
Los zapatos de tacón alto, esos accesorios que cautivan y que muchas prefieren por su efecto estilizador, pueden ser una tortura cuando se llevan a diario. Y, aunque algunas mujeres están dispuestas a pagar el precio del dolor para sentirse más bellas, lo más sensato es dejarlos cuando las lesiones pasan la factura.
Es verdad que desprenderse de ellos por completo no es sencillo, pero comience por alternarlos con otros más cómodos. Especialmente cuando ya ha comenzado a experimentar ciertas molestias.
Los signos frecuentes de que algo anda mal son los dolores de cadera y también del pie, así como las callosidades, dice Leonardo Azofeifa, ortopedista y especialista en traumatología de la Torre Médica Momentum.
Además, quienes ya tienen lesiones en tobillos y rodillas verán agravada esta condición. A largo plazo, el uso indiscriminado provoca fuertes dolores de espalda (las famosas lumbalgias), inflamaciones de tendones y deformidades como, por ejemplo, los denominados dedos de garra y los juanetes.
¿Qué hacer entonces? Idealmente, siempre se debería usar zapatos con tacón de 2 cm y medio. Comience por alternarlos con los más altos, tratando de que estos últimos se usen como máximo dos veces por semana o únicamente en días especiales.
Y, cuando los sustituya por otros más bajos, que estos no sean tipo 'flat', ya que el pie necesita cierta postura que este tipo de diseño no aporta porque carece totalmente de tacón , indica el ortopedista. En ese sentido, una alternativa más favorable son los de cuña.
Muy confortable. Indistintamente del calzado que compre, asegúrese de que este sea acolchado, blando e idealmente con plantillas anatómicas, las cuales ayudan a que el peso del cuerpo se distribuya de forma más equitativa.
Y en épocas como el verano, que muchas quieren llevar sandalias de tacón, no olvide que también hay que alternarlas con otros zapatos más cómodos.
Al comprarlas, procure que estas tengan algún apoyo extra para el pie como, por ejemplo, fajas que dan más soporte.
Además, en cualquier tipo de calzado, prefiera las suelas antideslizantes y que no se deformen, ya que le dan más adherencia al piso y seguridad al dar cada paso.