Fue hasta hace poco que Verónica Siblesz pudo sentir que las modelos que lucían las prendas de moda, lo último en tendencia, la representaban. Hoy, con 21 años, esta chica quiere que todas las mujeres se sientan cómodas con sus cuerpos y que las modelos que contratan los diseñadores y marcas representen a la mayoría de ellas.
Verónica siempre soñó con ser modelo de alta costura, pero en una época de su adolescencia sintió que no sería posible porque al ver sus formas no las encontraba similares “a esos cuerpos ideales que la sociedad había impuesto”. Por un tiempo lo dejó de lado. Posteriormente volvió a insistir y entendió que con sus curvas latinas podía lograr ser la modelo que quería.
Hace unos años la agencia costarricense Independent Model Management (de la que es parte la top model nacional Juliana Herz) le abrió las puertas y allí Verónica empezó su carrera siendo ella misma, sin tener que perder un solo gramo para cambiar su físico. Ella es una modelo curvy o curve, que son las chicas con tallas entre las 8 y la 12. Esta categoría es distinta a la plus size (o talla grande que va de la 16 a la 22).
Recientemente, Natasha Fleming, fundadora de IMM confirmó que Verónica fue firmada por dos importantes agencias en Nueva York (Muse Curve) y Londres (Milk), dos de las capitales de moda más importantes del mundo, lo que permite que ella, además de ser la primera chica curvy de Costa Rica en ser fichada internacionalmente, pueda seguir creciendo en este ámbito.
Ambas agencias conocieron a Verónica por videollamada y, según Fleming, quedaron encantados con su personalidad, con la belleza de su rostro y con su fluidez para hablar inglés. Verónica nació en Estados Unidos, pero vive en Costa Rica desde los dos años. Está nacionalizada como costarricense.
“Ella cuenta con todas las características para una modelo curve que no es lo mismo que plus, a veces mucha gente se confunde pero dentro de la industria hay categorías por decir así y ella está entre las curve, lo cual nos hace la primer agencia de Costa Rica y la región en firmar una modelo no talla pequeña (de 0 a 4) en una de las industrias más fuertes, duras y competitivas del mundo de la moda como son New York y Londres”, detalló Natasha.
Consultada sobre la relevancia de la apertura a la diversidad en el mundo de la moda, Fleming, quien cuenta con una amplia trayectoria en este ámbito, comento que la industria cambia y efectivamente se vuelve más inclusiva.
“Eso es bueno porque hay más oportunidades, puedes ver modelos plus o curve teniendo campañas mundiales fuertes y pues eso quiero para Verónica.
“La intención de IMM ahora es seguir buscando talento fuerte para competir y llegar a un nivel top como nuestra top Model Juliana Herz, que ha logrado muchas campañas mundiales y que ha dejado el nombre de Costa Rica e IMM en alto. Sé que las nuevas generaciones vienen fuertes, son chicas frescas y con todo para competir con las grandes”, dijo.
De cerca con Verónica
Verónica es risueña y de voz dulce. Se describe como una persona amable, pero antes de que lo diga lo deja en evidencia. Esta chica, de descendencia cubana, viajará a inicios del próximo año a Nueva York para adentrarse en la industria internacional. Está emocionada, pues su sueño siempre fue trabajar en el exterior para grandes diseñadores y cuenta que dará todo por ello, pero más allá está interesada, como se mencionó al inicio, en promover mensajes de aceptación.
“Tengo fe de que cuando vaya se abran puertas. Que pueda llegar lo más lejos posible. Quiero verme por todo el mundo en revistas, modelando para grandes marcas. Yo quiero representar mi talla (ella es 8). Ahora en el mercado hay más representación. Hemos ido evolucionando. Uno ve a las modelos más curvy. Quiero representar eso, lo que soy y siempre he sido: no soy ni una talla muy pequeña, ni una plus. Nunca me quise conformar con bajar de peso para ser cero, mi interés no fue forzarme para ser otras tallas. Estoy agradecida con Natasha porque ella siempre ha creído en mí. Trabajamos con lo que teníamos.
“Amo el modelaje y trabajo por esto y no voy a pasar por algo no sano solo para entrar en una talla cuando sé que lo puedo hacer bien siendo modelo curvy”, explica la vecina de Barrio Dent.
Verónica está fascinada con la diversidad cada vez más presente en el universo de la moda.
“El hecho de que cada mujer se sienta representada es precioso. Eso es increíble. Es lo que tiene que seguir pasando. Hay que ir derrotando esos estigmas para que todo mundo se sienta aceptado. No hay estándar de belleza. Cada curva o lo que sea que tengamos es lindo”, agrega la muchacha, de 1,76 m., quien dice que el amor propio debe estar presente cada día.
Las intenciones de esta mujer son muy claras: quiere inspirar a los chicos y chicas a lograr lo que se propongan.
“Nací en Estados Unidos, pero es aquí donde empecé, cualquier cosa que uno se proponga se puede lograr. Quiero ser ejemplo de niñas y niños. Que vean qué se puede hacer vengan de donde vengan. Si se tienen metas y se trabajan, se logran. Yo lo voy a lograr viniendo de un país pequeño como Costa Rica, un lugar que amo y al que tuve que regresar porque me hacía mucha falta luego de irme a estudiar la universidad. Quiero tener alcance en redes y usar mi voz para que las niñas que se sienten inseguras en sus cuerpos aprendan a aceptarse, pues ahora en las redes se ve todo tipos de cuerpos, unos muy diferentes a los nuestros y se incurre en la comparación. Uno mismo tiene que aceptarse todas las mañanas”, agregó.
Verónica es una aficionada al deporte y a la vida balanceada. Por su parte quiere desmitificar los estigmas creados alrededor de que si una modelo es curvy o plus “es porque no se cuida”.
“La contextura puede ser genética y algo fuera del control de la persona. No significa que no le gusta comer bien. Una cosa no tiene que ver con otra. Hay cosas de cosas. Yo por ser curvy no es que coma lo que me dé la gana. Tengo balance. Priorizo la vida saludable para tener una vida larga y buena”, dice la modelo, quien ve como figuras inspiradoras a Barbara Palvin y Ashley Graham.