videos y todo mundo comentaría. Fue un fenómeno que por las redes sociales se hubiera viralizado”, detalla.
Bulgarelli agrega que hasta la fecha no recuerda que haya existido una telenovela con esa reacción tan espectacular como La Usurpadora.
Para la comunicadora Evelyn Ugalde –quien en ese momento le seguía la pista a la telenovela como periodista de Viva– afirma que su éxito se debía a la presencia que le daba Spanic al melodrama.
“Yo creo que la protagonista, que hacía dos papeles, tenía muchísima fuerza, ella era la estrella. En ese momento recuerdo que no existía algo parecido, a tal punto que exigía escribir noticias, cuando las telenovelas no daban para escribir noticias”, asegura.
Según la también escritora Ugalde, la telenovela logró que por primera vez familias completas se reunieran al frente de la televisión a disfrutar de Spanic haciendo sus maldades.
Director en México.
Sin embargo, en aquella época fue el director de Telenoticias, Ignacio Santos quien se convirtió en un héroe para muchos y en la envidia para otros, al lograr una entrevista cara a cara con la actriz del momento: Gabriela Spanic.
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Santos comenta que le ofrecieron en exclusiva un encuentro con la venezolana en México y no lo pensó dos veces para viajar hasta la casa de la artista en territorio azteca en compañía de un camarógrafo.
De acuerdo con el director de Telenoticias, esa era una gran oportunidad ya que el melodrama rompió todos los récords de audiencia, pese a lo arriesgado que significaba para el canal poner una novela a las 9 p. m. (fue el primer culebrón que Teletica programó en ese horario), y que finalmente terminó por convertirse en una apuesta inteligente.
“Fue una entrevista muy humana, ella me contaba todos los entretelones de la telenovela, de su vida y estaba sorprendida por el gran éxito que había tenido la novela en Costa Rica. Todo el mundo quería conocer a la mujer detrás de la actriz y eso fue lo que yo procuré”, dice Santos.
Santos reconoce que cuando conversó con la actriz venezolana no había visto la telenovela y tuvo que ponerse al día en cuestión de horas. Hoy recuerda ese episodio como uno de los “más simpáticos” ya que no solo conoció a la actriz, sino que también pudo ver a la mujer “agradable y humilde” que era Spanic.
“Para mí fue muy llamativo porque no estaba acostumbrado a hacer ese tipo de entrevistas, surgió de una casualidad y cuando yo llegué a su casa ella estaba en bata de cocina y era una imagen absolutamente diferente a la imagen que yo tenía en ese momento. Entonces yo me encontré con una ama de casa y con una mujer muy sencilla y simpática”, añade.
Veinte años después, La usurpadora aún vive en el recuerdo de muchos costarricenses que cuando hablan de la telenovela no dudan en corear su tema principal (del trío Pandora): “¡La usurpadora!, esperando por tu amor, ¡La usurpadora!, me haces daño al corazón”.