Mientras las palomas vuelan sincronizadas y tienen de fondo el celeste del cielo, los transeúntes se desplazan con rapidez por una plazoleta josefina envuelta por olor a orina. Parece un inicio de tarde normal, pero este día en realidad es uno extraordinario.
Debajo del kiosko del Parque, en un salón subterráneo que en la década de los 70 nació como biblioteca infantil; mujeres, hombres, niños y niñas están viviendo uno de los momentos más emocionantes de su vida. A la sombra de un techo de concreto, cientos de personas aguardan con un sticker blanco en su ropa, que más allá de otorgarles un número en la fila de espera, les representa un sueño. Una ilusión.
Todos aguardan para, en la inmensa mayoría de los casos, desfilar por primera vez. Están aquí por gusto y por la oportunidad única que representa. Los diseñadores nacionales Toribio&Donato, quienes además del reconocimiento tico tienen prestigio internacional -incluida su participación en la Nueva York Fashion Week-, buscan 40 modelos para el lanzamiento de su próxima colección Otoño Invierno 23-24, que se lanzará el 16 de marzo durante la inauguración del festival Transitarte y en el marco del bicentenario de San José como capital.
Es 30 de enero y los creadores realizan su tercer casting para el evento del Transitarte. Para la ocasión, ellos llegaron a distintos rincones de San José en busca de talento y, sobre todo, de inclusión. Antes estuvieron en Sagrada Familia, Hatillo y San Francisco de Dos Ríos. En los primeros dos días recibieron a un joven repartidor de comidas que se animó al ver a otros audicionando, también lo hizo una policía. En ambas fechas recibieron unas 250 personas.
Este lunes, en San José centro, los interesados llegaron a una cifra mayor: se inscribieron casi 600. Había señoras, hombres y mujeres jóvenes, adolescentes e incluso niños y niñas que tienen interés en desfilar. Su intención, más allá de solo modelar, tiene que ver con llevar a la pasarela su esencia, una con la que posiblemente muchas personas se podrán sentir representadas.
Además, los creadores tendrán un casting cerrado con modelos profesionales, pero esta vez quisieron que personas que siempre han querido modelar se acercaran para ellos conocerlas.
A este llamado acudieron chicas y chicos altos y esbeltos, como esos modelos que generalmente han caminado las pasarelas de alta costura y firmas famosas. Sin embargo, la marca sostenible Toribio&Donato, fiel a su mensaje de inclusión, se dio a la tarea de reunirse con perfiles de todo tipo. Finalmente, la belleza está en la diversidad.
El casting
A eso del mediodía, Perla Karina Rodríguez Meza hizo su audición. Caminó con seguridad y actitud viendo de frente a la mesa en la que estaban los diseñadores Toribio Hernández y Donato Morales. Al terminar su pasarela, la joven aspirante recibió halagos por su desempeño.
La vecina de Alajuelita llegó junto a su mamá, Martha Meza, quien asegura que apoya a la adolescente en todo lo que sea sano. Perla tiene 13 años y si bien el casting es, en teoría, para personas mayores de 15, lo cierto es que los diseñadores estaban asombrados al ver tanto talento joven. Hubo madres que llevaron a sus niños y niñas de entre 5 y 8 años.
Perla, autorizada y acompañada por su madre, conversó con La Nación acerca de la emoción que le genera participar en su primer casting. A ella le encantaría ser una de las seleccionadas para desfilar el día del lanzamiento de la colección. Su intención con pisar la pasarela es una: “crear confianza en otras niñas y adolescentes”, aseguró la estudiante, quien pronto cursará octavo año.
“Me encantó esta experiencia. Siempre me ha gustado el arte. En el colegio siempre he participado en grupos de baile. Ahorita que desfilé me sentí libre e inspirada. Creo en mí y mi autoestima es muy alta”, comentó la adolescente.
Así como Perla, otra persona menor de edad se destacó con su pasarela. Se trata de Isabella Morant, quien con 12 años tiene una visión muy clara de porqué llegó a la audición y lo mucho que la emocionaría ser una de las 40 seleccionadas.
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Isabella acudió al casting junto a su madre, Verónica Lacayo, quien autorizó a que la niña conversara con este medio.
“Vine porque quise romper estereotipos. Quiero darle a entender a las personas como yo que son grandes altas y talla plus, que podemos hacerlo. Ver que en el llamado al casting no pusieron ninguna restricción ni característica como requisito fue lo que me motivó. Hay muchos niños y niñas como yo que deben ser realmente representados, porque a veces grandes empresas presentan a modelos que supuestamente son talla plus y no lo son”, comentó Isabella.
La niña, además, es atleta nacional, ella practica la disciplina llamada judo de peso pesado y cuenta que la quieren becar por su desempeño. Ella dice sentirse orgullosa por eso, aunque también le preocupa que haya tan pocas personas en su categoría.
“Yo estoy orgullosa de lo que he logrado y quiero seguir siendo ejemplo. Cuesta hacer cambios (en la mentalidad de las personas), pero doy todo de mí en el deporte y ahorita en este casting para que las niñas se den cuenta de que son especiales y hermosas a como son. Somos capaces de todo”, agregó la adolescente.
Su madre, doña Verónica, manifestó que ella apoya a su hija porque ambas se apegan a la siguiente filosofía: “lo que no se puede es lo que no se intenta”.
“¿Qué importa la edad?”
En un rincón del salón en el que se llevaba a cabo el casting, sobresalía un trabajador municipal. Él ya había terminado su turno de trabajo, pero llegó ahí por un motivo importante. Pues no, no acudió a audicionar, sino a tomar fotos y grabar cada detalle de la audición de su esposa Cindy.
A Cindy Zúñiga Aguilera, de 37 años y vecina de Cristo Rey, siempre la habían deslumbrado las pasarelas, pero nunca creyó que fuera un mundo para ella.
Al enterarse del casting abierto cayó en cuenta de que habían posibilidades.
“Vine porque creo en mí. Me di cuenta por medio del Facebook de la Municipalidad de San José que este casting iba a pasar. Mi deseo siempre había sido modelar, pero como a veces piden una talla específica, un color o tamaño específico, a nosotras las de tallita plus nos dicen que no, que no hay ninguna oportunidad”, comentó luego de hacer su pasarela.
A su lado llegó de inmediato su esposo, Walter Salazar, quien trabaja en aseo de vías en la Municipalidad de San José.
“Mi esposo me apoya en todo lo que yo hago”, comentó Cindy, mientras el señor revisaba en su celular las imágenes que le había tomado a su esposa.
Al llamado también llegó Claribel Núñez, de 55 años y vecina de Tibás, quien ama el modelaje. Gracias a su incursión en este mundo ha podido representar al país en certámenes internacionales y ha ganado dos coronas en los certámenes de Mesoamérica y Mrs Top Model Universe.
“Me encanta la idea de participar para dar un mensaje de que para el modelaje y la moda no hay edad, tamaño ni color. Lo importante es la actitud y el valor que uno se dé”, comentó Claribel.
La diversidad de los costarricenses
Los diseñadores Toribio y Donato se mantuvieron sonrientes y amenos durante todo el casting. A eso de las 2:30 p. m. decidieron que en lugar de ver a los aspirantes en grupos de dos, los pondrían a caminar de tres en tres, esto, sobre todo, para que la espera de las personas no se hiciera tan extenuante.
Los creadores no podían ocultar su felicidad. Se sentían muy satisfechos de ver la respuesta de las personas y poder llegar hasta sus comunidades.
“Además de personalidad y actitud estamos buscando la diversidad del costarricense, somos diversos, habemos un poquito de todo. Desde el punto de vista de inclusión todo lo que se pueda ofrecer en una pasarela, pero para nosotros inclusión también es llegar como diseñadores a las comunidades. Esta vez elegimos comunidades importantes de San José por un montón de cosas culturales y sociales en las que tenemos que estar presentes como diseñadores”, dijo Toribio.
Donato mencionó que estaban impresionados. “Nos encanta. Nos hemos dado cuenta que el tico se identifica con Toribio y Donato y el amor que nos han demostrado es muy importante. Vemos muchos rostros adaptables a la marca”.
Toribio añadió que se sienten agradecidos con las agencias que han formado modelos y les han posicionado nacional e internacionalmente, sin embargo, enfatizó en el interés de la firma de llegar a esas personas que quizá “por temor o condiciones socioculturales” nunca asistirían a un casting.
“Buscamos que esas personas puedan venir y decir que van a entrar porque ven diversidad. Eso es lo que queremos, motivar”, dijo.
Cerca de las 3 p. m., los últimos aspirantes hacían su audición. El miércoles 1.° de febrero se realizará el último casting, esa vez en Pavas, específicamente en la biblioteca Carmen Lyra. El tiempo de inscripción será de 9 a. m. a 1 p. m.
Después de ver a, según estiman, unas 1.000 personas, los diseñadores tendrán la tarea de elegir a esos 40 talentos que quieren caminar con la libertad de ser ellos mismos y de empoderar a otros desde la pasarela.