Setiembre de 1996: el telón del teatro Eugene O’Neill estaba listo para abrirse y, tras él, cuatro jóvenes artistas tenían preparado su primer gran concierto. Esa noche, interpretarían por primera vez en vivo, de cabo a rabo, el disco que les abrió las puertas de la escena nacional.
Abel Guier, Federico Miranda, Luis Montalbert-Smith y Massimo Hernández integraban Gandhi . En el jardín del corazón fue esa primera producción completa en la cual reunieron algunas de las canciones que con tanto ímpetu habían grabado meses y años atrás: Quisieras , El invisible , Seca roja reja , Mátame ; temas que ahora ya son parte del imaginario del rock costarricense y otras más de culto como Solo , La 469 , El payaso, Mientras tanto , Descanso , El jardín y Del corazón .
Esa noche, el Eugene estaba repleto, lleno en todas sus butacas de buenos amigos, familiares y uno que otro desconocido que se enteró del chivo gracias a los afiches que los mismos muchachos de Gandhi se dedicaron a pegar en cuanto poste, pared o ventana de Escazú, Los Yoses y las cercanías de la UCR se encontraran.
En 1996, ninguno superaba los 25 años, pero ya tenían amplia experiencia como grupo, como un cuerpo etéreo sobre los escenarios de festivales colegiales, bares y el pretil universitario. Pero este concierto sería mayor, una producción que con las uñas se sacaron de la imaginación, que visualizaron durante meses. Este sábado 22 de mayo, lo recuerdan con gran cariño y lo harán en el mismo entablado.
La banda rememorará uno de los pasos más importantes en su carrera, que ya alcanza casi las tres décadas de gestación. Ya lo hizo la noche de este viernes, en una fecha extra abierta por la gran demanda de entradas.
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Las imágenes llegan a cuentagotas. Con cada sonido en los ensayos, los de Gandhi aseguran que en esa época la puesta en escena era titánica. No había presupuesto y el staff estaba conformado por compas y familiares. “Fue una producción artesanal, hecha con las puras manos porque no había nada de presupuesto”, recordó Hernández.
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Según los músicos, conservan aquellas ganas de salirse de lo convencional. Aunque el repertorio es conocido al dedillo por ellos y sus seguidores, procurarán darle un aire fresco a esta noche.
“Tuvimos mucho apoyo de amigos y de gente que creía en el proyecto”, agregó Guier.
Por su parte, apelar a la memoria es un tema que para Montalbert y para Miranda los hace emocionarse ante el reto de emular su trabajo 20 años después.
“Desempolvamos muchos recuerdos y es bonito revivir este tipo de cosas. Recuerdo que las ganancias las usamos para pagar la grabación del disco”, comentó Federico.
Gandhi revivirá una noche mágica. El espectáculo marcó su estilo en presentaciones en vivo, que han ido madurando dentro y fuera del país. En el fondo, son los mismos de aquella noche.
Los muchachos de Gandhi repasaron una a una las canciones de En el jardín del corazón:
De sus bocas: tema por tema
QUISIERAS:
Luis: "Mi tata tenía ciertas conversaciones aleccionadoras conmigo. Un día, estaba lloviendo y yo tenía la sensación de pereza porque estuviera lloviendo tanto... y entonces él me hizo entender que el ser humano nunca está feliz con lo que tiene. De ahí nace la canción: reflexiona sobre la apreciación de la vida al filo de la misma".
SECA ROJA REJA:
Massimo: "Seca fue mi primer aporte musical a Gandhi; el riff principal fue una cosa que hice en el cole. La letra fue inspirada en un cuadro de mi mamá, lo tuvimos por años en el garaje de mi casa donde ensayábamos; la pintura era de una reja, que no es roja, sino azul".
MÁTAME:
Luis: "Federico se inspiró en Bob Marley para hacer la línea melódica del bajo. Yo conocí a un hijo de un diplomático que estuvo en varios centros de rehabilitación por drogas, estaba metido feo. El mae me dijo que por más que estuvo en centros él no quería dejarlo, me explicó cosas que sentía que eran super tétricas. Me dijo que él no podía vivir ni con la droga, ni sin ella; él prácticamente me dijo la letra".
Abel: "Mucha gente piensa que es sobre relaciones de pareja, pero se puede aplicar a cualquier tipo de adicción".
Federico: "No me acuerdo por qué se nos ocurrió que fuera reggae, porque no lo era en un principio. En Mátame me acuerdo que nos gustaba mucho Caifanes, me gustaba que la guitarra fuera melódica y no solo acordes, que fuera algo latina".
El PAYASO:
Federico: "El Payaso fue como un experimento con el cual queríamos saber cómo se tocaba el funk. Fue una de las canciones que grabamos de último para completar el disco".
Luis: "La letra la escribió, en su mayoría Hugo Mata Parducci, que era como mi hermano, siempre estaba ahí; él tenía un dibujo de un bufón en el cual se inspiró para hacer el tema, una vara supertrágica, algo así como quién se ríe de quién".
Abel: "La historia es más buena que la misma canción. Lamentablemente, uno de los errores fue que nosotros mismos nos encargamos de enterrar la canción, es de las piezas que tengo más ilusiones de tocar".
LA 469:
Massimo:"En este disco, como éramos más güilillas, se sienten mucho las influencias de lo que escuchábamos. Cuando escucho La 469, oigo el Blood Sugar Sex Magik de The Red Hot Chilli Peppers".
EL INVISIBLE:
Federico: "Está en ese disco, pero fue la única que grabamos en un estudio diferente, en el de Garnier con Alberto Ortiz. Esa canción suena un poco diferente porque el bajista en ese momento era David Pérez y Pepe Chacón fue invitado en percusión.
Abel: "Curiosamente, aunque yo grabé la segunda versión para el Páginas perdidas, me gusta más la primera versión porque es más oscurita, Luis la canta más abajo, tiene una mística diferente".
DESCANSO y SOLO:
Massimo: "El que sean canciones más estilo balada tiene una razón de ser. Son tranquilas porque teníamos ya siete canciones del grupo más movidas y para llenar el disco teníamos que meter más material y variado.
Abel: "Solo pudo haber terminado siendo una canción más grupal y le hubiéramos matado la magia que tiene, que para mí es casi mi favorita".
MIENTRAS TANTO
Luis: "Es otra colaboración en la letra de Erick Fuchs, un vecino que era el escritor de un grupo que se llamaba Flores Muertas, de Camilo Pávez y otros maes de la Humboldt. Vivíamos cerca y nos mezclábamos en conciertos así comenzamos a hacer una dupla. Un día le dije que tenía una música que era algo como existencial, no sabía para dónde iba y de ahí sale la letra. Federico me preguntó por el título y no tenía, entonces me dijo que le pusiera 'algo ahí, mientras tanto' y así quedó".
EL JARDÍN:
Federico: "Es una de las primeras canciones de Gandhi. La habíamos usado para participar en el Yamaha Music Quest en 1994. La canción tiene mucho como ese drama y esa mística que Gandhi quería buscar, esa pieza tiene una letra con una historia de amor con su parte super oscura; un choque de emociones. Una canción balada pero rockera".
Luis: "Es una historia trágica, es una novela; al mae se le muere el amor de su vida y la entierra en el jardín y todo se muere, solo florece donde ella está enterrada".
DEL CORAZÓN:
Massimo: "Quisimos hacer un canon con voces operáticas al final estilo Queen, pero no se pudo, y entonces Fede lo hizo con la guitarra".
Federico: "Fue como darle un final, en la parte progresiva del Jardín se nota una influencia de Queen porque repasa motivos finales de la última canción y amarra todo el concepto del álbum".
Abel: "Recuerdo ver a gente muy impresionada por el solo de Federico. Él sembró algo como guitarrista que hoy por hoy muchos recuerdan desde ese momento".