La prensa rosa escudriña en los últimos encargos de las casas de moda más célebres del mundo para dar con el diseñador responsable de confeccionar el vestido de novia que Meghan Markle usará el 19 de mayo durante su boda con el príncipe Enrique de Inglaterra.
A pesar de lo exhaustiva, la búsqueda no ha dado resultados y solo ha acabado en especulaciones sobre quien será el artista responsable de confeccionar la prenda.
La familia real de Inglaterra conoce sobre la curiosidad que genera ese detalle, por ello trabaja arduamente para garantizar que el tema permanezca en estricto secreto..
Aún así, los rumores permanecen y se intensifican con los días. En la palestra, medios como Insider o The Independent, han puesto a afamados firmas como Alexander McQueen, Ralph & Russo y Erdem.
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Sin embargo, The Independent publicó ayer un artículo en el que un diseñador británico afirma creer saber quién es el diseñador.
Henry Holland dijo a inicios de semana en el podcast Wedding Guest Extraordinaire que el exdirector creativo de Burberry, Christopher Bailey, sería la persona escogida.
Bailey, de 46 años, renunció a la marca británica tras 17 años de dirigirla y se la entregó a Riccardo Tisci en marzo anterior; sin embargo, permanecerá en la cotizada etiqueta indumentaria hasta finales del 2018.
Eso llevó a suponer a Henry Holland que Bailey será el artífice de la prenda y que con esa pieza se despedirá de la industria por la puerta grande.
“Espero que sea alguien británico. Estaría muy emocionado si fuera la última reverencia de Christopher Bailey para Burberry. Sería algo bueno para él. Él es un tipo adorable, encantador y creo que un vestido de novia de Burberry sería perfecto”, afirmó Holland a Sarah Southern, presentadora del podcast.
La conjetura de Holland se hace más realista luego de que Markle ha vestido varias prendas con la marca de lujo Burberry, principalmente en eventos de alfombra roja a los que ha asistido. La última prenda fue un abrigo valorado en 1.995 libras esterlinas (casi $3.000) que la actriz usó durante un viaje a Edimburgo.
Holland también se refirió a otros nombres de diseñadores que la prensa ha especulado que estarían al frente de la confección.
El también diseñador confirmó que Giles Deacon, quien diseñó el vestido de novia de Pippa Middleton (hermana de Catalina Middleton, la esposa del príncipe Guillermo), no fue contratado para el trabajo. “Él me lo dijo personalmente”, añadió.
Con controversia agregó que no ve que Erdem haya sido la escogida, a pesar de ser una de las favoritas de Catalina.
Otros nombres que se han especulado son los del dúo australiano Ralph and Russo, de quienes Markle usó uno de sus vestidos para su sesión oficial de compromiso, y Oscar de la Renta, responsable de los vestidos de novia de Amal Clooney, Kate Bosworth y Allison Williams.
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Invitados
En el tema donde ya no cabe especulaciones es en el de los invitados. Los medios británicos revelaron el martes que ni el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; ni la primera ministra británica, Theresa May, figuran en la lista.
Un portavoz del palacio de Kensington, la residencia oficial del príncipe Enrique, dijo: “Se decidió que no es necesaria una lista de líderes políticos –ni británicos ni internacionales– para la boda del príncipe Enrique y la señorita Markle”.
El entonces primer ministro David Cameron fue invitado en el 2011 a la boda del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono de Isabel II después de su padre, el príncipe Carlos.
Enrique, hermano de Guillermo, es quinto –pronto sexto– en la línea sucesoria y su boda el 19 de mayo en el castillo de Windsor es menos significativa políticamente.
La pareja ha optado por invitar a cooperantes jóvenes, o veteranos militares, entre las 2.640 personas que fueron invitadas al recinto del castillo para ver a la pareja salir después del enlace.