Si usted es de los que tuvo que esperar hasta que su grupo costarricense favorito tuviera un concierto para comprar un disco o casete, y desde entonces los atesora como amuletos, sabe lo complicado que puede ser conseguir de nuevo aquella música nacional.
"Distribuir discos es caro, sobre todo cuando la naturaleza de la música tuya no es comercial como la de nosotros", comentó Jaime Gamboa, bajista del grupo Malpaís. "Ya la gente no tiene que viajar a ningun lado a comprar un disco ni tiene que comprarlo a ciegas. Eso facilita mucho que la banda se siga promocionando de boca en boca", agregó el músico.
Al igual que Malpaís, otros grupos nacionales que nacieron en la década pasada y en los años 90, han colocado su música en Spotify, el servicio de música más reconocido en el mundo, con 50 millones de suscriptores que pagan y más de 100 millones que oyen anuncios en medio de la música.
La transición a la distribución digital ha sido agradecida por los músicos, quienes posiblemente ahora llegan a más personas que en la época de los formatos físicos, pero tiene también sus bemoles.
"Spotify no es mucho de mi agrado, porque los porcentajes de derechos de autor son ínfimos, hay muchos artistas que lo han criticado. Pasa que Spotify logró posicionarse de una manera efectiva y es el referente de este tipo de plataformas, pero no necesariamente es la mejor ni la más justa", explicó Pato Barraza.
El álbum Inconsciente Colectivo, publicado por el grupo del mismo nombre, está en Spotify, pero "por voluntad de la disquera guatemalteca que lo publicó", explicó Barraza. De hecho, el orden de las canciones está invertido en el álbum (la que debería estar primera es la última y viceversa).
Gamboa está de acuerdo con la situación de los pagos, pero él ve oportunidad en plataformas como esta, Amazon, Deezer y Apple Music.
"Las desigualdades del mercado (de la música) se reproducen en las plataformas. Los más grandes tienem más promoción y oportunidades. Pero es una forma de que todas las personas tengan la posibilidad de escuchar la música, todos tienen un dispositivo para hacerlo. Ya nadie puede alegar falta de conocimiento", señaló Gamboa.
Algunos álbumes aún no están disponibles en Spotify (los de José Capmany y Evolución, por ejemplo), pero esta es la plataforma que tiene la mayor cantidad de álbumes nacionales, nuevos y clásicos. Le dejamos una lista de diez álbumes clásicos de rock y pop, que puede disfrutar con solo un clic.
Hormigas en la Pared – Ole torito (1993)
La música de Hormigas en la Pared –abreviado HELP– remite a la escena underground de rock de San José en los años 90. En Ole torito, primer álbum del grupo, se escuchan temas de rock alternativo (como Blanco oscuro y Wachico), funk rock (Quítate la paja del ojo) o rock puro y duro (Parangurimicúntaro y Nada es lo que es), los géneros que agitaban a los públicos en bares como La Rana y CUS. Ole torito nació en la era del casete y eso se percibe en la cruda grabación, pero eso no le quita méritos: se escucha tan potente y desafiante como el primer día.
Inconsciente Colectivo – Inconsciente Colectivo (1994)
Este álbum es una pieza de historia importante porque varias de sus canciones fueron grabadas en Guatemala algo que deja claro el potencial comercial que tuvo en su momento. Como joya de la corona está Frágil, tema que se puede considerar un himno del rock nacional y en su momento logró colocarse en distintas emisoras del país ( Columbia Estereo, Fundación, Fabulosa y Radio Sistema Universal). El álbum de Pato también contiene Avenida central, un tema que retrata el San José de los años 90, lleno de chapulines y viciosos, lo suficiente para que algunas de esas radios decidieran no programarlo.
El Parque – Oma (1997)
Oma fue el primer disco que grabó El Parque a partir de su contrato con Sony Music y allí registraron algunos emas que ya estaban en boca del público tico: Cuántas noches y Juana Escobar (Juanita). 20 años atrás, El Parque apartó dos fechas en el Teatro Melico Salazar y logró agotar los boletos en ambas, una hazaña histórica para la música nacional. El contrato con Sony Music se disolvió cuando la banda se separó tan solo un año después, pero en Oma siempre quedará el espíritu de mística y amor por la canción que tenía El Parque.
Gandhi – Páginas perdidas (1997)
Una tras otra, las canciones en Páginas perdidas se sienten como cartas viejas, recuerdos de adolescencias y juventudes de otras épocas. Es cierto que El invisible (que se colocó en el primer lugar de las listas de varias emisoras) se sigue robando el show cada vez que suena, pero temas como Seca roja reja, Quisiera y Mátame recuerdan lo variado y a la vez coherente que es este álbum. La mezcla de rock, reggae y baladas llenó el Melico Salaza en 1997 y sigue convocando a muchos a sus conciertos, en los que estos temas continúan siendo parte del repertorio.
Bruno Porter – Chuís parece arbot (1997)
Parece mentira que uno de los discos más ambiciosos e influyentes del rock nacional sea tan poco conocido. Pero para eso es Spotify, para redescubrir las joyas de otras épocas. El primer disco del trío Bruno Porter contiene música electrónica (Yunque), sketches satíricos (Pipicaca), baladas tersas (Girasol y Kanu), y temas que desarman la noción de lo que puede ser rock (Salon K, Chángula y Langónicamente cedo). Las composiciones desarman todos estos géneros musicales y los pasan por un filtro surrealista que mantienen los temas como ideas innovadoras. La grabación delata que fue producido a finales de los años 90, pero los detalles y las formas de Chuís parece arbot se pueden descubrir cualquier día; es un disco de art rock eterno.
Suite Doble – 69 (1998)
Inicialmente, el álbum se llamaba Suite Doble y el grupo 69, pero los miembros del grupo eventualmente decidieron darle vuelta al asunto. En su álbum debut, Suite Doble aportó algo que le hacía falta al pop tico, una voz femenina, y con ella una sensibilidad nueva, sabores de Vino y aire, los estruendos y las melodías. 69 ganó un Premio Acam a mejor disco del año y logró colocar el sencillo Profanar en las radios. Profanar, un tema que refleja a la perfección las sensibilidades del grupo, sería el éxito más recordado del grupo de no ser porque Al final, en otro disco, la desbancó.
Tango India – ¿Dónde estás si no es aquí? (1999)
¡Un violín! Recuerdo que la primera vez que vi en un noticiero nacional a un grupo tico fue porque tenían un violín y aquello se sentía como revolución. Para ese momento Tango India ya le había enseñado a ligar a miles de costarricenses con el tema Esperaré. El grupo volvió a las radios con Azul y luego, después de varias giras y apariciones en la tele, su presencia se fue difuminando en el horizonte. En su álbum ¿Dónde estás si no es aquí? demuestran que no solo hacían pop, sino que combinaban muy bien el rock con elementos latinos (como en Minimalística y ¡Ay de Ti!). Pero al volver al disco pasa lo obvio: hay que darle una pasada extra a Esperaré, un tema inagotable.
Malpaís – Uno (2003)
Malpaís tiene la capacidad de tomar un solo acorde y hacerlo que nos recuerde las planicies guanacastecas o esas montañas a las que siempre decimos que vamos a ir... Tomemos como ejemplo Boceto para esperanza, la primera canción en Uno –el primer disco del grupo–, una canción en la que reboza un imaginario costarricense ninguneado hasta que apareciron estas canciones de pop folclórico. Es música que lo hace a uno sentir que los aguaceros son bendiciones o que en los patios pueden pasar cosas mágicas. Es música que sonaba nostálgica desde el primer día en que se escribió y que ahora acompaña como un viejo amigo.
Seka – Sesiones acústicas (2004)
Los miembros de Seka escribieron mucha música contestataria en los años 90 pero poco a poco su tono fue cambiando hacia uno más enfocado en las soluciones y las emociones. Sesiones acústicas fue un paso necesario, un álbum en el que el grupo de punk abandonó la distorsión para reinterpretar sus cancioens con tonos de country y reggae. La confrontación en No vuelvo más y Centroamérica se transformó en esperanza; las canciones que antes servían para irse a dormir llorando, de pronto sirvieron para despertar e iniciar el día de trabajo con ánimos de cambio. Puede que sea injusto escoger un álbum en vivo para este recuento histórico, pero fue en Sesiones acústicas que este grupo de turrialbeños entabló nuevos lazos en la escena local y selló su compromiso con el futuro que vivimos hoy.