Han pasado dos décadas desde Sin noticias de Holanda, el primer álbum del español Ramón Melendi. Aquel material, fuertemente influenciado por la rumba flamenca, lo catapultó a la fama en su país, vendiendo más de 200 mil ejemplares en aquel entonces.
Con el disco 20 años sin noticias, Melendi complace a muchos de sus seguidores que añoraban esa etapa pasada del artista. El artista reversionó sus primeros temas, incluyendo también dos canciones de su tercer álbum Mientras no cueste trabajo (2006).
Aunque en su tema Cenizas en la eternidad el asturiano confiesa: “Yo ya no puedo hacer rumba porque mi vida ha cambiado y si me tocan las palmas, me da miedo mi pasado”, ha decidido, al menos para celebrar sus 20 años de carrera, regresar a sus primeras canciones.
Eso sí, la vuelta a sus primeras andanzas, la hace junto a artistas consagrados en la escena del flamenco pop como Rosario Flores y David Bisbal, pasando por los raperos españoles Natos y Waor e, incluso, colaborando con los músicos emergentes Funzo y Baby Loud.
La “metamorfosis” que lo lanzó de España a ser un artista internacional
Sin dudas, Melendi es otro en comparación con aquel joven de voz ronca y poca técnica que lanzó su primer álbum, en 2003. Ha cambiado su apariencia física, los géneros musicales en que se desenvuelve y por supuesto, su estilo de vida, dejando atrás adicciones que desarrolló en su juventud.
El autor, que ahora está centrado en temas de amor romántico -como Destino o casualidad-, tuvo una primera etapa con letras mucho más irreverentes, abordando incluso problemáticas sociales.
De hecho, Sin noticias de Holanda, canción que dio nombre al disco que hoy conmemora, es una graciosa historia centrada en el consumo de marihuana. “¿Pa’ qué voy a fumar yerba de otras naciones, pudiendo plantar la mía en este país?”, versa el tema.
Toda esta metamorfosis tiene como punto de inflexión el altercado que el artista protagonizó en 2007, durante un vuelo España-México. En esa ocasión, en aparente estado de ebriedad, el artista discutió con los trabajadores y provocó que el piloto decidiera interrumpir el viaje y aterrizar de nuevo en Madrid.
A partir de este incidente, Melendi comenzó un proceso de cambio, empezando por cortarse los característicos dreadlocks y quitarse los piercings. Menos de tres años después lanzaría su disco Volvamos a empezar, con el cual dejó las palmas y la guitarra española para adentrarse en el pop ligero que lo ha hecho internacional.
Más allá de las preferencias, es el camino que ha tomado para la segunda década de su camaleónica carrera. Parece llevar bien las críticas y hasta bromea con los comentarios que exigen que vuelva el “Melendi de antes”.
Ahora tiene 43 años, su voz, otrora ronca y nasal, es más serena y adornada, sus letras son mucho más suaves y aunque esto lo resientan algunos seguidores; la fórmula del actual Melendi es la que lo ha hecho conquistar los mercados de la industria musical.