Linda Liz Díaz y Nicole son mejores amigas. El amor entre las hermanas es incondicional y, quienes siguen en redes a las dos hijas mayores de la expresentadora de televisión, Lynda Díaz, han sido testigos del amor y apoyo absoluto que Linda Liz le ha brindado a Nicole en su lucha contra el cáncer.
Lynda Liz lo ve como una acción lógica. No había nada qué pensar. Sabe que si los roles estuvieran a la inversa, Nicole haría lo mismo por ella: la cuidaría sin condiciones.
Linda Liz visita a Nicole (en Texas) cada mes para cuidar de ella y de Ellie, su pequeña y dulce hija de dos años.
“Hemos vivido muchos retos juntas. Siempre hemos estado la una para la otra. Esta situación dictó más de mí. Yo tenía la libertad de poder ser esa persona para Nicole. No tenía un trabajo porque me mudé. Dios me posicionó en el momento correcto para poder estar para Nicole en forma amplia. Me quedaba por semanas, ayudándola con sus necesidades y con mi sobrina. Sé que ella haría lo mismo por mí. Fue muy lógico: simplemente quise estar ahí para ella. Es duro pasar por un proceso así y más durante la pandemia. Hay diferentes limitaciones sanitarias en Estados Unidos y las amigas no podían viajar a verla y había que tener diferentes cuidados. No podíamos exponerla a ella al covid, para una persona con sistema inmune como lo tenía ella se complica más.
“Con respecto a mi sobrina, Ellie para mí es mi bebé. Es la hija de Nicole pero como todo esto ha estado pasando yo quería que a ella nunca le faltara el amor y las energías que Nicole, por razones obvias, no podía dar. Me he acercado mucho a mi sobrina. Es el sol de todos, de mi mamá. Nicole ha valorado mucho este tiempo”, confía Linda Liz, de 28 años, quien además de cuidar de su hermana, fue más allá y decidió usar su profesión como diseñadora de modas para hacerla sentir tan bella como siempre.
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Diseño con propósito
A finales del 2019, Linda Liz decidió salirse de la empresa en la que trabajaba para alcanzar el sueño de crear su propia marca. Por cinco años trabajó para Wit & Wisdom and Democracy. Los últimos dos fungió como diseñadora jefe del departamento de mezclilla. Ella se graduó, con honores, de mercadeo de diseño de producto y en maquila internacional de la Universidad Fashion Institute of Design and Merchandising, en Los Ángeles California y tuvo la oportunidad de capacitarse en Milán, Hong Kong y París.
En busca de su nueva meta profesional como diseñadora independiente, a inicios del 2020 se instaló en Miami, pero meses después todo cambió y por un tiempo dejó en pausa sus anhelos. En Semana Santa del 2020, la noticia de que Nicole padecía un cáncer cérvico lastimó a toda la familia, pero también los fortaleció para salir adelante en esta lucha. Linda Liz decidió pausar sus planes y estar para su hermana.
En el proceso de Nicole, en el que ha tenido que pasar por quimio y radioterapia, además de tener que someterse a una ostomía (orificio creado entre los intestinos y la pared abdominal), Linda Liz empezó a notar que las necesidades de Nicole, de 26 años, empezaban a cambiar en cuanto a la ropa.
Por la radiación, los pantalones muy ajustados le incomodaban y por un catéter cerca del pecho no podía usar ciertas piezas con facilidad. Mientras veía todo eso, Linda Liz también entendió que para ella no tenía sentido seguir su sueño de crear una marca que su hermana y mejor amiga no pudiera usar. Así nace 33:3 by Linda Liz, una línea de ropa inclusiva y sostenible que la diseñadora boritica (así se describe porque nació en Puerto Rico pero vivió desde los dos meses y hasta los 18 años en Costa Rica) creó inspirada en su hermana.
“Cuando llega el diagnóstico me dedico 100% a mi hermana y sobrina. Empiezo a viajar a Texas (donde vive Nicole con su esposo y su bebé) para estar con ella. En mi vida la familia siempre va primero. Mi familia y yo somo así.
“Durante el proceso de quimio y radiación notamos necesidades que tenía con su ropa y que tuve que cambiar. Poco a poco fuimos metiéndonos, entendiendo las quejas que tenía. Como diseñadora sentía que podía diseñar algo para que estuviera cómoda y bella en esta transición de su vida. Así nace este concepto natural y orgánico. Por ella. Empezamos a diseñar una colección linda que fue un escape a la realidad que estábamos viviendo”, explica la diseñadora.
La colección inclusiva cuenta con el estilo contemporáneo de Linda Liz pero con la participación de Nicole, quien iba expresando sus sentimientos mientras su hermana buscaba soluciones. La línea, además, es sostenible, un pilar fundamental para la diseñadora, quien al crecer en Costa Rica se educó sobre la importancia de cuidar el ambiente y la naturaleza. Los textiles de las piezas son de botellas recicladas y otros de cáñamo, una planta con variedad de propiedades: es hipoalergénica, antibacterial y más noble que el algodón porque requiere cinco veces menos agua al momento de su producción.
“Son soluciones sencillas, pero que significan una gran diferencia. La salud de Nicole continúa en este trayecto. Han habido diferentes cambios que hemos tenido que hacer. En el proceso termina necesitando una ostomía que salva su vida. Es duro para alguien tan joven. A ella le encantan sus crop tops (blusas cortas) y ser coqueta. Es joven y hermosa. La ostomía la hizo sentir que no va a poder ser ella misma.
“De la misma colección que habíamos diseñado para las necesidades oncológicas empiezo a agregar construcciones para que sea inclusiva para personas con ostomías. Ella es mi musa y no quería que se sintiera rechazada en la moda. Así es como quiero que toda la gente se sienta: incluida y vista. La parte de la ostomía ha influido en la visión de la marca, pero más adelante espero ayudar a personas con diferentes retos de vida”, dice Linda Liz.
En estos meses de trabajo la creadora ha conversado con otras mujeres jóvenes a quienes les han practicado una ostomía; así como con una amiga que tuvo afectaciones en su vista, información que dio luz a Linda Liz para saber que la inclusión va más allá de tallas o de crear prendas sin género. El cambio puede empezar desde incorporar una etiqueta en lenguaje braille (para que personas no videntes lo puedan leer con sus manos).
“Al abrir la conversación se me brinda información de necesidades en la industria de la moda que para mí son oportunidades para poder ayudar. Esta temporada de mi vida me ha abierto mucho los ojos. Aunque uno trabaje, no sabe cuánto falta en la parte de inclusión. Se incursiona en sexos, tamaños, colores de piel, pero no en lo médico y es algo que le puede pasar a cualquiera. La vida era distinta a lo que vivimos hoy. De mucho dolor siempre sale mucho propósito. Esto es lo que sé hacer. Trato de poner un granito de arena”, asegura.
El nombre de la marca 33:3 nace del gusto de las hermanas por el número 3 y, sobre todo, por el versículo bíblico Jeremías 33:3, pues Dios ha sido un pilar fundamental para la familia durante la lucha de Nicole, a quien de cariño llaman Coco.
La colección 33:3 podrá conocerse en unos meses. Linda Liz la presentará en exclusiva en el Costa Rica Fashion Week, plataforma de moda en la que a partir de este momento es la directora creativa, trabajo desde el que quiere potenciar el talento costarricense.