En la cuarta entrega del especial 20 años de El Parque , el tiempo se devuelve a la mitad de la década de los años 90, justo cuando esta banda costarricense empezaba a andar.
A continuación, la historia, en boca de los músicos, sobre la formación, los primeros conciertos y los primeros discos de El Parque.
Anteponerse. Durante el inicio de la década, en la escena del rock nacional la mayoría de los grupos se dedicaba a tocar covers de artistas de la época, mientras que un pequeño porcentaje se inclinaba a creaciones originales.
Federico Fico Dorries, baterista, empezó a tocar con unos amigos del barrio, entre ellos miembros de Hormigas en la Pared y Evolución. Necesitaban encontrar a un guitarrista y su profesor de música, que era novio de la hermana de Inti Picado, le recomendó a su cuñado.
Inti logró entrar al grupo, que en ese entonces tocaba canciones de Nirvana, The Cure y Iron Maiden, entre otros, pero Inti y Fico empezaron a hacer piezas originales, como Fuego , Laura y Hombre azul .
Los otros no querían tocar canciones originales, así que se salieron de la banda. Bernardo Churro Trejos se uniría a los dos jóvenes, por recomendación de Mauricio Pauly, en ese entonces de Gandhi.
Luego de dar un concierto, en una fiesta familiar, Inti recordó que su hermana tenía un amigo que cantaba, y lo trató de localizar. Era Paul Jiménez, quien logró ingresar a la banda. “El mae fue el primer cantante de Garbanzos, cuando tocaban metal ”, recuerda Inti.
Debut. En 1993, ya tenían las canciones de su primer disco listas y, a principios de 1994, decidieron llamarse El Parque, “porque teníamos un chivo en Teen Disco (actual Vértigo), y había una pieza que se llamaba así y que resumía lo que queríamos hacer”, recordó Fico.
Grabaron algunas canciones, hicieron conciertos y tocaron en el concurso Yamaha Music Quest, al lado de Gandhi y otros, y al no ganar sintieron que el mundo se les venía abajo. Sin embargo, los conciertos continuaron, e Inti decidió que debían grabar un disco, en una época en la que nadie sacaba uno.
Ricardo Nieto, de Café con Leche, se ofreció a grabar el disco, pero tenían que pagarle $500 y conseguir el equipo de grabación. Inti encendió la computadora y redactó una carta para Hans Bansbach, de la tienda de instrumentos musicales, explicándole la “necesidad de un patrocinio” para su disco.
Nunca se les ocurrió que el señor les iba a prestar más de $15.000 en equipo, a cambio de que su marca saliera en el disco y así fue como El Parque grabó Hombre azul , su álbum debut. Como nadie sacaba discos, era toda una novedad que existiera una banda joven con un lanzamiento de este tipo.
La presentación del disco fue en Niko’s, en Escazú, en febrero de 1995. Algunas radios empezaron a poner las canciones, y gracias a un amigo que se llevó el disco a Panamá, la canción Laura se convirtió en un éxito en las radios vecinas.
Luego de tocar en Costa Rica junto a Alux Nahual y Enanitos Verdes, se fueron a tocar a Panamá, donde conocieron a Los Rabanes.
Sin embargo, volviendo de Panamá, Paul se salió de la banda. “Lo veía muy serio, con mucha inversión”, dice Fico, apuntando que Paul también era campeón nacional de taekwondo, y debía prepararse para las Olimpiadas del 2000.
“(Paul se fue en) el mejor momento: sacamos disco, los chivos se llenaban, habíamos ido afuera”, cuenta Inti. El show debía seguir, así que buscaron reemplazo.
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Seguir. Hicieron varias pruebas de cantantes, y después se enteraron de que Federico Miranda, el guitarrista de Gandhi, se iba a la Universidad de Berkeley, entonces pensaron en que Luis Montalbert-Smith necesitaría una banda.
“Y yo lavándole el coco”, bromea Fico. “El mae llegó a unos ensayos y ayudó a montar Bela Lugosi y Entre sangre y arena . Y casi se mete al grupo”. Miranda al final se quedó en el país, pero Montalbert les recomendó al cantante de la banda Signos, un tal Luis Arenas.
Él llegó al grupo a mediados de 1995 y, en noviembre, dio su primer concierto con El Parque, después de haber grabado el sencillo Cuántas noches , que pegó en radios.
Tal éxito y cambio en la alineación de la banda los obligó a grabar un nuevo disco con esa nueva voz, así que decidieron hacerlo en vivo, para bajar los costos, y llamarlo Entre sangre y arena , producido en diciembre, en el teatro Laurence Olivier, y editado en febrero de 1996.
“Me acuerdo que yo estudié la nota de El Parque y me parecía muy estático; entonces, yo traté de brindar más movimiento en escenario y más fuerza a las canciones”, comenta Arenas, quien desde entonces fue muy querido por el público seguidor de El Parque.
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