La moda no tiene porqué caer en estereotipos. Aunque existe una tendencia a creer que es accesible solo para algunos o destinada a ciertos tipos de cuerpos, la realidad es que la moda debería de ser para quien lo desee sin importar estatura, contextura, color de piel, edad o condición física.
En abril del 2018 la marca estadounidense Tommy Hilfiger presentó una colección de “moda inclusiva” en la que sus diseños fueron creados especialmente para personas con alguna discapacidad. El mismo Hilfiger dijo a la revista Vogue que este hecho significaba un avance en la “democratización de la moda”.
Las pasarelas del mundo cada vez se abren más a la filosofía de que la belleza está en la diversidad. Por ello, ha dejado de ser sorpresa ver a hermosas mujeres de talla grande en pasarelas como las de Michael Kors en un Nueva York Fashion Week.
La casa de lujo Dolce & Gabbana se sumó durante la pasada Semana de la Moda en Milán a la posibilidad de hacer un desfile inclusivo en el que los 150 modelos que caminaron la pasarela fueron personas de todas las edades, tallas y razas. La moda debería ser para todos y al parecer, ello está ocurriendo. La buena noticia es que Costa Rica no es la excepción.
En el país la visión de hacer moda para todos la tienen dos mujeres desde dos vitrinas distintas. La diseñadora Nidia Mayorga se enfoca propiamente en crear vestimenta para personas con discapacidad; mientras que Janelle Allen diseña trajes de baño para todo tipo de mujer: altas, bajas, plus size (talla grande), chicas con amputaciones, mujeres que están en silla de ruedas, etcétera. El objetivo de ambas es hacer sentir a sus clientes cómodos y contentos por cómo se ven.
Nidia Mayorga: ‘Hago esto porque es necesario’
Nidia Mayorga es una diseñadora de 48 años, quien tiene experiencia en el arte de la creación desde sus 15. Sin embargo, fue hasta hace tres meses que presentó su primera colección en una pasarela organizada por el proyecto Costa Rica moda para el mundo. Esta línea está diseñada y confeccionada con solidaridad, amor e inclusión.
Mayorga empezó con una colección que se ajusta a las necesidades individuales de personas con diferentes discapacidades. Es tajante al decir que este trabajo lo hace porque “es necesario”.
“Hasta ahora no había nadie que trabajara en esto y la gente necesita sentirse cómoda, necesita sentirse bien, a gusto. He visto casos de mamás con hijos con discapacidad que van a ropas americanas porque no consiguen ropa para ellos”, aseguró.
Mayorga tiene casi 21 años practicando el arte de crear ropa adaptada, aunque hasta ahora lo hace oficialmente como diseñadora. Ella es madre de Alberto Moreira Mayorga, un joven que nació con parálisis cerebral infantil.
“Con la experiencia que he tenido todo este tiempo me involucré en las actividades de mi hijo Alberto que es especial. Con él trabajo desde que nació. Al principio no se tiene la experiencia, se adquiere. Cuando le compraba ropa a Alberto las camisas no le quedaban bien: él tiene un brazo más delgado y corto. La manga siempre le quedaba grande. El cuerpo de él del lado izquierdo es más delgado que el derecho”, dijo la diseñadora quien se ha capacitado en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y en la academia Katty Selley en temas de alta costura y sastrería. Aparte de diseñadora de modas, Nidia ha trabajado en corte, confección y brindando capacitaciones.
Nidia diseña ropa para quien lo necesite, entiende que cada cuerpo es diferente. Ella ha trabajado con personas que tienen espina bífida, Síndrome de Down, parálisis cerebral y retraso mental.
En el caso de esta colección creó prendas para su hijo Alberto, para Christian Rodríguez Poveda, de 38 años, quien tiene la condición de retraso mental y autismo, además presenta una escoliosis en su columna, por lo que sus camisas deben tener un diseño distinto sin dejar de verse bien y actuales.
Juliana Valerio Bolaños y Natalia Víquez Poveda, ambas de 23 años, y con la condición de retardo mental leve, modelaron prendas personalizadas para ellas. Cada diseño contó con sugerencias de las chicas, de sus madres y recomendaciones de la diseñadora. Lo principal con este trabajo es que ellas se sintieran cómodas y seguras de encontrar alternativas para acudir cuando requieran ropa para diferentes actividades.
“Son medidas especiales, como cualquiera pienso, porque todos somos diferentes”, recalca Mayorga.
Para Mayorga este proyecto es el principio de su carrera como diseñadora de modas. Tomó el rumbo de la inclusión porque reconoce que es “necesario” y porque desea involucrar a su hijo Alberto en todo lo relacionado con la marca llamada Nidia Mayorga.
“Luego de investigar y de vivirlo propiamente con mi hijo, me di cuenta de que nadie trabaja este tipo de diseños. Esto es el inicio: quiero que conozcan que esto se está haciendo. Que conozcan de trabajos lindos, bien elaborados que permiten a las personas con discapacidad ir a cualquier actividad y sentirse bien, cómodas y lindas”, asegura.
Con su creación, Nidia quiere llegar a otras pasarelas en las que se exponga la inclusión. Contempla la idea de ser parte de un Costa Rica Fashion Week, plataforma en la que quiere recalcar que lucir bien y a la moda puede y debe ser para todos.
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Janelle Allen: “Amo la moda, pero la moda no me amaba”
Janelle Allen ha vivido en su piel lo que es sentirse excluida. Dice que todos los veranos “sufría un infierno” porque por su contextura no encontraba un traje de baño que la hiciera sentir cómoda y bonita.
Desde siempre Allen ha sido una apasionada por la moda. Ya de niña sentía atracción por las tendencias y de adulta seguía con el gusto por el diseño y la novedad, no obstante, siempre sintió que la moda no era para ella... aunque la amaba, percibía que no encajaba en ese mundo. Hace dos años una conocida le hizo un traje de baño a su medida y en ese instante entendió que los estudios que había llevado en diseño de modas podían amalgamarse con su anhelo de empoderar mujeres mediante la vestimenta.
Así creó J. Allen Desings CR una marca de trajes de baño que nació con el ideal de vestir a chicas con tallas entre la XL y la 3XL. En el proceso descubrió que cada figura necesita un diseño especial, por ello ahora crea prendas adaptadas para que todas las mujeres se sientan bien y seguras.
En su último desfile, realizado para celebrar el Día del Negro y la cultura Afrocostarricense, Allen tuvo en pasarela a chicas de todo tipo de talla, pero también a hermosas mujeres que por distintas circunstancias han perdido alguna de sus extremidades o se encuentran en silla de ruedas.
“Empecé con tallas XL, 2XL y 3XL. Ritha Clarke (modelo talla plus) es mi musa. Ella me ayudó a llevar los diseños a otro nivel. A romper estereotipos que dicen que por ser curvy no puedo usar diseños grandes, etcétera. Decidí hacer todo lo que se suponía que no se podía hacer: usamos franjas, lunares grandes. La idea no es verte más delgada, es sentirte bien con lo que andas.
Luego tuve la bendición de conocer a Katherine Steller (joven de 29 años que perdió una de sus piernas a causa de cáncer de hueso) y me di cuenta de que la parte de la pierna debía hacerse más alto por la prótesis. Es ir buscando. El cuerpo de todas es hermoso. Debemos aprender a vivir con lo que tenemos y lo que somos”, aseguró Allen, de 39 años.
“Janelle me vio con ojos diferentes, me vio como una mujer normal. Ella vio en mí lo que otras marcas no, quienes quizá prefieren buscar a modelos que tengan todas sus extremidades. Luego de todo el proceso de bullying que sufrí por no tener una pierna, ahora puedo andar descubierta, prefiero que vean que renqueo pero porque voy en una sola pierna”, agregó Katherine Steller durante la entrevista.
Por su parte, la modelo Ritha Clarke dijo: “Janelle entiende la esencia de la persona, la hace sentir linda y hermosa”.
Belleza en todos. Luego de su experiencia personal y de hallar en otras mujeres la necesidad de ropa de playa a la medida, Janelle llegó a ser una creadora de moda inclusiva, a decidir que todas las chicas merecen disfrutar de las tendencias mientras “se sienten espectaculares”.
“Con mi trabajo trato de adaptar la moda para todas. La idea es que todas nos sintamos incluidas, no solo las chicas tradicionales, y las llamo así y no normales, porque normales somos todos los seres humanos”, asegura.
Con cada despertar, Janelle trabaja intensamente en sus diseños y en la misión de hacer sentir bellas a todas las mujeres. Ella padece de retinosis pigmentaria, enfermedad crónica que le va cerrando el campo visual; los médicos le han dicho que podría perder su visión en cualquier momento.
“Eso más bien me motiva. Como sé que me queda poquito tiempo de visión estoy aprovechando cada día como si fuera el último día que veo. No puedo coser, pero Seidy Rojas me ayuda con la confección”, dice Allen, quien además recalca el apoyo de su esposo y de sus dos hijas,
Janelle está convencida con que debe seguir promoviendo la inclusión. Su próximo proyecto está enfocado en diseñar prendas deportivas que se adapten a todo tipo de cuerpo.
“Hay quienes dicen que promuevo la gordura, pero promuevo el sano estilo de vida. Si uno tiene ropa adecuada para salir, se siente mejor. Si no sale, se vuelve sedentario”, asevera.
En las aspiraciones cercanas de Allen está poner, en una pasarela del Mercedes Benz Fashion Week San José, sus diseños a la medida de cada cuerpo, mismos que serían modelados por mujeres que caminan seguras y convencidas de su belleza.
Créditos:
Maquillaje de Ritha Clarke y Janelle Allen por Ingrid Hernández.
Accesorios: Janelle Allen usó bisutería de Los retazos de mamá (marca de Katherine Steller). Los aretes con los que aparece Ritha Clarke son de la marca Murano CR.