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Ataviados con sus mejores trajes y con un mensaje de reflexión, ayer, miles de personas se lanzaron a las calles de Limón para celebrar el Día de la Persona Negra y la cultura afrocostarricense, durante el Gran Parade.
“Limón no es solo violencia, Limón es este abanico de culturas que usted está viendo aquí. Somos una provincia llena de valores”, aseguró María Luisa Ealloway, una señora de caderas anchas y brazos fuertes, que el año pasado ganó el certamen Lady Black.
Como ella, cientos y cientos de mujeres vestidas con trajes de colores vibrantes y elegantes tocados adornaron las calles de la provincia para mostrar la diversidad cultural de la comunidad.
En esta gran pasarela se vio de todo: grupos de afrocostarricenses, representantes de la comunidad china limonense, delegados de las iglesias protestantes y, hasta, una caravana católica, con todo y su Cristo negro.
Aunque todos tienen creencias diferentes, ayer demostraron que su objetivo principal es luchar por un Limón con más educación, que sea referencia por su aporte a la cultura costarricense y no por sus índices de violencia.
Para estos grupos, el 31 de agosto es una fiesta en la que con sus atuendos recuerdan a sus antepasados, pero también reflexionan sobre la provincia que tienen hoy.
“Estamos aquí porque estamos orgullosas de nuestras raíces. Festejamos lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos”, aseguró Claudette Grand, integrante Ladys Unity Club.
“Nuestro mensaje para el resto del país, desde este desfile, es una reflexión hacia el respeto y la tolerancia. El rechazo al racismo comienza desde nuestras casas”, aseguró Jen Samuels, del colectivo Nefertiti, un grupo integrado por más de 250 mujeres.
Entre el sonido del calipso, y el olor de los pinchos de carne a la parrilla que se vendían a la orilla de la calle, el Gran Parade enamoraba a quien lo veía pasar.
Con sus celulares y cámaras de todos los tamaños y marcas, los espectadores de la comunidad y turistas, maravillados con la celebración, interrumpían el paso de los protagonistas para tomarles fotografías e inmortalizar a quienes fueron “modelos por un día”.
Ellas, coquetas ante los lentes de las cámaras de sus fans, no les quedaba más que sonreír y posar.
“Me siento como en casa. Todo me recuerda a nuestro país”, aseguró Beverly Ramsey Moore, directora de la Steel Orchestra Katzenjammers de Trinidad y Tobago, uno de los grupos musicales invitados, esta semana, a las celebraciones del Día de la Persona Negra y quien presenció el desfile.
Desde Nueva York, Dorothy Markland y Joyce Beadle aseguraron que cada año ellas disfrutan volver a su provincia natal, pues el Gran Parade les recuerda al Limón que dejaron hace más de 60 años.
“He viajado a varios países, pero nada se compara con mi Limón”, dijo llena de orgullo Markland.
“Aquí lo único que hace falta es el ferrocarril”, añadió Beadle.
Aunque a las 3 p. m. el desfile ya agonizaba, en Limón la fiesta parecía comenzar. Los vecinos que sacaron los equipos de sonido a la calle se negaron a guardarlos, y quienes se instalaron se en las calles y avenidas con toldos y hieleras se quedaron conversando al ritmo del reggae y reggaetón que programaron esas discotecas improvisadas.