Dos de
Estas son algunas de las brujas que Arthur Smiley ha logrado sacar de piezas de arbustos de café, desde hace unos cinco años, y que muestra en su Casa de Brujas.
Originario de Ohio, y fotógrafo de profesión, Smiley ha vivido los últimos 11 años en Escazú, donde se empapó de las historias que contaban acerca de brujas que rondaban los bosques de esa localidad.
“Las brujas tienen sus propias comunidades o clanes. Cuando empezó a llegar la gente, ellas se refugiaron en los cafetales de Escazú y, así, se convirtieron con la madera en una sola criatura”, explicó Smiley, en su casa en San Antonio de Escazú, parafraseando las historias que escuchó sobre estos seres.
Utilizando resina maleable, instrumentos para moldearla y pinturas para darle color, este hombre de 73 años le da forma a estas criaturas, a veces cómicas y otras espantosas.
“Su piel es arrugada y verdosa porque las brujas son muy, muy antiguas. ¡Pueden tener hasta 400 años!”, explicó su orgulloso creador.
Es así que nacen personajes como
A lo largo de estos años, Smiley ha creado alrededor de unas 60 brujas, que exhibe en una pequeña casita a un costado de su hogar, a modo de museo. Dada la estrechez del espacio, él atiende pequeños grupos de tres o cuatro personas a la vez, con cita previa y sin costo alguno.
Según explicó, las personas interesadas en conocer su arte y especialmente en las historias de brujas de Escazú, pueden contactarlo al teléfono 2288-2992 y acordar una visita.
“Yo le pongo mucho amor, tiempo y esfuerzo para hacer estas criaturas, así que estaré contento de compartirlas con quien esté interesado en verlas. Pero recuerden que yo solo hago pequeñas brujitas, ¡no hechizos!”, finalizó Smiley.