El pasado domingo, con una enorme sonrisa, Yeris David Lobo subió al escenario de Nace una estrella para interpretar el tema La Incondicional, de Luis Miguel. Frente a los espectadores costarricenses, él estaba cumpliendo un sueño, uno que trae consigo una fuerte historia familiar.
Para entenderlo, hay que devolverse a la infancia de Yeris, el nombre con el que desea ser conocido. Ahora tiene 20 años y habla con mucha propiedad de las heridas de la vida, a pesar de que el dolor fue grande en algún momento.
“Mi infancia fue bastante dura. No te voy a mentir, mi infancia empezó torcida, con problemas de mi padre y mi mamá. Ella tenía muchos problemas con el alcohol y peleaba mucho con mi papá. Y, a raíz de eso, yo terminé en muchas ocasiones albergado en el Patronato Nacional de la Infancia (PANI); pasé bastante tiempo de mi niñez ahí”, explicó en entrevista con La Nación.
LEA MÁS: ‘Nace una estrella’: crónica de una primera noche cargada de sueños
La situación no mejoraría. Su abuela, quien realmente era su tía materna, lo adoptó y lo sacó de los albergues, pero allí empezaría el maltrato infantil que por mucho tiempo sufrió. Para ese momento vivía en Batán de Limón; tenía cinco o seis años, recuerda.
“Ella me dio maltrato infantil por mucho tiempo. No me dejaba ser feliz, no me dejaba salir, me encerraban en el cuarto, me pegaba, incluso a veces no me daba de comer. Cosas inimaginables que, gracias a Dios, el tiempo ha sanado y tal vez no las recuerdo tan claras, pero sí sufrí mucho de maltrato, tanto psicológica como físicamente”, explicó.
A esa edad fue cuando su vida empezó a dar un cambio, pues su tía por parte de su papá, Yamileth Lobo Ramírez, se apareció como un ángel por dos razones: ella descubrió su talento como cantante y también fue quien evidenció los golpes, moretones y marcas en su cuerpo en unas vacaciones a las que fue invitado.
“Yo estaba en el corredor, estaba cantando solo, y ahí fue donde ella me descubrió. Y en otro momento ella me vio al momento de meterme al baño, sin querer abrió la puerta y vio que tenía rasgos de violencia, estaba lastimado y con moretes”, explicó.
LEA MÁS: Gustavo Marín, ganador de Nace una estrella, grabará con un famoso grupo tico
En ese momento, ella decidió hablar con el PANI y dar a conocer el maltrato que Yeris estaba sufriendo.
El joven recuerda que se arrodilló y le pidió a su tía que, por favor, lo ayudara porque él “estaba muy mal”. Así es como doña Yamileth decidió adoptarlo y, por 10 años, vivió junto a la persona que lo sacó del fuerte maltrato que vivía.
Ese tiempo fue suficiente para que su padre, David Lobo, se acercara a él, lo acompañara y apoyara en diversas etapas de su vida. Esto lo llenó de ilusión, pues siempre deseó eso.
“Ahí fue donde empecé a vivir con mi padre, fue muy bonito porque era algo que yo siempre quise, vivir con mi papá, porque realmente con mi mamá nunca pude vivir y tenerlo a él es como mi imagen de mamá y papá, porque ha hecho esos dos papeles”, explicó Lobo, quien vive ahora en La Rita de Guápiles junto a su padre y su tío.
La relación complicada continúa con su madre, quien es alcohólica y habitante de calle, a tal punto que dar a conocer su historia en televisión nacional le ha costado insultos de su parte.
“La veo porque ella siempre está en la calle, he tenido roces con ella. La relación con mi mamá no es muy buena, por el alcohol y otras cosas, pero obviamente la quiero y la aprecio porque me dio la vida y uno siempre tiene que amar a la madre, pero ella me trata mal”.
LEA MÁS: Johanna Solano recibe apoyo psicológico para enfrentar su grave lesión: ‘Han sido días difíciles’
“Incluso, hace poco me puso un mensaje, de una nota donde hablé contando la verdad de que ella vivía en la calle y demás. De hecho, en sus propias palabras, me dijo que ojalá me hubiera abortado. Eso para que te des una idea de lo duro que es tratar de tener ese contacto con mi mamá”, dijo.
Sin embargo, Yeris se queda con que ahora mismo su vida es diferente. “Yo creo que lo que me ha ayudado a sanar es mi presente. Lo bueno que tengo, lo aprecio, porque es diferente, ya no estoy sufriendo. Entonces, ya para mí no hay un motivo para sufrir”, afirmó.
Etapa ‘Nace una estrella’
Yeris dejó atrás su pasado y ahora se para frente al escenario con confianza y, sobre todo, con una sonrisa; así como lo hacía cuando era más pequeño, pues a los seis años empezó a cantar.
Luego se dedicó a hacer videos para redes sociales sobre videojuegos, los cuales le gustan muchísimo, cantando canciones de animé en algunos eventos y ayudando a su papá a vender pipas; todo esto previo a ingresar a Nace una estrella.
LEA MÁS: ‘Nace una estrella’: primera gala se vivió entre sorpresas, carteles, porras y muchas emociones
“Yo me enamoré de las redes sociales cuando tuve mi primer teléfono, que fue más o menos el año antepasado, que yo veía videos y veía cómo a la gente le iba muy bien. Aspi que un día yo quise ser parte y se me dio la oportunidad de ser yo mismo en cada video”, cuenta. Ahora, esa misma esencia es la que busca transmitir en Nace una estrella.
Yeris explica que para él “Nace una estrella no es simplemente un programa”.
“Creo que es una plataforma de apoyo a todos nosotros que nos apasiona el canto. Es mi plataforma para que la gente pueda conocer mi historia y poderme convertir en un verdadero cantante de este país. Ojalá llevar la música internacionalmente. Es una oportunidad de cambiar mi vida”, afirmó.
Además de ser cantante, Yeris espera convertirse en un bloguero al estilo de Luisito Comunica o Araya Vlogs, pues sueña con viajar por el mundo.