Desde bombera hasta veterinaria, futbolista, chef, científica, actriz, surfista y doctora, son tan variadas como inimaginables las profesiones de Barbie que, poco a poco, recorrieron el mundo para convencer a los niños y compradores aficionados de que pueden ser lo que quieran ser.
La muñeca más famosa, millonaria y glamurosa del mundo fue creada por la empresaria estadounidense Ruth Handler para que fuera una inspiración para las niñas. Sin embargo, terminó siendo mucho más que eso: revolucionó la industria de los juguetes en Estados Unidos y rompió con algunos tabúes lúdicos —al tiempo que impuso otros— y estableció nuevos estándares de belleza femeninos que, poco a poco, abrieron paso a la diversidad.
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“Toda mi filosofía de Barbie era que a través de la muñeca, la niña podía ser lo que quisiera ser. Barbie siempre representó el hecho de que una mujer tiene opciones”, reveló Handler en su autobiografía de 1994.
Aunque cuando se habla de Barbie se piensa en niñez, feminidad e inocencia, la realidad es que la famosa muñeca tiene una oscura inspiración detrás: se trata de “Lilli”, un personaje que llamaba la atención en los escaparates alemanes una década antes de su lanzamiento oficial.
Lilli, la inspiración detrás de Barbie
Mucho antes de convertirse en una muñeca atractiva, disruptiva e irreverente para la época, Lilli nació en la década de los años 50 como un personaje de caricatura, diseñado por el dibujante Reinhard Beuthien para el tabloide Bild en Hamburgo, Alemania.
“Lilli fue dibujada con un cuerpo cómicamente exagerado que presentaba un busto desproporcionadamente grande. El personaje a menudo se representaba con poca ropa, y daba respuestas ágiles y seductoras a los hombres”, detalla el canal de televisión History, en su página web.
Según contó la agencia de noticias EFE en su momento, Lilli salió al mercado en agosto de 1955 y, al igual que haría Barbie después, revolucionó muchas esferas.
En primer lugar, la fabricación de muñecos, pues la cabeza ya no se unía al cuello y las piernas tampoco se abrían tanto. Y, en segunda instancia, la estética: esta figura alemana tenía pestañas definidas, labios rojos en forma de corazón, cejas estrechas, ojos pequeños y uñas rojas.
Si bien muchos padres no veían apropiada la muñeca para sus hijos, Lilli pronto fue ganando terreno. Por lo general, venía acompañada por una copia en miniatura del diario Bild y empezó a comercializarse solo en bares y estancos como un regalo para adultos.
Según relató Robin Gerber, el autor de Barbie y Ruth, a menudo Lilli era obsequiada como regalo en las despedidas de soltero. En 1956, Handler, cofundadora de Mattel, viajó en unas vacaciones familiares a Suiza junto con su hija Barbara Handler, para ese entonces 15 años.
Al descubrir a Lilli, la mujer quedó fascinada con la muñeca y decidió comprar tres para llevar a su hogar en Estados Unidos, de acuerdo con la revista Time. ”Handler decidió reinventar esta caricatura como la chica americana”, escribió la historiadora de arte Carol Ockman, de acuerdo con History.
Tres años más tarde, Ruth lanzó su propia versión de la muñeca —con algunos cambios estéticos— en la feria juguetera de Nueva York el 9 de marzo de 1959.
Aunque Elliot, el esposo de Ruth, aceptó en una entrevista del 2008 que Barbie es un tipo de imitación de Lilli, Mattel minimiza la conexión. “Ruth se inspiró al ver a su hija jugar con muñecas de papel. La muñeca Bild Lilli demostró que era posible fabricar una muñeca de 11 ½ pulgadas, dijo un portavoz de la compañía a History.
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